Este jueves 17 de septiembre, el camarada Nicmer Evans escribió muy equilibrado y bien planteado artículoi, pero aún así, creo que fue un artículo escrito sobre el filo de la navaja, que me planteó esta nota o reflexión
Nicmer comienza apostando por el enjuiciamiento a Leopoldo López, reconoce (y con razón) que no es el único que debe estar pagando una condena por los desmanes que cometió durante el movimiento conocido como “la salida”, que tenía la pretensión (por lo menos) de crear un caos en Venezuela y que costó la vida de más de 40 venezolanos y venezolanas. 40 Familias venezolanas que quedaron sin un ser querido.
Que una cantidad de venezolanos y venezolanos, incluyendo a Urosa Savivo (personaje que suponemos está muy cerca de Dios), pujen hoy por la libertad de Leopoldo López con apoyo de todo una aparato comunicacional mundial, sin ponerse en el sufrimiento de 49 familias venezolanas, deja ver muy a la superficie, como la polarización política y la politización de la justicia ha descompuesto a la sociedad venezolana. Parece mentira, que un tipo con la responsabilidad de Urosa Savino, le sepa a mierda (disculpen la palabra)ii que 49 familias venezolanas hayan quedado sin un padre, una madre o un hijo y trabaje por la libertad de Leopoldo López. Está claro por lo menos para mí, porque este señor, supuestamente muy cerca de Dios apuesta por Leopoldo, por la polarización y por la politización de la política.
Nicmer Evans, precisa que Leopoldo López ha debido ser procesado por su clara participación en los eventos del 2000 y 2002 y asoma también, que Capriles debe estar en la misma condiciones porque recomendó a muchos venezolanos y venezolanas que “descargaran su arrechera” contra otros y otras y ese descargue, costó más de 11 familias enlutadas y todo eso fue demolido por la impunidad y justificado por la polarización política y politización de la política. A unas familias le dolió y a otras les alegró. ¿Se entiende el fenómeno?
Trato el tema y me permito ponerlo públicamente porque entiendo que este proceso de polarización coloca a veces o la mayoría de las veces las cosas en blanco y negro. Estos tonos permite luego que algunos le saquen partido para abonar al proceso de polarización y sus intereses de grupo.
Leí este artículo de Nicmer Evans después de haber oído comentarios de algunos amigos, que no van mucho con lo que se entiende del texto del artículo, pero que sirve para poner la cosas en blanco y negro, aunque Nicmer Evans fue claro. El camarada Nicmer Evans entra en un terreno fangoso, cuando precisa del proceso de administración de justicia. Ahí entran los militantes de la polarización, abandonan al individuo y se crea la oportunidad que deja abierta la brecha para tocar (por carambola) otros asuntos o actores políticos. Puede estar sucediendo con Nicmer Evans, lo que suele pasar con una persona en la política. Deja de ser una individualidad y se convierte en un equipo.
Nicmer pudo pudo irse al punto de su artículo y decirnos que se observa (y se ha observado) una politización de la justicia y en ese fenómeno están involucrados los dos polos, que perecen extremo pero se tocan y ese tocamiento incluye haber pasado por debajo de la mesa justicia, una estafa que distribuyó (no sabemos entre quienes) nada más y nada menos que más de 250 mil millones de dólares, que es una cantidad de recursos inmensamente espectacular. No hay responsable y seguro ahí están involucrados actores de los dos polos. Ese era el punto que Nicmer debía tocar, obviando lo otro, porque siendo razonable lo que escribió se presta para pegarle a terceros.
¿Por qué esta “nota” va también dirigida a Chávez en ausencia? Porque la impunidad y la politización de la justicia comenzó (lamentablemente) por una acción incorrecta de Chávez. En el 2000 y el 2002; Chávez perdonó unas acciones que han debido ser procesadas previamente por la justicia.
Alguien podría decirme, pero el el Golpe de estado fue declarado por el organismo responsable de administrar justicia como un “vació de poder”. Fue así, pero en aquel momento, Chávez juzgó anticipadamente la violación de flagrante de la Libertad de expresión y un gran daño que la meritocracia de PDVSA de entonces le hizo al país. El paro petrolero nos produjo un daño patrimonial de más de 20 mil millones de dólares y todo eso quedó sobre la voluntad de Chávez de perdonar y no someter a concurso de la justicia ese daño. Hoy pagamos ese perdón desde el punto de vista político y económico.
Es un error la politización de la justicia y esto tiene hoy sus consecuencias . No sabemos su alcance futuro. Esta politización no es asunto exclusivamente responsabilidad del gobierno. La oposición ha apostado fuertemente a ella y se escuda en que no es gobierno para salirse de una fenómeno que ella ha promovido directamente.
Es posible que pueda banalizarse esto con con lo cual concluyo esta reflexión, pero termino con esta idea. Nicmer Evans, no es ya Nicmer Evans y esto lo obliga a verse más allá de su individualidad. Esta bien que este Urosa Sabino diluya su responsabilidad como destacado miembro de una iglesia apostando por una persona que abanó con actos violentas para producir la salida. Este señor (Urosa Savino) está muy comprometido con todo eso. Nicmer Evans, debe ser cuidadoso y su apuesta (entiendo yo) es la afrontar ese fenómeno de la politización de la política donde la MUD tiene sus manos metidas hasta las axilas. La Lucha de Nicmer Evans es contra la estafa que pasan por debajo de la mesa, por afrontar con propuesta la devaluación que nos perjudica a todos los venezolanos pero beneficia a la MUD y por romper con la polarización, que nos tiene como acorralado en un circulo.
La politización de la justicia es un fenómeno complejo y perverso. Lo es, porque la MUD (aunque no pone un juez) está metido de cabeza en esa perversidad. Cuando un señor como Urosa Savino aboga por Leopoldo López y hay toda una campaña mediática mundial apoyando esto, se está trabajando muy fuertemente por la politización de la justicia.
