Literalmente Amnistía significa olvido, y pretende no menos que enviar a una "cura de sueño" a sociedades (países) que por conflictos e intereses internos (principalmente de orden político, aunque abundan los casos en que las motivaciones han sido de orden religiosos: Medio Oriente, raciales: África, etc) se han visto repentinamente asoladas y aterrorizadas por cruentas guerras civiles. Irónicamente gracias a la Amnistía se ha permitido violar jurídica y moralmente, de manera sistemática, los DDHH en todo el planeta.
Aunque realmente tantos como particulares son los casos a los que nos referimos, los más sangrientos y que mayormente acaparan la atención y conmoción de los grandes y poderosos medios internacionales de la comunicación, y por ende de la población mundial, son precisamente aquellos que las potencias hegemónicas del planeta (por su puesto con EEUU a la cabeza) han despertado macabro interés en países con grandes riquezas energéticas (Iraq, Siria) o por la localización estratégica de su ubicación (Afganistán). Gracias a estos Medios de Comunicación, claramente volcados a los intereses de estos últimos, el conflicto es seguido palmo a palmo y es cuando adquiere su mayor recrudecimiento y conmoción, al tiempo que "informan" sobre los hechos con asombrosa y manipulada espectacularidad, de manera maniquea también condenan y satanizan un determinado sector del conflicto, dejando a buen resguardo las oscuras y verdaderas maquinaciones, actores y masacres que se esconden detrás de estos fatídicos acontecimientos. Si bien estas potencias hegemónicas no provocaron las causas del conflicto, de manera a solapada y rastrera, hicieron uso de ellas, recrudeciendo de tal modo la conflictividad, apoyando financiera, militar y mediáticamente a un sector que le es afín, crean las condiciones objetivas y subjetivas, para en nombre de los DDHH, posteriormente intervenirlos militarmente. Derrocar e imponer un nuevo gobierno (títere) utilizando, por supuesto, la Amnistía como excusa jurídica para condonar los crímenes y delitos de Lesa Humanidad cometidos por el bando vencedor, que luego de ser investidos de toda legitimidad conforman el nuevo Gobierno con reconocimiento internacional. El que, en virtud de los "favores" recibidos, les permiten apoderarse finalmente de sus riquezas.
Dentro del convulsionado y disputado ajedrez político internacional, gran parte, para no decir todo, el actual escenario, sobre todo en aquellos países que con despectivo desplante suelen llamar del "tercer mundo", son consecuencia y obra de los intereses de los Estados Hegemónicos que, a consecuencia de "defender" los DDHH, violan de manera sistemática el Derecho Internacional, redefiniendo fronteras, tumbando gobiernos y dirigiendo políticas.
Bajo precisamente la dupla DDHH y Amnistía, con relativo éxito, los supuestamente mayores "garantes" del Derecho Internacional (liderados por los EEUU), han logrado vulnerar gran parte del supuesto adelanto que en materia de autodeterminación, soberanía y el principio de no injerencia expresaron y se comprometieron respetar luego del término de la Segunda Guerra Mundial. En la que, luego de analizar las atrocidades cometidas en contra de la población civil, "Estados Unidos, Inglaterra, Unión Soviética (ahora Rusia), Francia y China, se resolvieron crear la Organización de las Naciones Unidas y proclamaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el 10/12/1945, para darle aplicación “universal” a estas normas que conforman el Sistema de Protección Internacional de Derechos Humanos, ante el que cualquier ciudadano puede presentar sus denuncias sobre violación de los derechos humanos" (Saltrón Negro, Germán. LA DOBLE MORAL DE LOS DERECHOS (Opinión). Correo del Orinoco 10/3/2015).
A la fecha podemos referir, no sin cierta amargura, que nunca antes la población civil del Planeta estuvo tan en peligro desde que Estados Unidos se comprometió a defender los DDHH fuera de sus fronteras. El nefasto historial que atesora a este respecto lo iguala, y hasta supera, a la tiranía manifiesta por los más carniceros imperios de nuestra historia. Detrás de todo genocidio que en el planeta haya ocurrido, sino está directamente ligado, han sido sus armas las que han sido utilizadas.
Casi todas las religiones Monoteístas otorgan mención y consideración especial sobre el Perdón. Principalmente la religión Cristiana refiere que ese Santo Varón llamado Jesús cumplió en la cruz la tarea de mi redimir a los hombres y mujeres del Pecado Original. Estableciendo el Arrepentimiento como paso previo fundamental y obligado para que se establezca tal tipo de consideración o Amnistía. Un elemento que sobresale y caracteriza la Ley de Amnistía de 1978 de Pinochet y la Ley de Amnistía de la Oposición venezolana es que ambas, taxativamente, manifiestan una desvergonzada y criminal irresponsabilidad de los delitos que les son Amnistíados. Por tanto no hay arrepentimiento ni seguridad alguna de que no vuelvan a ser cometidos. La Amnistía extingue la responsabilidad civil derivada del delito. Mediante un solo "plumazo" de una Ley basta para que a los infractores se les sean extinguidos sus antecedentes penales. No necesitan una Sentencia Firme para ser favorecidos con el ilustre manto de la Impunidad, y no necesariamente se aplica para exclusivamente delitos de naturaleza política, sino que cualquier delito podrá ser amnistiado si se comete con, supuestamente, intenciones políticas.