Por razones de salud, no estuve muy pendiente por un par de días del devenir diario de Aporrea. Este miércoles volví a la fuente y me encuentro con varias notas muy incomodas sobre un twitter que publicó Jesús Silva, articulista de Aporrea y de otros medios creo.
En una de las notas, los usuarios o lectores de Aporrea se pronuncian como por revisar el estatus de Jesús Silva como articulista de Aporrea[i]. Antes de este hecho, la amiga Andrea Pacheco público un artículo en el cual mostraba su incomodidad por la intolerancia y el odio que promueve Jesús Silva a través de sus trabajos. En una parte de su artículo, la amiga Andrea Pacheco nos decía:
"Desde la más profunda decepción hacia quienes siguen permitiendo que el señor Jesús Silva utilice Aporrea.org cómo tarima para sus ideas reaccionarias me veo en la obligación de manifestar públicamente mi completo rechazo a la promoción de la intolerancia, odio al diferente, incitación y amenaza de ¨exterminio¨ o ¨barrido¨ de quienes opinen distinto que constantemente hace este señor a través de sus ¨artículos¨.
Luego AP se pregunta:
¿Qué papel puede tener un medio de comunicación como Aporrea.org en la actualidad? ¿Acaso no debemos promover y difundir el debate sano, ese en el que las ideas son el principal instrumento? ¿Cómo puede desarrollarse un debate de ideas cuando se les permite a articulistas amenazar, disminuir y deshumanizar a sectores enteros de la población?
En este momento, no sé si la solución es restringirle a Jesús Silva su condición de articulista en Aporrea, porque no estoy muy seguro, que con esta solución Jesús Silva de un giro. Si estuviera muy seguro sobre esta solución, no dudaría en involucrarme activamente, pero Jesús Silva no dejará masticar odio y manifestar intolerancias hacia los otros, porque es la manera como ha venido asumiendo al otro.
No sé si el ejemplo vale la pena, pero es como tratar la pedofilia que carcome a la jerarquía eclesiástica del mundo, sobre la premisa de votarlo de sus funciones como obispos. La enfermedad implica sacarlo y tratarlo como lo que son: Enfermos.
Yo a diario me tropiezo con montones de Jesús Silva. Hay montones de Jesús Silva en Venezuela que están en cualquier cola de banco, en buses, en el auto mercado, en las farmacias. Personas que andan vomitando odio e intolerancias. Es más, creo que en Aporrea publican otros Jesús Silva con un tono más delicado, pero no deja de ser también odio e intolerancia bien administrada.
El odio y la intolerancia se han convertido como en el "aliño" que rompe cualquier oportunidad para la discusión y debate. No aceptar al otro, es una manera de expresar odio e intolerancia y de eso vemos en las calles en las redes sociales y en internet. La sociedad venezolana está enferma de odio e intolerancia.
Hay que tratar con el enfermo como lo que es. Es una partícula de una sociedad un poco enferma. Una parte de su población hace política con el recurso del odio y la intolerancia y la otra parte, vive en una permanente angustia y estrés, que son dos pequeños atajos para llegar a esta irracionalidad, que Jesús Silva logro colocar (y muy bien) en un mensaje de twitter, refiriéndose a la lamentable muerte de Evio Di Marzo
Lo importante es saber, que hay una parte importante de la sociedad pendiente de la enfermedad y reacciona. Está pendiente del hecho. Si restringirle la opción de publicar resuelve el problema, no hay discusión, pero si lo tapa, está ahí oculto, pero activo.
Por supuesto es muy penoso y lamentable el contenido del mensaje. Es otro alerta más de una sociedad que ha venido siendo como preparada para resolver las diferencias alimentando los odios y la intolerancia. Yo he visto por las redes: ¡Maldito! ¡Coño e madre! ¡Muérete! ¡Desgraciado!. No vayamos tan lejos, la jerarquía eclesiástica no habla en estos términos, pero mira que debajo lo que se dice está lo que se piensa. La iglesia que debería ser parte de la terapia que requerimos, mete delicadamente su pullita. No aceptar el otro, es la punta de esta espiral.
[i] https://www.aporrea.org/actualidad/n325843.html