"Jorge Arreaza, tú y tu jefe Nicolás Maduro saben que cuando planifico las cosas, las hago bien. Si yo estuviera detrás de ese plan, el país estaría celebrando su libertad." https://www.aporrea.org/ddhh/n329300.html
Estas cosas las dijo la ex fiscal Luisa Ortega y si ella dijo que "cuando planifica las cosas las hace bien", tendremos que repetir aquello que dicen los abogados "a confesión de parte, relevo de pruebas". Pero además, como en una autoevaluación, asegura que Arreaza y Maduro saben bien cómo es ella. ¿Planificó lo de Leopoldo López, como que le salió tan bien que no sabe cómo sacarse el lazo?
Quizás, con esa precisión que se atribuye para planificar las cosas, panificó su vida y militancia. Pese todo lo incompetente y falto de visión y muchos defectos más que caracterizan a Maduro, que le hacen persona nada calificada para ejercer la presidencia, cuesta entender y darle valor a alguien que salió de las filas de esos grupos de lo que yo llamaría, por complacerlos a ellos, de la "nueva izquierda", esa de Ruptura, Tercer Camino y otros más, para quienes aquellos no tuviesen el origen de ellos éramos casi "agentes del imperialismo", por lo que rápidamente formaron parte del primer anillo de Chávez, y ahora desempeñan un rol que a uno hace pensar todo lo contrario. Estar protegido en Colombia, mientras se emite frecuentes acusaciones sin prueba alguna, por lo menos no las presenta, se queda en el simple discurso, contra el gobierno de Venezuela, es de por sí, muy sospechoso.
La conducta de la ex fiscal frente al asunto relacionado con Leopoldo López, personaje que acudió a las puertas de la fiscalía, en tiempos de guarimbas, a acusarla y denunciarla, porque le investigaba y planteaba juicio ante los tribunales, es un asunto demasiado obvio y hasta comprometido para que pueda expiar sus culpas, si alguna tuvo por eso, con pertinencia como ella con angustia espera. Es conocido como el fiscal que ella designó para que condujese la acusación contra López, se fue del país y la acusó de haberle puesto en las manos pruebas forjadas contra el dirigente de Voluntad Popular; aunque eso haya sido mentira, como pudiera serlo, y ella diga que a ella se las pusieron otros de más arriba, eso no la exculparía y menos le daría credibilidad.
Es decir, la señora Ortega Díaz, fue inconsecuente con su militancia, aquella de "revolucionaria, marxista y hasta leninista" de los grupos de los cuales salió y por los cuales formó parte de los primeros anillos de Chávez y ascendió rápidamente en la jerarquía del poder. Pero también lo fue como autoridad del poder en el cual ejerció por varios años. Si nos atenemos a lo que ahora dice, permitió que alguien de arriba la pusiese a acusar injustamente a López.
No creo, porque eso no es lo acostumbrado, que quienes ahora le protegen y le usan, le tengan estima y respeto, razón por la cual ella no debe sentirse muy orgullosa. Quienes usan a alguien, en las circunstancias que a ella le usan, generalmente lo hacen, como dijo una vez, Betancourt, "con un pañuelo en la nariz".
Como está en Colombia, al parecer, el canciller Jorge Arreaza, le asoció al plan de esos drones destinados a matar al presidente o por lo menos generar un escándolo que ningún sentido tiene. Uno desconoce absolutamente si ella esta vinculado a eso o no, como tampoco sabemos si del lado colombiano alguien importante está enredado. En mi parecer, pese eso de los drones, que le da al asunto un carácter como muy tecnológico y hasta elitesco, no pasa de ser un burdo procedimiento de unos tipos que no son eso que unos pudieran creer. Tanto que no solo fracasó, fue "más bulla que cabuya", sino que la policía conoce los detalles y hasta asegura que ya cayeron, lo que no dudo. Porque para mí, pese eso como sofisticado de los drones, el asunto resultó demasiado pedestre y bullanguero. La CIA, quien pudiera ejecutar un acto para sacar de por medio a alguien, no es tan ordinaria, ni se pone disfraces llamativos. A Yasir Arafat, el gran líder palestino, le asesinaron de manera sofisticada y hasta chavistas mismos aseguran que igual hicieron con Chávez. Walter Martínez suele nombrar a un médico norteamericano quien le explicó cómo pudo hacerse eso.
Luisa Ortega tiene toda la razón del mundo cuando dice que eso estuvo mal planificado. Pienso lo mismo. La muerte de un presidente y estando este en contradicciones, aunque sean formales con el imperialismo, porque "el queso no se le vé a la tostada", no puede ejecutarse de manera tan burda y corriendo el riesgo de matar un montón de gente sin necesidad y que forman parte de un cuerpo que habrán de necesitar en cualquier caso. Por eso creo que quienes eso decidieron no son muy "planificados" y menos con las calificaciones y posiciones cercanas a quienes pudieran hacer algo sofisticado y menos riesgoso, sobre todo políticamente. Por eso creo que esa iniciativa salió de un grupo de desesperados financiados y amparados por otros como ellos pero con capital.
Aquellas formas de deshacerse de un presidente al estilo de cómo lo hicieron con Jhon Kennedy, son cosas del pasado; la tecnología y la perspicacia, sutileza de hoy dejó eso en el baúl y por el hecho de haber usado drones, no deja de ser un procedimiento avejentado.
Pero Luisa Ortega, ex fiscal, ex "revolucionaria, marxista, leninista" de uno de esos grupos "echaos palante" contra el imperialismo y las oligarquías, como la colombiana, a favor de los Derechos Humanos, no condena el hecho, que hasta ahora parece un intento de magnicidio, aunque sea burdo.
Leamos como dijo, "Si yo estuviera detrás de ese plan, el país estaría hoy celebrando su libertad". Es decir, lejos de condenar el hecho lo convalida, sólo que lamenta que quienes le ejecutaron hayan fracasado. Y eso lo dijo quien no sólo fue todo lo "buen militante" que ya dijimos, sino además Fiscal General de la República.
Razonó, exactamente como un carajito a quien hoy escuché diciendo que de haber sido exitoso el intento de magnicidio, el día domingo lo hubiese pasado celebrando y quizás hasta hoy estuviese en eso. El muchacho cree que si el presidente hubiese resultado muerto, el país estaría hoy como para que él pudiese celebrar y hasta montar una parranda con su grupo de amigos.
Pero eso está bien que lo diga un carajito que no sabe donde está parado. Pero en boca de una persona como Ortega Díaz, que algo debe tener en la cabeza, tanto como para llegar dónde llegó, parece un asunto para asombrarse de lo que empequeñece el odio y el oportunismo. Aunque también pudiera ser una muestra de como se enceguecen quienes pierden su libertad; esa misma libertad que la señora Ortega Díaz piensa que recuperaríamos de haber sido exitoso el intento de asesinar a Maduro.
El problema venezolano es más complicado que eso. Va más allá de los intereses de la señora ex fiscal, de quienes urden esos planes y hasta de los de Maduro y su gente. Si eso fuese así, sería más sensato y cristiano, ponernos a pedirle a Dios que haga que Maduro, esta noche duerma del lado contrario y mañana amanezca renunciando y llamando a elecciones generales y que sus opuestos acepten las condiciones para concurrir a un nuevo proceso electoral. Pero es obvio, elemental, que señora Fiscal, quien pudiera no estar complicada en esa trama, cosa sobre lo cual no opino, pareciera haber estar incómoda porque quienes la escenificaron no tuvieron éxito. Menos mal que ya no es Fiscal.