La abogada bogotana Clara Leticia Rojas González, de 43 años de edad, conocida por su cautiverio de seis (6) años en manos de las FARC-EP, ha sido agradecida con quienes en Colombia, Venezuela y el resto del planeta, manifestaron su solidaridad con ella y su hijo Emmanuel, reafirmando, al conseguir su libertad, su compromiso de trabajar por la libertad de todos quienes se aún se encuentran privados de la libertad como consecuencia del conflicto armado interno que desangra a Colombia, para los cual propone “flexibilizar las posiciones negociadoras de las partes”.
Clara es una mujer de pensamiento de derecha, proveniente de los estratos medios conservadores de la capital colombiana, que asumió el compromiso de construir, junto con Ingrid Betancourt, una alternativa política nueva que fuese capaz de desplazar el viejo establecimiento oligárquico liberal conservador, para dar paso a una nueva forma de hacer política desde la derecha no comprometida directamente con la guerra y dispuesta a establecer una dinámica de tolerancia, diálogo y paz que permitiera la superación definitiva del largo y fraticida conflicto armado colombiano.
Su libertad no es casual. Tiene el sello de un acto humanitario para con una mujer que tuvo la valentía de decidir tener un hijo con uno de sus guerrilleros celadores, en las condiciones difíciles de la vida montañera y, un mensaje claro a esa parte importante de la derecha colombiana a la cual representa, de que si es posible y necesario acercar los actores del conflicto, con vistas a buscar una salida política negociada a la guerra, reconociendo que para ello es necesario un Acuerdo Humanitario y la celebración del dialogo sobre la paz en condiciones de seguridad y credibilidad de las dos partes.
A diferencia de Consuelo González (v) de Perdomo, dirigente política del viejo liberalismo popular, Clara Leticia Rojas González, siempre hizo discreta e inteligente distancia de las iniciativas de paz del presidente Chávez, por lo que no sorprendió su ausencia del programa ALO PRESIDENTE del domingo 13 de Enero ni que a la entrevista, en exclusiva mundial, dada a TELESUR luego de su liberación, ambas dirigentes políticas se presentaron de manera separada, evitando con ello que se expresaran públicamente las diferencias que tienen acerca del Canje Humanitario y las negociaciones de Paz ; percepción nada difícil si se revisa con calma las actitudes de Clara y Consuelo en la despedida de grupo de las FARC-EP en cargado de la custodia, el recibimiento en la ciudad de Caracas, el contenido de sus respuestas y propuestas y su llegada a Bogota en búsqueda de su hijo Emmanuel.
Por eso no debe sorprender la noticia de que Clara Rojas aceptó la invitación a participar en el IV Congreso Internacional sobre Victimas del Terrorismo, organizado por la Asociación de Victimas del Terrorismo, quien no es mas que un entramado del Partido Popular, PP, de José María Aznar, para la movilización social y política contra el grupo vaso independentista Euskadi Ta Askatuta, ETA, y cualquier iniciativa de paz que resuelva el conflicto histórico entre el Estado Español y el pueblo vasco.
Pareciera, sin embargo, que a última hora, Clara Rojas, dirigente del Partido Verde Oxigeno, fundado por Ingrid Betancourt, se dio cuenta del despropósito de intervenir en un Congreso promovido por nostálgico de la derecha franquista española, que, oportunamente decidió renunciar a dar su discurso, atenuando su cambio al entregarle esa responsabilidad política a su señora madre, doña Clara Rodríguez, mientras ella se reunía en el palacio de la Moncloa, con Alvaro Uribe Velez y José Luís Rodríguez Zapatero; dándole con su presencia, un espaldarazo a la gira que, en Europa, viene realizando el mandatario colombiano con el fin de conseguir apoyos para continuar la guerra, defender su concepción belicista de Seguridad Democrática y cerrarle el paso a la propuesta del presidente Chávez del reconocimiento de beligerancia a las FARC-EP y al ELN, como medio para promover las negociaciones sobre el Canje Humanitario y la Paz.
Si el camino de Clara Rojas es el de espaldera del dúo dinámico de Uribe-Santos y su Plan Patriota, y de aliada de la derecha aznarista, todo parece indicar que muy poca - o ninguna - será su contribución al proceso dirigido a la libertad de su amiga Ingrid Betancourt y el resto de los civiles, militares y guerrilleros en poder de las FARC-EP y el gobierno colombiano; antes por el contrario, seguramente su trágica experiencia de cautiva de la guerrilla será utilizada por la terrorista oligarquía colombiana, el gobierno de los Estados Unidos y el cartel global de los medios imperiales y burgueses del planeta, para seguir cerrando las vías de una solución política negociada al conflicto armado colombiano.
En todo caso, allá Clara Rojas con su conciencia y su compromiso ético y político con Ingrid y la Paz en Colombia.
yoelpmarcano@yahoo.com