Letra desatada

Cosas de hombres

Cada vez se escucha con más frecuencia la monserga según la cual los hombres “no son capaces de hacer dos cosas a la vez”. Antes esto solo lo decían las féminas, en una suicida manera de escupir para arriba: “los hombres no pueden con los quehaceres del hogar. La mujer si. Son muy limitados. Uno puede lavar, planchar y cocinar simultáneamente, mientras se está pendiente de que los niños no lleguen tarde al colegio y darle café al marido”. Pero últimamente se le escucha a los mismísimos Homo sapiens reconocer con orgullo que admiran a las mujeres por tal versatilidad al cumplir con “quehacer diario y simultáneo” acá descrito. Por ello llamo a mis congéneres a permanecer alertas ante esta ofensiva masculina. Es a todas luces una estrategia para seguir haciéndose los inútiles y seguir viviendo a cuestas de la “superioridad” femenina. Rolos de flojos es lo que son.

Llama la atención por ejemplo la manía que tienen los hombres de dirigir a la gente que está estacionando el carro. Pero más disfrutan es cuando quien está al volante es una mujer. Se frotan las manos y empiezan a dar señales, para ellos inequívocas, de lo que hay que hacer. Quien está al volante sigue todas las instrucciones, tal como se hace para “armar” las irritantes carpetas de Cadivi, con mucha y patriótica paciencia. ¿Ha visto a un hombre armando estas carpetas?

Al final el tipo dice “salgase y dele hacia adelante otra vez y luego hacia atrás porque quedó torcido”. Ahí sacas la cabeza y dices: préstame una escuadra y te lo pongo derechito… Es la misma sensación irritación que causa escribir en un separador de las carpetas de Cadivi, la palabra cédula, cuando lo único que hay en la página siguiente es eso, una fotocopia de una cédula. ¿Será una especie de cartilla de lectura para el futuro?

Da la impresión de que estas tres actividades, la supuesta incapacidad para realizar el “quehacer diario simultáneo”, la proliferación de instructores de parqueo para damas y las reglas para la elaboración de las carpetas de Cadivi, son estrategias pensadas por algún hombre ocioso, que no cree que haya que ahorrar el papel, que odia fregar y hacer café a la vez pero que sobre todo disfruta dando señales de fiscal epiléptico mientras una mujer parquea un vehículo. Y no me salgan con que soy feminista.


mechacin@gmail.com


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Mercedes Chacín


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