A nuestra redacción llego la siguiente denuncia remitida por el Profesor Pedro Rivas de la Universidad de Los Andes la cual explica en el texto
La profesora Rosa Amelia Asuaje es articulista de Aporrea.org
Violencia de género e intolerancia política en la Universidad de Los Andes
23 de enero de 2014.-Estos tiempos de reclamos colectivos sobre una libertad de expresión responsable y sin intervenciones inescrupulosas, demandan escribir o hablar, privada o públicamente, siempre que se asuma eldébito de lo que expresa, pues,la libertad es un derecho humano que tiene deberes y obligaciones,ya que su disfrute termina donde comienza el derecho ajeno.
En el ciberespaciola libertad de expresión se manifiesta expedita y libre, dándose la aparente sensación de que el anonimato existe y que lo público es factible de ocultarse detrás de un computador personal o a través de un celular. Esta percepción tiene su fundamento en la interpretación posmoderna de que la sociedad de libre mercado abolió la ética como principio del comportamiento individual y social, por ende, no esta no esla regulador del sentido y del respeto de las normas de la convivencia gregaria.
Hilvano este planteamiento con una situación que vulnera el derecho humano de la libertad de expresión de una ciudadana frente a dos ciudadanos que,al no gustarles lo que escribió por un medio público digital,humillan su identidad y la convierten en víctima de la violencia de género.
El periódico digital APORREA publicó en horas de la madrugada del día 9 de enero del presente, un artículo escrito por la profesora Rosa Amelia Asuaje, intitulado: Asesinos de Mónica Spears: ¿Banda Los Rapiditos, el Gobierno o un simple acto de conspiración?(http://www.aporrea.org/ddhh/a179718.html), que fue abrumadoramente leído con mucha atención. Según el contador electrónico de Aporrea hasido leído, al 22 de enero, 10.470 veces.
En ese artículo, la autora hace un análisis de la reacción inmediata de la oposición frente al vil asesinato de la ex miss Venezuela, Mónica Spears, y de su esposo. Situación que fue aprovechada por este sector político para descargar sobre el Gobierno Nacional la responsabilidad de tal hecho. El artículodesmonta la fragilidad discursiva de la oposición, la incoherencia argumentativa,la descontextualización y confusión de los planteamientos que ordinariamente se hacen, ocultando la intensión de aprovechar cualquier circunstancia para realizar un oposicionismo de desestabilización permanente.
De igual manera, el artículo descubre el papel parcializado de las empresas comerciales de comunicación, hoy convertidas en actores del juego perverso y apologético de la inseguridad al convertir un hecho noticioso en propaganda política contra el régimen democrático; destaca el rolque juega el poder mediático en la génesis y desarrollo del desquiciamiento psicótico que padece buena parte del oposicionismo radical, originado por la Guerra de Cuarta Generación que ya empieza a afectar la salud de todos los venezolanos.
En esta reflexión pretendo visibilizar un hecho vergonzoso que sucedió desde una red social protagonizada por dos profesores de la bicentenaria Universidad de Los Andes: el profesor Argimiro Castillo, decano de la Facultad de Arquitectura y Diseño Industrial y el profesor Francisco De Jongh, docente interino de la Facultad de Derecho,quienes mancillaron el honor y la dignidad de una mujer, Rosa Amelia Asuaje,quiense desempeña como profesora de la Facultad de Humanidades y Educación.
La situación en cuestión se produjo el día 9 de enero, a través del Facebook del profesor Castillo, con la copia del enlace del artículo de la profesora Asuaje, su fotografía en primer plano y seguida de la nota en cuestión.
ARGIMIRO CASTILLO (332 seguidores al 9 de enero a las 20:17): A esa animala (sic) deberíamos darle el premio Nobel de la Paz. (A 6 personas les gusta esto).
FRANCISCO DE JONGH: Y pensar que salió de nuestra alma mater, que pena, EY señores, la ULA no es asi (sic), estas son la ovejas negras y con mentalidad llenas de no se
ARGIMIRO CASTILLO: (9 de enero a las 20: 35): Bueno papá, mierda hay hasta en Versalles.
Nadie le exige a estos profesores que suscriban el artículo en referencia, lo que la razón política y universitaria reclama es acatar el derecho que le asiste a una venezolana de expresarse libremente y según sus convicciones ciudadanas.
Al profesor Argimiro Castillo y a su interlocutor también les asiste el derecho a disentir del contenido y a refutarlo públicamente, a través de Aporrea u otros medios, si así lo estiman necesario, pero en el marco de la tolerancia y el respeto que ellos dicen defender en la universidad autónoma donde laboran.
La situación se hace delicada porque el signatario de la cuenta del Facebook donde se inicia el fusilamiento de la autora del artículo es el profesor Argimiro Castillo,una autoridad universitaria con todo el poder que ello significa, y su esposa,que nada tiene que ver en este caso,es profesora de la Facultad de Humanidades y Educación y colega de la profesora Asuaje.
Este muro del profesor Castillo se transforma, entonces, en un paredón apologético a la violencia y a la transgresión de los derechos humanos de la profesora Asuaje. El diálogo Castillo-De Jongh es breve pero terriblemente destructivo, no toca el tema del artículo que es lo neural de las ideas difundidas, sino que descalifica a la escritora por partida triple: Profiere una brutal carga de agresividad al difamarla y exponerla públicamente al ridículo. Utiliza palabras soeces que ofenden la dignidad de una mujer, que es su par de actividades universitarias.
Las 36 palabras infelices usadas en esta red social contienen frases vulgares para mofarse de una ciudadana al llamarla una animala (sic). Allí se denigra de su condición demujer al calificarla deuna mierda y la someten al odio y al desprecio público al escribir mensajes deshonrosos en el citado muro, como si ella fuese una presa de caceríao una diana de tiro al blanco: A 6 personas les gusta esto, está escrito debajo del mensaje, aprobando el desatino masculino.
En este diálogo digital, el decano Argimiro Castillo muestra una profunda intolerancia con la autora al utilizar un lenguaje sin modales ni delicadezas,evita tratar el planteamiento escritural cuestionado y se niega a sí mismo, en el sentido profundo de la axiología de la libertad de conciencia, de pensamiento y de expresión, renegando de este valor trascendental que es esencia de la universidad y acción cotidiana
La doctrina universitaria para estos dos profesores es letra muerta, especialmente para alguien que fue investido con la autorictas decanal ignorando el desiderátum de que los Decanos deben ser ciudadanosque reúnen elevadas condiciones morales... (Cfr. Art. 64 de la Ley de universidades vigente). Parafraseo el decir latino de la mujer del Cesar y digo que un decano no solo debe serlo sino parecerlo.
Las 36 palabras de la exclusión del paredónexponen a una profesora en la afrenta de la vindicta pública con los 332 seguidores existentes al 9 de enero a las 20:17, sin incluir a sus amigos de esta red social.
Este Facebook difunde mensajes discriminatorios (prohibidos por el Art. 57 constitucional) que niegan el derecho a la igualdad de género al demonizarla porque no piensa, ni escribe, ni actúa como ellos, o sea como Castillo-De Jongh, que es igual a decir, la oposición venezolana: Y pensarque salió de nuestra alma mater, que pena, EY señores, la ULA no es así (sic), estas son la ovejas negras y con mentalidad llenas de no se
El comentario del profesor De Jongh es dramático por lo posesivo, arbitrario y grave, debido a los altos niveles de exclusión, sectarismo e intolerancia al reclamar de facto que la ULA es de su sector político, el que adversa al actual Gobierno Nacional y que margina a quien no se inscriba en su particular manera de sentir la universidad venezolana.
En síntesis, podemos calificar este caso como un acto sexista contra una profesora, que viola flagrantemente la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Observándose que en los mensajes electrónicos enviados por Castillo-De Jongh, se localizan claramente cuatro tipos de delitos tipificados como formas de violencia de género (Cfr. el Art. 15, ): violencia psicológica (numeral 1 y 2), violencia mediática (numeral 15) y violencia simbólica (numeral 17), quedando en el tintero potenciales represalias: violencia institucional y laboral (numerales 16 y11).
El Estado venezolano en esta situación de violencia de género se obliga a garantizarle a la profesora Asuaje el derecho a la protección frente a situaciones que constituyan amenazas, vulnerabilidad o riesgo para la integridad física, sus propiedades y el disfrute de sus derechos, el cumplimiento de sus deberes (Art. 55 de la CRBV), así como la adopción de medidas a favor de estos para que la igualdad ante la ley sea real y efectiva.
El diálogo Castillo-De Jongh es una lección de anti-ciudadanía y una afrenta universitaria a todas las profesoras de la Universidad de Los Andes, así comoa las mujeres de Venezuela. Por el contrario, el muro del Facebook del decano Argimiro Castillo debe transformarse en un lugar de encuentros con los que piensan distintode él y,a la vez, convertirlo en un pizarrón de pedagogía y ética universitaria donde prive la máxima cristiana del desprendimiento y la tolerancia por el otro excluido, la autocrítica y la reafirmación del respeto por la pluralidad del pensamiento universal consagrado en nuestra Carta Magna.
Finalizo esta reflexión concluyendo que la pedagogía de la ley en un régimen democrático como el que disfrutamos los venezolanos y se expresa en el respeto que debemos tener los ciudadanos entre sí para garantizar la paz social de la cotidianidad, mucho más si se trata de una relación decorosa e inteligente entre educadores universitarios.
Profesor Pedro Rivas Profesor Titular
de la Universidad de Los Andes
rivaspj@ula.ve
Mérida, 22 de enero de 2014.