Enero 24 de 2015.-Al llegar a los tribunales caraqueños, nos preparamos para ver de cerca al acusado de ser el autor material del asesinato de Sabino Romero. En esta audiencia había mucha presencia de representantes de diverso movimientos sociales, así como estudiantes que se han ido anexando a esta causa.

En el piso seis, donde se iba a dar la audiencia de este importante Juicio, no existen asientos para el descanso de los que acompañan tanto a víctimas como a victimarios, no hay ni siquiera una fuente para mitigar la sed, después de tantas horas de espera y de cansancio, tampoco hay una cantina o café que coadyuve al agotamiento, es como si no existiéramos, a pesar de ser muchos los que vamos a sellar nuestra solidaridad hacia la víctima o victimario.

Luego de horas de espera, a golpe de las 12 del mediodía, apareció el acusado, “El Manguera” Ángel Romero Bracho, un hombre de corta estatura, tez oliva, de complexión atlética y de fuertes hombros, quizás rondando los cuarenta años de edad, su cabeza afeitada al estilo militar, casi al rape; sus ojos sin brillo, fríos y directos asemejan a los ojos de un felino a punto de dar el zarpazo. Vestido con una franela amarilla y pantalones verdes, arribó acompañado de su abogado. Se siente un frío en el espinazo al ver a este múltiple asesino, a quien también señalan de matar por encargo a Juan Carlos Fernández, primo de Alexander Fernández (Expediente H-407-168, 26/11/06) y al ganadero Luis Elías Martínez Romero (Expediente H-000-940, 15/06/06) y a muchos otros, según declaran testigos de sus fechorías , quienes prefieren no dar la cara ni revelar sus identidades por terror, al solo escuchar su nombre, dentro de estos hechos cuentan, que persiguió y trató de asesinar a un campesino yukpa a quien confundió con Sabino, el cual pudo huir, y a quien “Manguera” confesó que buscaba a Sabino, porque le habían pagado para asesinarlo.

El sicario “Manguera”, según los informes, en el momento en que asesina al cacique Sabino, trabajaba como guardaespaldas del ganadero, José Ignacio Peña Romero, alias “El Chirri”, pero no sólo era guardaespaldas de “El Chirri”, sino que también trabajaba como informante para el Grupo Antiextorsión y Secuestros (GAES) lo mismo que el sicario Giovanny José Delgado Gonzáles (a) Mantequilla quien era guardaespaldas del ex-Alcalde de Machiques, Vidal Prieto, quien, luego de un madrugonazo judicial, fue solo sentenciado a siete años de cárcel, de los que ha cumplido dos y que pudiera salir en cualquier momento, así como cuatro de los otros implicados en este sonado asesinato que ha hecho estremecer a todo el territorio nacional y más allá de sus fronteras.

A raíz de esta acción, que condenó a estos asesinos a sólo siete años, los movimientos sociales y defensores de los derechos humanos se muestran desconfiados y con ojo avizor en estas audiencias, a las cuales monitorearán con detalle, pues hay muchos intereses en el medio, mucho dinero y poder que cual garra alargada se traslada desde Machiques hasta Caracas. Poder que tratará de impedir, corromper y manipular para que no le sea impuesta la condena de 30 años a Ángel Romero Bracho, alias El Manguera, así como, evitar que continúen las investigaciones que determinen la autoría intelectual de miembros de la Asociación de Ganaderos de Machiques, GADEMA.

Falta poco para condenar al “Manguera”, para el 2 de febrero será la próxima y probablemente la última audiencia, pero después tendrán que ir tras los ganaderos, autores intelectuales del crimen de Sabino, dueños del poder que mueve a Machiques, los que pagaron para derramar la sangre del líder revolucionario, los amos de esas tierras que corrompen y dividen con su dinero, los que se creen intocables, erigidos como una casta superior con derechos ilimitados sobre tierras y hombres, tal vez, cuando sentencien a los autores intelectuales de este abominable hecho, pueda la incansable Lucía Martínez, su viuda, estar tranquila, al saber que finalmente se ha hecho justicia, mientras tanto ella sigue viniendo a los tribunales en Caracas para decir una y otra vez “la verdad verdadera”.

El Estado, aún tiene una deuda con el cacique Sabino Romero, a quien no protegió de ese perverso poder de la derecha ganadera que representa a los Ganaderos de Machiques-GADEMA, junto a sus obscuros aliados que se mueven, vendidos por tres centavos, dentro de instituciones, como el GAES, la GNB, el CICPC de Machiques, y de toda una jauría mediática, representada por el periódico “La Verdad” quienes diseñaron la campaña de desprestigio hacia Sabino Romero, calumnias que hicieron eco en muchos altos funcionarios del Estado, quienes todavía temen pronunciar su nombre en público, tal vez por remordimiento o quizás por creer más en las voces tramposas del enemigo bien vestido, representada en esa clase ganadera mayamera y mafiosa, a quienes les perturba la presencia de nuestros ancestros y quienes seguirán atacando para desaparecerlos del mapa de la Sierra de Perijá, así tengan que comprar y pagar lo que sea a quien sea. Pero que no se olviden, que los Yukpa tienen una capacidad de resistencia infinita y que su causa es cada vez más comprendida y compartida por miles de venezolanos dispuestos a participar en esta lucha para recuperar todas las tierras que reclaman porque “Yukpa somos todos”.

El espíritu de Sabino se acrecienta como los gigantes y no será esta tarea de los dirigentes sino de el pueblo que con su gran sabiduría sabe identificar a los verdaderos héroes, y será ese pueblo, quien dimensionará día a día el legado de este mártir de la resistencia indígena. El pueblo lo honra dentro de su imaginario, sin grandes actos ni interminables discursos y lo reconocerá por siempre como el valiente guerrero Karibe que nos llegó de las sierras de Perijá.

¡SABINO VIVE, LA LUCHA SIGUE!

Jasay Medano, activista por los derechos indígenas declara acerca de lo acontecido en la audiencia en el juicio a Ángel Romero (a) "Manguera". Medano en nombre de los movimientos sociales exige justicia en este caso y la pena máxima de 30 años para el asesino de Sabino Romero y que no se repita lo mismo que sucedió con el resto de los asesinos, a quienes solo les dieron siete años de condena.


Lucía Martínez, viuda de Sabino, exige justicia para su esposo, y en medio de su dolor, pide la condena de treinta años para "Manguera", así mismo, expresa su preocupación por la explotación de carbón en la Sierra de Perijá, lo que podría ser catastrófico para los habitantes de la zona. Concluye diciendo que su lucha es para todos.


Lusbi Portillo, defensor de los derechos indígenas, declara y aporta información acerca de este proceso y de las argucias cometidas en los juicios que condenaron a solo siete años a los otros asesinos de Sabino y de las manipulaciones para impedir que salga la información que llegue a los asesinos intelectuales.


 

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Información sobre Ganaderos de Machiques-GADEMA:

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