Es tal el nivel de disociación que hay en buena parte de la población oposicionista, producto de la inoculación mediática de que ha sido víctima, a la cual le sembraron en el alma el veneno del odio y el desprecio por lo nuestro.
Así quedó demostrado recientemente con la exitosa participación de nuestros atletas en las Olimpiadas de Río 2016..
Todos pusieron el alma y el corazón para dejar en alto el nombre de Venezuela, el gentilicio patrio de todos los venezolanos y los colores de nuestra Bandera Tricolor.
Actuación que fue vista y aplaudida por millones de personas en el mundo, en la cual nuestros atletas demostraron el amor que sienten por su patria, en particular la maravillosa actuación de la representación en la olimpiada paraolímpica, de 25 participantes, 24 obtuvieron medallas y diplomas olímpicos, con lo cual quedó demostrado que un impedimento físico, no es obstáculo para alcanzar metas, cuando esta por medio el valor, la voluntad y la pasión en lo que se hace.
Toda la gloria que encierra el sacrificio hecho por nuestros valerosos atletas, fue invisibilizado, desconocido y despreciado por el silencio de los medios y redes sociales, cuyos espacios son copados por la verborrea de los voceros de ese sector de la oposición.
Incluso una muestra de lo antes dicho, quedó en evidencia, cuando nuestros héroes deportivos, eran entrevistados, dejaban entrever en sus mensajes, el deseo de que todos los venezolanos compartieran sus triunfos y los sintieran como suyos.
Estos valiosos resultados olímpicos, negados por los apátridas, resaltan aún más el esfuerzo realizado por el presidente del IND, LIC. Pedro Infante, quien demostró dominio y conocimiento del oficio deportivo, gracias a su formación profesional, adquirida en sus estudios de Maestría en Deportes.
Además del esfuerzo colectivo e individual de los atletas que se fajaron como los buenos para brindarnos tantas satisfacciones, es noble reconocer, que hoy día el IND, está dirigido por un joven educado y formado en conocimientos de las ciencias deportivas , que unida a su procedencia social, lo hace familiar y conocedor del lado humano de los atletas, su problemática social individual y la de su entorno familiar, lo que constituye un estimulante de primer orden en el desenvolvimiento cotidiano de cada uno de ellos, cuyo régimen disciplinario es por demás exigente, lo que obliga a que cada atleta de alto rendimiento, debe ser tratado con rigurosa atención por parte de todo el componente técnico que lo acompaña, bajo el ojo avizor de la máxima autoridad del deporte.
Allí pudo estar una de las causas para que nuestros atletas tuvieran tan brillante desempeño.
Eso quiere decir que la estrategia orientada y dirigida con el dominio técnico que tiene Pedro Infante y ejecutada por el cuerpo de profesionales con que cuenta el Instituto Nacional de Deportes, fue la clave para la obtención de los resultados antes mencionados.
Seguramente que partiendo de esta premisa el joven presidente del IND, estará pensando en profundizar su metodología para enfrentar el reto olímpico TOKIO 2020.
Ahora bien, como es del dominio público, el deporte venezolano todavía arrastra parte de la vieja cultura deportiva de la Cuarta República, la cual a pesar del esfuerzo que se ha hecho desde la llegada del comandante Chávez al poder en 1998, siguen enquistadas en las federaciones deportivas, sectas, grupos e individualidades, que se han eternizado en algunas de ellas, que no dejan de ser un obstáculo, para que no se haya logrado la masificación de la disciplina deportiva, como lo quiso el Presidente Chávez y cómo lo quiere el presidente Nicolás Maduro, exigencia que repetidamente, le ha planteado el presidente a Pedro Infante, quien sin pretender brillar más que la estrella solar, viene dando pasos en ese sentido, consciente que después de los resultados obtenidos, está obligado moralmente a intensificar los esfuerzos y dedicación, para superar los logros alcanzados en Río 2016.
Cuando hago alusión a la participación que tienen las federaciones deportivas, en la inmensa tarea que toca realizar de aquí al 2020, es porque en el mundo de los deportes, intervienen intereses desde crematísticos hasta políticos, que no dejan de preocupar por el poder que tiene esas federaciones en el manejo administrativo de recursos que provienen de otras instancias no oficiales y de la discrecionalidad que tienen, para seleccionar a los atletas en sus respectivas disciplinas. Discrecionalidad que como en todas partes se presta para cualquier tipo de desafueros. Sin olvidar que lo que está en juego es el prestigio deportivo bien ganado por nuestros atletas.
Estoy convencido que si las disciplinas deportivas no estuvieran sujetas a las alcabalas impuestas por los federativos, hubiésemos avanzado mucho más en la democratización de las federaciones. Cuyo proceso permitiría una mayor participación de deportistas a los eventos electorales internos, para la elección de los federativos, aplicando otra óptica que esté más en sintonía con el proceso revolucionario. Con lo cual se facilitaría el avance de las políticas de masificación del deporte.
Políticas con las que lograrías descubrir cualquier cantidad de valores nuevos, que se encuentran a lo largo y ancho del país, esperando por una oportunidad para demostrar sus capacidades en las diversas disciplinas deportivas que se practican en los espacios donde no llegan los ojos de los directivos de las federaciones.
El reto Tokio 2020 obliga al gobierno por sentimiento patrio a derribar esas viejas infraestructuras federativas, cuyos intereses son muy distintos a los que representan nuestros atletas, que en todo momento, invocan el nombre de la Patria, su Libertador Simón Bolívar y el recuerdo del comandante Chávez, mientras que los federativos, no conocen otro lenguaje que no sea aquel que hable de divisas.
Como toda regla tiene su excepción, no dudo que hayan federativos que actúen con honestidad en el ejercicio de sus funciones.
Sin embargo dejo a criterio de quienes se sientan aludidos despejar cualquier duda que haya al respecto, porque al fin lo que persigo con estas suspicacias, que provienen de comentarios oídos de atletas, es que mientras más transparente sea el comportamiento de quienes dirigen el deporte, mayor será l,a moral de los atletas.
Todos conocemos la procedencia humilde de nuestros atletas y de los sacrificios que hacen sus familiares para que sus pupilos puedas llegar a un podio olímpico, sin embargo cuando uno sopesa el valor de nuestros atletas, con el valor de los federativos, nos damos cuenta que todos los méritos son del atleta.
Además de la inversión que hace el Estado y de los aportes que reciben las federaciones de otros entes internacionales para cubrir el esfuerzo que hacen nuestros atletas para dejar en alto el nombre de Venezuela, una buena parte de esos recursos, los manejan a discreción los que menos méritos tienen. y no porque la aspiración de los atletas sea una recompensa en metálico, toda vez que su pasión es ver colgada en su pecho, una medalla olímpica, que para ellos vale todos los reales del mundo, sino porque en justicia todos deberíamos jugar limpio como lo hacen ellos, para beneplácito de nuestro pueblo.
Situación que debe ser objeto de una profunda revisión por parte de los organismos del estado, que tienen que ver con la política deportiva, entre ella hay que hacer énfasis por lograr que los integrantes de las federaciones, si así lo determina el análisis que se haga, deben ser figuras deportivas ya consagradas en situación de retiro, escogidos mediante el voto popular de todos el conglomerado deportivo registrado en cada una de sus disciplinas.
El deporte no profesional es una reliquia, que debemos cuidar con esmero, porque allí se encuentran las futuras glorias deportivas de Venezuela.