De poco les sirvió porque todas y todos llegaron por su cuenta y riesgo de modo que la celebración fue un rotundo éxito. Pero ese no es el punto. El punto es el secuestro de la semántica, la impostura del discurso de estos arrastrados de siete suelas y nuestra incapacidad para la respuesta. Vociferaban consignas de libertad y democracia estos rancios pupilos del “Fundador y padre de la democracia” Rómulo Betancourt. Veamos el calibre de la desvergüenza:
Conocedor de esa tal “Democracia” por haberla sufrido y combatido
a lo largo de muchos años, se me ha ocurrido desempolvar algunas de las luminosas
páginas escritas por el “fundador y padre de la democracia venezolana” con la
confesada intención de ver cuáles fueron las fuentes cristalinas de humanismo
en las cuales abrevaron estos miserables remedos de dirigentes sindicales. Así
que veamos cuales fueron algunas de estas acciones democráticas de pureza
inmaculada en el mismo primer año de gobierno del “brujo de pacairigua”
A raíz de la juramentación del “padre de la democracia” ante el Congreso
Nacional, su primera acción de trascendencia social fue eliminar el Plan de
Emergencia, instrumentado por Larrazábal para atenuar la crisis económica y de
empleo de los sectores populares luego del 23 de enero de 1958. Pero veamos la
estrategia del demócrata irreprensible para tomar esta medida sin sobresaltos.
El día 4 de agosto de 1959, suspendió todo derecho a reunión
pública mediante Decreto N° 107 y en el mismo día y acto, promulgo el Decreto
N° 108 eliminando el mencionado Plan. Con tal motivo se registraron algunas
reuniones de pueblo las cuales fueron violentamente reprimidas con centenares
de presos y varias personas muertas a balazos por la policía de la democracia,
ese mismo día y para sellar las acciones represivas se dirigió al país
expresando: “En el curso del día de hoy se han producido en la ciudad de Caracas
motines promovidos por individuos descalificados…digo categóricamente que se
trata de actos promovidos por gente sin responsabilidad política, ni sindical y
por tanto intolerables”. Más adelante manifestó: “Debo ser enfático al decir que el
gobierno no tolerará paros, y que no se limitará en el futuro a declararlos
ilegales, sino que a sus promotores se les aplicarán las disposiciones
punitivas pautadas en las leyes de la República. Así como el gobierno no
tolerará que un empresario clausure su fábrica o su empresa, tampoco lo
tolerará cuando la actitud provenga de los trabajadores” Supongo que en esta fuente aprendieron estos
mariposones esperpénticos a “encabezar una manifestación para sacar al
delincuente de Miraflores” o quizás sería en esta doctrina democrática
en la que aprendieron a paralizar durante 64 días la industria petrolera y
otras industrias productoras de bienes y servicios de primera necesidad.
Esta misma actitud fue sostenida por Betancourt a lo largo de los siguientes
días y semanas contra lo que en su peculiar administración del verbo llamaba: “la
fauna de añoradores del paraíso perdido el 23 de enero de 1958”,
reprimiendo a plomo limpio todo intento de reunión o manifestación política. El
21 de enero de 1960 fueron detenidos y salvajemente golpeados 23 civiles
acusados de reunirse ilegalmente para “conspirar” contra el gobierno nacional.
Ese mismo día se dirigió a la nación llamando a los jóvenes de su propio
partido “cabezas calientes” y en esa misma exposición al referirse a las
medidas de seguridad tomadas para resguardar el orden y la ley, expuso: “Contra
este bandidaje ya no cabían medidas civilizadas. Y por eso se impartieron a las
Fuerzas Policiales y a las Fuerzas Armadas de Cooperación (Guardia Nacional)
para que dispararan, y no al aire, contra cualquier persona o grupo de personas
que se localizase en el momento de lanzar o depositar explosivos (bombas
molotov) en cualquier sitio de la ciudad. No se ha encontrado a nadie con las
manos en la masa, pero debe quedar claro ante el país que las órdenes
impartidas continúan… La orden es esta: sobre quien sea ubicado por un cuerpo
armado lanzando una bomba (molotov) se aplicará la última ratio de una descarga”.
¿Qué sería de esta gente si sus GUARIMBAS se las hubiesen hecho al Padre de la
Democracia?, ¿Qué habría pasado si en sus marchas en lugar de enfrentar,
escupir, disparar, apedrear, lanzar molotovs, quemar chaguaramos, incendiar el
Guaraira, amén de otras perlas, se hubiesen encontrado con las democráticas
Fuerzas Armadas de Cooperación de aquella “democrática” época en lugar de la
cruel, asesina y represiva Guardia Nacional Bolivariana de la actual dictadura
del régimen?
Todas y todos lo sabemos. No pienso que debamos ser como ellos pero si estoy persuadido de que ser revolucionario no es ser pendejo.
¡CON LA VERDAD VENCEREMOS!