GUSTAVO GARCÍA el vocero principal del Consejo Campesino Luchadores por la Paz de la Balsa, anclado en el corazón de Barlovento, dedicado a la producción de cacao, es un ejemplo a la constancia, perseverancia y lealtad al pensamiento bolivariano.
En su lucha por mantener vivo el mandato del Comandante Chávez, cuando llamo a los productores a organizarse con el propósito de mejorar las condiciones socio económico de los campesinos y campesinas para transformarlos en motores del desarrollo productivo agrícola del país, procedió como otros tantos en organizarse en su área productiva.
A partir de ese momento comenzó su vía crucis por los caminos de la burocracia oficial, asistiendo a cuantos eventos convocaban para oir las propuestas de los productores y para llenarse de esperanza con las tantas promesas que surgen de la boca de los representantes de los organismos encargados de atender la demanda de los responsables de los consejos campesinos para impulsar la producción nacional.
Gustavo García desde su inicio como vocero principal del Consejo Campesino, se ha planteado la idea de introducir cambios en la rutina de los productores de cacao, ofreciéndole otras alternativas que le proporcionen mejores condiciones económicas y sociales.
Entre esas alternativas comenzó a diseñar un proyecto para instalar en los predios del Consejo Campesino un CENTRO DE PROCESAMIENTO DE CACAO, para producir materia prima para la exportación, tales como: cacao en polvo, manteca y licor. Con ese fin procedió a darle personalidad jurídica al Consejo Campesino, y nutrirlo de toda su documentación, permisos, códigos, licencia y patente para satisfacer los requisitos de Ley.
Con esa propuesta bajo el brazo ha recorrido durante 8 años las dependencias e instituciones financieras del estado, sin encontrar respuesta, a pesar de haber demostrado hasta la saciedad, que su principal objetivo es fortalecer al gremio de productores de cacao de su región y producir por esta via divisas para el país que bastante las necesita.
Argumentos que no han hecho mella en la resistencia burocrática del estado, sin embargo Gustavo García no ha dado su brazo a torcer y con todo lo que representa esta pandemia sigue dispuesto a continuar transitando en medio de las dificultades hasta lograr implementar su proyecto cacaotero.
En una conversación informal que sostuve con este empecinado productor de cacao, me confesó que además de la fe que tiene en su proyecto, siente que su perseverancia cuenta con la voluntad de Dios y eso es lo que le da fuerza para seguir adelante.
Fortaleza que lo ha llevado a tocar otras puertas, buscando asesoría y acompañamiento. Como resultado de estas últimas gestiones, tiene encaminado la firma de una alianza comercial con una empresa nacional con vínculos internacionales, así mismo un grupo de profesionales están contribuyendo, gestionando financiamiento para dicho proyecto. Además me dijo que goza del respaldo de un amigo llamado SANDY que se encuentra en los Estados Unidos que en los tiempos difíciles nunca le ha dado la espalda.
Esta narrativa parece ser el fiel reflejo de lo que acontece con la mayoría de los medianos productores del campo venezolano, que no gozan de los mismos privilegios que han recibido del gobierno los grandes "empresarios del campo" pero que la mayoría viven en las urbes de las principales ciudades del país, situación que los aleja de las vicisitudes y ronchas que viven los campesinos para poder mantenerse en el campo.
¿Sera que esta pandemia hará el milagro de hacer que las instituciones y entes financieros del estado, admitan que por encima de los intereses de los particulares, están los derechos de un sector de productores nacionales, que deben ser atendidos para que le garanticen los alimentos a la población a precios justos como lo establece la constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela? Particularmente en tiempo de calamidad como la que estamos viviendo.
O hará llamar a la conciencia de los gobernantes para que limpien el camino de las corruptelas que han germinado en el terreno de la producción y comercialización de los alimentos que se producen en el país, al punto que muchos de nuestro rubros agrícolas, pesqueros, avícola y pecuario, ya no están presentes en la mesa de las familias de los sectores populares por sus elevadísimos precios, hoy tristemente dolarizados por voluntad del Banco Central de Venezuela.
De modificarse la conducta como aspiramos de los organismos del estado que conducen la política económica del gobierno, muchos seran los GUSTAVOS GARCÍA que verían cristalizados sus sueños de convertirse en medianos empresarios produciendo divisas para su país, al contrario de lo que hacen la mayoría de los llamados "grandes empresarios" que jamás repatrían un dólar de los tantos negocios que realizan en el exterior con dineros aportados por el estado venezolano.
En medio de estas expectativas el CONSEJO CAMPESINO LUCHADORES POR LA PAZ DE LKA BALSA con Gustavo Garcia al frente seguirá aferrado a su empreño de sobrevivir a pesar de las dificultades.