Ni Colombia ni Dolartoday son culpables directos de la presente crisis

De entrada: Ningún país está obligado a convertir ninguna moneda de otros países por la suya si estas no son de libre convertibilidad internacional. Tal conversión a todas luces rebaja nuestras reservas internacionales en dólares. De allí deriva la paridad calculada por "dolartoday".

Ha sido la negligencia u omisión del BCV el verdadero culpable de que los precios hayan subido a los niveles actuales y lo sigan haciendo, aun después de la reciente remoción de parte de la directiva de dicho banco.

Inferimos una crasa deficiencia profesional de parte de quienes han asumido semejante responsabilidad en materia de estabilidad económica y niveles de precios de la moneda nacional.

El comercio internacional sólo interviene en la Economía nacional en materia de comercio exterior, y de allí que los comerciantes no tengan por qué orientarse con las referencias internacionales para la fijación de los precios de todas las mercancías domésticas. Los commodities, por ejemplo, marcan los precios que deben ser internacionalmente usados como referencias en todos los países sólo para esas mercancías, y hasta allí.

Ya pasó el tiempo donde y cuando el BCV sólo era una sucursal del Fondo Monetario Internacional y la incapacidad profesional de sus presidentes y directivos se encubría mediante el estricto cumplimiento de las normas pautadas por esa entidad internacional.

Desde luego, cuando la moneda nacional es usada como la mercancía a la cual, supuestamente, se le pueda cotizar exteriormente como si fuera petróleo u oro, níckel o café,  debe pensarse en que es responsabilidad del banco central de cada país  velar porque la única paridad legal admisible de su moneda sea la que fije la misma dinámica interna en cuanto a l amoneda de pagos internacionales, en una relación biunívoca  de las divisas y la moneda nacional, pero en el bien  entendido de que es sólo la paridad del banco nacional la que puede usarse como referencia cambiaria  a los efectos del cálculo de los  pecios nacionales para todas las mercancías afectas de esa paridad.

En el caso de los bolívares que Colombia acumula y pretenda usar como divisa para su cambio por dólares ante nuestro BCV, es una pretensión que debe cesar de inmediato. La única forma de explicarnos tal convertibilidad es atribuyéndole una innegable negligencia a la directiva de este banco nuestro. Si ese Banco Central de Bogotá admite la conversión de Bs.F por dólares es responsabilidad suya, pero no de nosotros. El famoso decreto colombiano que admite convertibilidad para para nuestros bolívares es algo doméstico ya que en la frontera Colombia-Venezuela se viene acostumbrado a compraventas indistintamente en una u otra moneda de ambos países., pero tal convertibilidad no es extensible  para el resto de Venezuela. 

Estamos seguros de que los pesos colombianos que nosotros tengamos por la venta de gasolina podrían legalmente ser rechazados por el banco Central de Bogotá. Esa moneda y cualesquiera otras que no sean divisas, es decir, que no sean monedas de libre convertibilidad internacional no estamos obligados a admitirlas como tales, sin el tácito o expreso consentimiento del propio BCV.

  Por otra parte, el reciente diciembre fue un desastre económico para el comercio nacional, particularmente para quienes trafican con rubros no regulados o al margen de la cesta básica.

Ya empieza a verse los descuentos de 20; 30 y más/% en las vidrieras del comercio de ropa, zapatos y afines. En consecuencia, es de esperarse declaraciones de pérdidas a los efectos de causarle más problemas al Estado en materia de impuesto sobre la renta (I/SR).

El Estado muy probablemente deberá rechazar tales declaraciones y   pechar sobre las ganancias declaradas en el año 2016, sobre la base de que tales pérdidas fueron autoinducidas por un comercio que durante el año pasado fue incapaz de rebajar un céntimo a sus mercancías y, por el contrario, se sumó tercamente a las subas de las mercancías de la cesta básica, a sabiendas de que los comerciantes alcistas usaban y usan una paridad indebida.

A Colombia podría acusársela de contrabandista y otras violaciones fronterizas, pero no de lo que nuestros comerciantes vienen haciendo con los pecios de nuestras mercancías traficadas en casa.

Efectivamente, los comerciantes no involucrados con las mercancías de la cesta básica ni con el tráfico de medicinas no tuvieron razón alguna para incrementar sus precios, salvo la de sumarse a esa estrategia golpista que han puesto en práctica fabricantes y comerciantes de todo rango.

Por supuesto que el BCV, en las personas de su Presidencia y demás directos, debe rendir cuenta por su inercia en esa materia. No basta la remoción de sus cargos, ellos les deben una explicación al pueblo de su torpe actuación frente a las subas de precios que indiscriminada e ilegalmente han venido practicando todos los comerciantes.

El Estado no puede ni debe seguir tolerando movimientos alcistas de precio y, por el contrario, debe declarar una rebaja general de dichos precios ya que ninguno de ellos se justifica para anada ni en modo alguno.

Eso de culpar a Colombia, a su decreto de sobre doble paridad cambiaria, y a la pág. web dolartoday, no puede seguirse manejando mientras no se dilucide completamente por qué vendemos gasolina en pesos y en paralelo podamos seguir culpando a Colombia por la admisión de nuestra moneda como una divisa o de libre convertibilidad frente a su peso.



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Manuel C. Martínez


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