Frente al omnipotente poder del Banco Central de la república, lo ponemos en duda. (Art. 319 CRBV 1999).
Infiérase que tal omnipotencia del Poder Nacional representado por el Banco Central de Venezuela ha buscado evitar la tentación de un uso ilimitado del circulante monetario por parte de los gobiernos, como es el caso real del FED (EE. UU.) Así nos fue vendido, y así lo compramos.
Sin embargo, tal autonomía en materia económica, financiera y dineraria no impide a esta institución bancaria el uso indebido que hace de la moneda en beneficio casi exclusivo de la empresa privada a través de la banca privada en nombre y para la buena marcha de la economía, burguesa, por supuesto*.
No hay duda de la importancia vital del circulante para toda economía mercantil y de allí la centralización de las emisiones de dinero oficial a cargo del BCV, organismo que contrata cecas para las correspondientes emisiones y/o acuñaciones.
Lo que no está claro es la elasticidad que el BCV otorga a la banca privada al punto de, no sólo costear a cargo del Estado el circulante, sino que este es puesto gratis en las bóvedas libérrimas de la banca privada para que esta haga uso crematístico del dinero en cuestión.
Cierto que esa banca privada paga impuestos, pero, ignoramos si por concepto de la cesión del dinero oficial del BCV, este ente emisor recibe alguna parte de las extraordinarias ganancias que obtiene la banca en cuestión, además del enorme poder que en la dinámica económica determina, clasifica, controla y supervisa autónomamente la banca privada ya que esta entidad privada es la que negocia financieramente con empresarios, fabricantes e intermediarios y otros clientes no comerciales[1].
Se trata de una anárquica planificación privada realizada a la entera satisfacción de la empresa privada tanto nacional como internacional. Digamos que con la legislación financiera que lo rige, el BVC no sólo está a favor del interés y las órdenes directas de la empresa privada nacional, sino también de la internacional.
Temas como este son muy delicados y poco se escribe sobre ellos ya que, si a ver vamos, toda esa actuación ventajista de la banca privada se halla consagrada en la propia Constitución de 1999.
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*Venimos proponiendo que sea el propio BCV la institución que suma directamente la organización y marcha de la banca privada, sin la intermediación de Sudeban.
[1] Por ejemplo, si por la banca privada fuera, la agricultura estaría en cero en aportes al PIB. Algunos gobiernos han tenido que imponerles-sin mayores éxitos- cuotas crediticias para favorecer a los empresarios del campo, para viviendas, etc.