El madurismo se caracteriza por el totalitarismo, el nepotismo, la corrupción, la mediocridad, la incapacidad, y la miseria humana. Estando las tres primeras condiciones reservadas para una cúpula perversa, mientras que las tres últimas condiciones, representan el triángulo de la bazofia de acciones públicas que se ejecutan en los todos los niveles de semejante gobierno. Esa es la razón por la cual el país está hundido en una terrible crisis, cuyas características y dimensiones están a punto de llevarnos hacia un desenlace apocalíptico.
Sobre el madurismo hemos escuchado infelices declaraciones tales como: "La inflación no existe en la vida real"¹ por parte de un defenestrado ministro de "economía", Luis Salas". "Si los venezolanos no comieran, los anaqueles estarían llenos"² cuya sintaxis pertenece sobre quien ha ocupado casi todas las funciones en el gobierno, Elías Jaua. También Freddy Bernal nos generó sus máximos conocimientos agropecuarios cuando dijo: "El conejo no es una mascota, sino 2 kilos y medio de carne"³, además que se promovería su "cría" como parte de un nuevo plan "alimenticio". ¡Claro! Pudiéramos mencionar cientos de afirmaciones de quienes han pasado por el grupo de ministros maduristas, así como los que aún se mantienen, pero ello sería mejor reservarlo para un ensayo o revista de humor, con el Chavo del 8 de protagonista.
No obstante, el recién designado ministro del "trabajo", Eduardo Piñate, considero ha dejado ver todas las tres últimas características negativas del madurismo en una sola declaración, cuando con infelices palabras en un conocido programa televisivo nos dijo: "El salario llegó a 5 millones 196 mil bolívares, con eso la gente se alimenta. Compra lo mínimo. Es cierto, los precios varían, hay gente que con eso puede comprar determinadas cosas, a lo mejor no compra el kilo de queso, pero sí medio kilo".⁴
Que un ministro del trabajo no solamente diga que con el actual salario mínimo, incluso tomando como referencia la tasa oficial de compra de remesas que ha fijado el gobierno, lo cual apenas representa un poco más de un dólar para una quincena, y que con ese monto la "gente se alimenta", pero que tal vez ese "alimentarse" implica aceptar que solamente se podrá comprar algo así como medio kilo de queso, demuestra que el madurismo está lleno de individuos que no solamente perdieron la sensibilidad humana, sino que están de acuerdo plenamente en que los venezolanos tengan que "vivir" con salarios de hambre. ¿Qué clase de ministro del "trabajo" es éste quien asegura que los venezolanos podemos vivir con esos "ingresos"? La respuesta es simple. Un ministro del "trabajo" que promueve la más rancia explotación capitalista que nos hace el madurismo, cuando ha sometido a toda la población laboral a una espantosa pobreza.
Eduardo Piñate se ha convertido en la más figura más despreciable del gobierno, no porque tales declarantes y voceros no existan en el madurismo, porque de ellos, individuos nos sobran, sino porque sus funciones de estar al lado de los trabajadores, han quedado en pleno contrasentido acompañado de un nivel de irónica alegría, al decir de una u otra forma, que la población laboral en Venezuela debería estar "conforme" porque tiene unos ingresos que nos permiten "comer" ¡Infeliz!
El actual ministro del "trabajo", quien además le gusta estar rodeado de altos grados, y no precisamente centígrados, merece toda nuestra condena política y social. Es un individuo sin sentimientos que nos acaba de comprobar que mientras el madurismo sea gobierno, nos bastará medio kilo de queso para "alimentarnos". A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
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