Entiendo que en las conversaciones con los empresarios se procuró que los precios acordados sean cumplidos tal cual, ahora, la verdad es que productos tan importantes como la carne y el pollo, fueron objeto de ajustes técnicos, es decir según las presentaciones y cortes. Demás está decir que ambos productos están desaparecidos si se puede aplicar el término. Ahora se introducen nuevos elementos perturbadores como el caso del Presidente de la Federación de Ganaderos (Fedenaga), quien olímpicamente declara que ellos no participaron en dichos eventos y que el precio acordado de BsS 90,00 no cubren los costos.
La pregunta obligada es si se acordaron precios con gente del sector ganadero y avícola, estos no manejaban sus costos o sencillamente el precio se estableció de acuerdo a una estructura de costos establecida por quienes concertaron y acordaron. Conociendo a quienes están al frente de Fedenaga, por demás opositores a todo lo que les impida establecer precios razonables, podemos concluir que esa actitud lesiva a los intereses sanos del pueblo, es la naturaleza de quienes como empresarios quieren obtener ganancias exhorbitantes de cara a alterar la economía en sus propósitos desestabilizadores, no hay otra explicación.
De allí deriva el título del presente artículo, se trata de manifestar la acción del gobierno que ha tenido la voluntad de establecer acuerdos con los empresarios con margenes suficientes de ganancia sin que los precios se incrementen de manera exponencial como venía ocurriendo.
La paciencia del gobierno debe tener un límite lógico, dados los elementos de la actual coyuntura, y si es probable que se asuma una actitud bajo una decisión que rompa el circulo vicioso a que nos quieren someter estos "empresarios" que aún no se han dado cuenta que el país es otro, o se ejerce la autoridad y se rompe la paciencia en términos de ejercerla bajo los parámetros de la Ley.
Al respecto, la acción de las autoridades debe ser más punitiva y romper ese circulo de quienes quieren un país como el que ellos añoran del pasado de gobernantes complacientes de la cuarta República, en consecuencia se debe actuar con decisión sin que tiemble el pulso y aplicar sanciones severas de una vez por todas, no le tengamos miedo a las amenazas externas y a quienes quieren sobrevivir de practicas acabadas.