Cuando el presidente de Ecuador Lenin Moreno es su brillante discurso ante el resto de naciones presentes en la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pronunció aquel célebre pensamiento de Jose Martí: "Cuando un pueblo emigra, los gobernantes sobran", dicha frase se hace en una incuestionable razón política, que no solamente pertenece sobre quien es considerado por muchos el progenitor del sentimiento patriótico de Cuba, sino que se convirtió en una demoledora sentencia sobre la magnitud de la tragedia que nos condena a los venezolanos, originada por un gobierno que ha destrozado por completo las esperanzas sobre la patria de Bolívar.
Por ello, es evidente el interés del madurismo por tratar de disfrazar el tema de nuestra creciente emigración no sólo subestimando las cifras de los connacionales que deciden marcharse, sino haciendo actos ridículos con el primer extranjero que encuentran en nuestra malograda nación, quienes en su mayoría, como también se han ido, pues sólo les queda mostrar unos pocos con la finalidad de hacer un show mediático, y seguir tratando de engañar a una reducida claque de que es mentira lo que vemos sobre millones de venezolanos huyendo ante la crisis económica y la violación de los derechos humanos, y por el contrario, a diario estarían entrando miles de extranjeros, suponemos por "caminos verdes" porque éstos vendrían escapando del desastre en que viven sus países para llegar a la tierra prometida en que Nicolás Maduro y sus panegíricos han transformado a Venezuela.
Aquí no hay nada qué hacer. Hasta los actos que motoriza la claque madurista dan risa. Así vemos a Jorge Rodríguez diciendo que se dará cualidad de "refugiados" a 54 colombianos. El gobernador del Zulia firma un "convenio" dizque para reparar las torres eléctricas del estadio en donde juega el equipo de beisbol de la región, mientras en ese otrora y pujante estado, no hay un solo día en que su población no genere protestas por las constantes interrupciones eléctricas.
Si lo anterior fuera poco en los términos de ridiculez política, la empresa Consolidada de Ferrys (Conferry), que fue "nacionalizada" hace unos años, salen a la calle a protestar unos 800 trabajadores porque ni siquiera habían cobrado sus salarios, y en contraste su "directiva" nos anunciaba la paralización de la última embarcación que le quedaba en funcionamiento luego del hundimiento del resto de su flota. O sea, semejante noticia es como decir que la empresa madurista prefería la aplicación de la eutanasia antes que ver hundido el último de sus ferrys, y con semejante desmadre, el gobierno para tratar de desviar la atención nos "informaba" que del 22 al 25 de noviembre de 2018 será la "feria" internacional del turismo en Margarita.
¡Santo Dios! Supongo que en esa flamante reunión nos mostrarán las posadas y hoteles sin agua ni luz, viendo a los visitantes cargando tobos con el vital líquido o alumbrándose con velas como parte de una nueva política turística. También veremos la contaminación de la isla porque la empresa recolectora de desechos sólidos hace tiempo dejó de recoger la basura. O seremos testigos del cómo aproximadamente un 80% del puerto libre cerró sus puertas ante la quiebra precisamente del turismo en la región. Sin obviar que hasta nuestros pescadores son asaltados a diario por los llamados "piratas" ¡Claro! Aun así, habrá "feria" internacional de esa actividad, aunque la realidad sea otra.
Sobre la emigración el colmo en la pérdida de la sindéresis está cuando Maduro se atreve a asegurar, que los emigrantes han recibido algún tipo de pago para realizar tal acción humana. Eso es demostrar el desprecio ante lo que no puede ocultar y que sabe lo debilita en el plano internacional, máxime cuando esos millones de voces llegan hasta otras latitudes, y allí en otros espacios narran y describen el averno en que este gobierno ha convertido a Venezuela.
La única verdad está a la vista de nuestro pueblo y del mundo: Si los venezolanos emigran, Nicolás Maduro sobra. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
