A propósito de ser ciego

Por cada año que Maduro siga en el poder emigrará un millón de venezolanos

Por cada año que transcurra Nicolás Maduro aferrado en el poder no habrá manera de que el país salga de la crisis. La hiperinflación y el colapso de la economía hasta niveles de total destrucción terminarán por hacer conmocionar a una nación cuya neuralgia política, económica y social para poder restaurarla hasta niveles de una sociedad equilibrada, necesitaremos no menos de una década por cada período en que el actual régimen continúe controlando Miraflores.

Si los maduristas piensan que con el actual gobierno se pondrá fin a la hiperinflación, a la quiebra de empresas privadas, que la producción agrícola y pecuaria llegará hasta niveles de máximo consumo interno y exportación, que en sus viviendas y sitios de trabajo que no haya luz o agua será un hecho muy extraño, que estando en una parada de autobús cada tres minutos pasará una unidad que podrá llevarlo hasta su sitio de destino, que las escuelas y hospitales serán eficientes en materia de servicios, y que la criminalidad y corrupción desaparecerán hasta niveles de mínima observancia, pues finalmente se quedarán en un país totalmente destrozado, junto con la población más sumisa y anciana tratando de sobrevivir.

Cada año en que Maduro continúe en el poder, cuando menos veremos emigrar un millón de venezolanos, hasta que finalmente alrededor del 50% del país, o sea, un tope máximo de emigración, equivalente al total de su población activa – junto con sus hijos – hayan abandonado su tierra natal. Es la realidad que nos espera. Esa será la "revolución" que el madurismo impondrá a los venezolanos. Con la destrucción de las instituciones, la muerte de la democracia, y la quiebra de la industria petrolera, Venezuela se convertirá en un auténtico infierno. Nadie querrá vivir en la patria de Bolívar, salvo la cúpula madurista adueñada del país, y los resentidos sociales a quienes poco les importa la suerte de la sociedad como un todo. Obviamente, también quedará una parte de ciudadanos en contra de su voluntad.

Un país, en el cual un 70% y 80% de la población emigrante se encuentre en niveles de edades entre 18 y 50 años no podrá sobrevivir en su componente económico. Por ello, el madurismo ha implementado la aberrante decisión de no entregar pasaportes. Busca con semejante medida impedir que se acelere el proceso de emigración. Es más, cuando los maduristas para tratar de justificar su ineptitud e incapacidad ante la crisis que vive el país, dicen que estamos en una "guerra económica", pues debemos preguntarle a esos impetuosos de la mentira: ¿Qué hace parte importante de la población de un país que está en guerra? ¿Acaso no es emigrar? Verbigracia, el madurismo incluso con ese cuento de la "guerra económica" lo que hace es como decimos en criollo: echarse cuchillo a su propio pescuezo.

Esa es la razón por la cual el madurismo intenta revertir la visión universal de la emigración venezolana, diciendo que ahora quienes se han ido del país, "quieren regresar". La verdad es que el madurismo con esa tesis, no sólo queda a la defensiva, sino que para qué ponerse a desmentir tal realidad, si como dicen ellos, la emigración está en los "niveles normales" que el resto de naciones. Pues, entonces, lo mejor no es quedarse tranquilos ante algo que evidentemente no afecta al gobierno en lo más mínimo ¿Para qué tratar de desmentir algo que no es verdad? Es más. Si el madurismo quisiera dejar esa tesis de la emigración en ridículo, lo que más debería hacer es entregar sin ninguna restricción todos los pasaportes que les sean solicitados, y de esa manera mostraría al mundo, que en efecto, en Venezuela no existen limitaciones para quienes deseen salir del país.

Aquí la única verdad es que mientras Maduro siga en el poder, Venezuela terminará completamente destruida. La industria petrolera en la praxis le pertenece a los chinos y rusos. Con apenas un poco más de un millón de barriles de producción de crudo por día, todo ese petróleo ya está comprometido en el contexto de las deudas que el madurismo ha contraído con los países mencionados, y lo peor, es que nuestras refinerías también se encuentran en estado crítico, lo cual nos coloca en una situación de racionamiento de gasolina hacia el corto plazo, lo cual hará más lentas las alicaídas actividades económicas.

Si Maduro logra quedarse en el poder, cuando menos por otro sexenio, de Venezuela sólo quedará el nombre. Lo demás será una amarga historia. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.



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Javier Antonio Vivas Santana

Más de 6 millones de lecturas en Aporrea. Autor de la Teoría de la Regeneración del Pensar. Dr. en Educación (UPEL). Maestría en Educación, mención Enseñanza del Castellano (UDO). Lcdo. en Educación en las menciones de Ciencias Sociales y Lengua (UNA). Profesor de pre y postgrado tiene diversas publicaciones y ponencias internacionales acreditadas y arbitradas por editoriales, universidades e instituciones de España, Rusia, Estados Unidos, Alemania, Francia, y naciones de América Latina.

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