...para sentir en mi propia sangre, el dolor de mi pueblo

En esta Navidad, me negué a comprar ni un solo pan de jamón, ni un solo panetón, ni turrón, pernil, ni hallacas...

No me digan que es mentira el sufrimiento de mi gente…

No me hablen de una Navidad Feliz…

El tiempo y la vida me susurran al oído, que más pronto que tarde…

Mis pasos dejaran de andar por los caminos de esta amada tierra…

Será por eso, que, en la tercera edad, caminamos más lentos…

Tal vez intentando retardar, el llegar al final de nuestro camino…

Despertamos en las noches, seguramente para estar despiertos más horas cada día y disfrutarlos más (no lo sé) …

Es como si todo tuviera una repuesta en nuestras vivencias…

Muchos dicen que nos volvemos más nostálgicos…

Y no me atrevo a desmentirlo…

he sido testigo en primera persona del sufrimiento de nuestro pueblo…

y me resisto hacerme el desentendido…

He vivido la alegría de mi gente con todo mi corazón…

Y no acepto que nadie me quiera explicar, si hoy lo es, o no lo es…

Esta es mi peor Navidad en toda mi vida…

Y para mi pueblo también lo es…

Hemos perdido la risa, hemos perdido la alegría…

Y la mayoría lo sabemos…

Pero otros han perdido mucho más…

Lo material se les ha esfumado…

El sacrificio de toda su vida se lo han llevado…

Sus carros se dañaron, por falta de mantenimiento, ni recursos para intentar repararlos, todos los días somos testigos de carros accidentados en avenidas y autopistas…

Los venden por dos lochas, con los zamuros a la vista…

Lo mismo sus viviendas, venden los que les costó el máximo sacrifico de toda una vida a precios regalados…

No existen otras alternativas…

Pero el dolor no termina ahí…

Lo material va y viene (aunque muchas veces no regresa) …

Lo que nos destroza el alma y muchos no lo resisten…

Es la partida de los hijos hacia tierras lejanas buscando nuevos horizontes…

Los planes futuros se hacen trizas y se ven obligados a inventar…

Seguramente muchos verán sus rostros en los por puestos, en el tiempo perdido esperando por ellos, un Metro a punto de colapso, y mi pueblo con su mirada perdida como buscando el infinito, una entrada y salida del mismo, convertido en una odisea…

Navidades tristes…

Esa es la cruda realidad…

Navidades Felices, es igual a los políticos de antaño, cuando llegaban las elecciones y se iban de paseo a sacarse fotos a los cerros…

Pura mentira…

Será por eso que esta noche no tendré en mi mesa…

Pan de jamón, paneton, turrones, hallacas, ni un coño…

Que me haga recordar que hoy es Navidad…

(…) Agradecería enormemente no recibir correos ofensivos, burlescos, y fuera de contexto…

debemos aprender que nuestros derechos terminan cuando comienzan los derechos de los demás…

Todos tenemos derecho a pensar diferente y respetar en los demás, su modo de ver las cosas…

Que el próximo año sea mejor…………………….



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José Varela


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