En virtud de la pulverización del Bolívar, derivada de la errada dirección en la política económica y controles perversos durante largos años, hoy más que nunca es necesaria la implementación de una moneda, que genere confianza y permita a los venezolanos realizar sus funciones básicas a través de la misma, entre las que se encuentra en primer lugar, que sirva como medio de pago, para nadie es un secreto que hasta los chicharrones en la calle se cobran en dólares, en segundo lugar que sirva como reserva de valor, nadie en su sano juicio quiere ahorrar en bolívares, y tercero y no menos importante que se pueda utilizar como unidad de cuenta, es importante recordar que en la actualidad al bolívar le fue suprimida esta función como unidad de cuenta y le fue asignado al Petro, todas las empresas están obligadas a usar como unidad de cuenta en sus contabilidades la criptomoneda.
En consecuencia, no basta con reconocer que en Venezuela más del cincuenta por ciento de la población realiza sus transacciones en moneda extranjera, y que dicha condición sirva de oxigenante al gobierno o válvula de escape, lo que resulta imperante en este dramático momento es reconocer la paupérrima condición del Bolívar devaluado y ponerle fin.
Considerando entonces que gran parte de los venezolanos han migrado del abatido Bolívar a otras monedas más fuertes como el Dólar por sentir confianza en él, ¿porque entonces no se realiza un referéndum? que sea la voz del pueblo quien elija, por lo cual las preguntas a consultar podrían ser las siguientes, ¿Quiere usted sus cuentas bancarias en Dólares o Bolívares? ¿Está usted de acuerdo en percibir sus sueldos en Dólares? ¿Cree usted pertinente la dolarización formal de la economía? Los resultados de dicha consulta no nos sorprenderían, sindicatos y otros gremios, trabajadores formales e informales quieren Dólares.
Ya basta de cuentos y excusas, que si perdemos la soberanía o cedemos a la hegemonía yanqui, de más está decir que el gobierno ya está de rodillas al imperio, la dolarización informal y de facto ha sido un resultado, una muestra de la errática política económica del actual gobierno, el "Dólar criminal" como se le señalaba se ha adueñado del desarrollo habitual de la economía de gran parte del país. El Bolívar debe dejar de ser ese telón de humo sobre el que se esconde el gobierno y darle la cara al empobrecido pueblo venezolano, el Estado tiene la responsabilidad de devolver la tranquilidad y esperanza a este país derruido y anárquico.
Si bien es cierto que la dolarización no puede considerarse la panacea de todos los males del país, dicha implementación nos colocaría en una situación totalmente distinta a la actual. Recordemos que en Ecuador para el año 2000 antes de la dolarización, el sueldo había caído a menos de 40 dólares, en medio de un entorno inflacionario feroz, y hoy en día casi dos décadas después, el salario mínimo se encuentra en torno a los 400 dólares, los sueldos han subido de forma estable y sostenida a lo largo del tiempo, es una moneda popular y de mucha confianza para el ecuatoriano, país en donde la pobreza ha disminuido, el desempleo se redujo significativamente, el comercio internacional creció, no hay devaluación y la inflación ronda el 1% anual. Paradójicamente es el país que más ha recibido migrantes producto de la crisis económica en Venezuela, cerca de 600.000 personas.
En definitiva, es el pueblo quien debe decidir que moneda tener, si quiere una moneda devaluada o una moneda con la que puedan realizar sus funciones comunes, una en la que pueda sentir confianza a la hora de ahorrar e invertir, comprar y vender. El Bolívar ya no cumple sus funciones básicas y el venezolano no lo quiere, si el gobierno se debe al pueblo ¿Por qué no le consulta que moneda desea tener?