Orencio y Toussaint

Gracias, Orencio. Todo esto, esta propuesta de Toussaint, está muy bien…

Pero lo que yo vengo considerando hace mucho años es la incompatibilidad de propuestas llevadas a la realidad como ésta, con el carácter democrático burgués de las naciones del mundo implicadas en todas las instituciones conocidas y en las esporádicas reformas de las mismas, o su sustitución por otras nuevas, como la que propone Toussaint. Pues me parece una utopía más, al servicio de luminosas ideas tan frecuentes, y más ésta de envergadura, para que todo siga igual... Porque la voluntad de superar tanta deficiencia, tanta injusticia por parte del Banco Mundial y el FMI, en perjuicio de los países comparsas que somos la mayoría, es un fin en sí mismo tan noble como justo. Pero la naturaleza de la economía de mercado, lo mismo que el ordenamiento jurídico internacional, son, en sí mismos injustos. Consiste esa naturaleza en partir de una hipótesis que es al mismo tiempo presunción: que vivimos en Occidente en un régimen económico de absoluta libertad de mercado cuando, como el mismo Toussaint reconoce, dominan el Banco Mundial, el FMI y la economía mundial, los mismos que vienen dominando después de la segunda gran guerra hasta ahora, el orden político internacional, los Tratados, las Convenciones haciendo del Derecho Internacional una comedia o una parodia. Es decir, en el caso de que la propuesta prosperase, los dominadores del mercado seguirían siendo los mismos. Las trampas, los paraísos fiscales, las argucias, los mismos. La libertad de mercado seguiría presidiendo su legitimidad. El control, no de los productos de bagatela, que son los destinados al consumo masivo de las poblaciones como motor de esta economía, seguirían alimentando la ilusión de que éste es el menos malo de los sistemas. Pero los holdings, los lobbys, el poder financiero, los ricos, los opulentos, etc, etc seguirían siendo los mismos. De la misma manera que el Derecho Internacional que han estudiado mis nietos, es papel mojado (y se lo he advertido para cuando pasen de la teoría a vivir la práctica, y comprueben el "derecho de dominio" de Estados Unidos y sus aliados más o menos permanentes, sencillamente porque disponen a priori del arsenal más potente y, sobre todo, de la "voluntad de poder", esencial en la filosofía de Nietzsche.

Me dirás, nos dirá Toussaint, que es preciso intentarlo, y así es. Pero en estos momentos en que China, Rusia y los BRICS maniobran a fondo sin tenerlo en cuenta Toussaint, "parece" (aunque no sea ésa su intención) que estamos ante la noble y justa propuesta de un profeso de la economía de mercado puro, y en consecuencia un filocapitalista, que sabe muy bien que no va a prosperar, pero ante el mundo de los hartos, de quienes conservan la lucidez y no viven apegados al tópico de todo el periodismo del mundo, y de todas las enseñanzas de la Economía en todas las universidades del mundo, queda muy bien…

Un saludo



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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