Ante esta pandemia nos hemos visto forzados por condiciones de aislamiento que han surgido propuestas para que la educación llegue a rincones del país de forma virtual en base a respuesta sobre demanda estudiantil, sin embargo, ante este paradigma existen numerosos problemas entre estudiantes y docentes que carecemos de dispositivos, conectividad a Internet o que deben compartir dispositivos tecnológicos; docentes que reportan no poder acceder a contenidos televisivos o la gran dificultad de compaginar las actividades académicas con las actividades domésticas, todo ello en un contexto de estrés e incertidumbre.
Por su parte, se entiende con rapidez la educación a distancia que fue como si nos cambiaran el switch, situación que en algún momento se tratara de solo enviar asignaciones o pedirles a los estudiantes que se conectaran o gravarán videos pese a las dificultades de cada uno y aun cuando la misma educación a distancia por su emergencia, enfrenta dificultades para transfórmala de presencial a virtual de manera inesperada.
En este aspecto, considero que como docente a distancia he tenido conocimiento que existen estudiantes, madres y padres de familia que hacen sus trabajos en las noches o madrugadas, mientras sus hijos cenan o realizan sus oficios de la casa e investigaciones. He observado como el estudiante o el mismo docente trata de resolver los problemas para adquirir o reparar una herramienta de trabajo (computadora, teléfono), de salir a la calle a buscar comunicación por medio de la conectividad de internet o enfrentar la lamentable pérdida de este ante un robo.
Cabe destacar, que en oportunidades varios estudiantes han cursado sus semestres entrando rara vez a la semana a Internet, puesto que viven o trabajan en zonas rurales, o simplemente se cuelgan en alguna red de la calle para poder hacer sus envíos de las actividades, todos ellos son estudiantes universitarios que han aceptado participar en este nuevo paradigma de una modalidad educativa donde la demanda de herramientas tecnológicas y conectividad ha sido escasa, pero antes estas situación y estrategias aplicadas por el docente se ha podido culminar los periodos de clases con satisfacción.
Es por eso que, la educación universitaria a distancia se debería desarrollar en algunas oportunidades con actividades sincrónicas, en mi caso contamos con un modelo de entrega y retroalimentación asincrónica semanal que permite, a través de la escritura, videos, esquemas, análisis, ensayos, establecer un diálogo con los estudiantes. Se conserva además algún espacio para ofrecer un acompañamiento y apoyo cuando las actividades los ameriten, a fin de realizar reuniones sincrónicas en función de explicar o evaluar el contenido planificado. Asimismo, puesto a la actividad de aprendizaje y la posibilidad de mediar para responder dudas, ofrecer recursos de apoyo, es lo que sobrelleva a que los estudiantes tengan la posibilidad de aprender por sí mismos.
Sin duda, que esto nos impulse a reflexionar sobre qué y cómo debemos estimar en este tiempo de pandemia; deberíamos pensar en criterios de apreciación, que puede ser una oportunidad potencial para abrir un diálogo considerado y ventajoso en este tiempo.
*Docente de la Universidad Politécnica Territorial del estado Portuguesa "Juan de Jesús Montilla"
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