Desde muy temprano salí de casa con la intención de realizar, antes de las doce del mediodía, todas las actividades previstas del día ya que mí agenda incluía, por sobre todas las cosas, regresar temprano e instalarme a presenciar lo que estaba llamado a ser un debate histórico; el debate que los estudiantes que representan a la oposición venezolana solicitaron ante la Asamblea Nacional para exponer sus puntos de vista en torno a lo que ellos llaman el “cierre de RCTV” y la “falta de libertad de expresión”.
No voy a detenerme a realizar un análisis al respecto sobre lo que vimos, la estampida pataruca de los opositores; sobre ello se escribirá mucho en las próximas horas y días y quienes lo hagan, con toda seguridad, lo expondrán mejor que quien escribe; sólo quiero decir: qué pena por esos jóvenes y qué orgullo por los jóvenes estudiantes revolucionarios, progresistas y preclaros bolivarianos.
Debo confesar que goce una y parte de la otra cuando las cámaras de Venezolana de Televisión se paseaban por el hemiciclo del parlamento y enfocaba las caras de los señores diputados ahí presentes. La de Carlos Escarrá: de admiración, cuando escuchaba a uno de sus alumnos; la de Iris Varela: como siempre, arrecha, pero muy atenta al discurso; Cilia Flores: cagada de la risa y asombrada ante lo que veía; Ismael García, el nuevo Rafael Simón Jiménez, preocupado, posiblemente veía su relevo en el parlamento entre esa muchachada; la Chiche Manaure: cual fans enamorada, se le iban a reventar las manos de aplaudir y con cara de felicidad; la preciosura de diputada, Noelí Pocaterra, esa viejita indígena preciosa, Dios te cuide mi reina, rebosante.
En conclusión, lo de hoy fue una gran victoria, quedó develado el plan golpista. Debo decir ante mis lectores, que por un momento llegué a pensar que una nueva oposición fresca, joven, honesta, estaba surgiendo, que los políticos viejos, los viejos políticos de la oposición, tenían sus días contados y motivos para preocuparse, pero que decepción: sólo fueron sujetos y objetos de la manipulación de esos políticos, qué pena por ellos y qué orgullo por los míos, mis bellos estudiantes bolivarian@s.
