El tema de la educación está ocupando prioridad absoluta para los “ideólogos” de la IV república quienes siempre impusieron sus formas de pensamiento sin consultarle a nadie sobre el diseño curricular, derivado fundamentalmente de la vigente pero extemporánea y violatoria Ley Orgánica de Educación.
Y es que para Leonardo Carvajal (ministro de educación del tirano Carmona, y a quien dedicaremos la primera y segunda entrega), Octavio de Lamo, dirigente del paro educativo en el 2002 y 2003, así como presidente perpetuo de la cámara de la educación privada, Josefa Blanco (Asociación Nacional de Instituciones Educativas Privadas), el “sacerdote” golpista Luís Ugalde (Asociación Venezolana de Escuelas Católicas), “sindicalistas” o mejor dicho sindicaleros de la “educación” (incitadores de un nuevo paro educativo y “rebelión académica”) y la profesora Nancy Hernández, ésta última por cierto presidente de una mal llamada asociación “nacional” de sociedades de padres y representantes, cuya origen se realizó en los cenáculos de los colegios del este de Caracas, lo cual implica una doble moral, en virtud de que hablan sobre la “nula participación” en la elaboración del Currículo Bolivariano, pero curiosamente ellos se abrogan una representación en la cual evidentemente se autodesignaron. Por cierto, el notario que permitió dicha asociación, habría que preguntarle en cuál parte del ordenamiento jurídico se basó para permitir semejante exabrupto, confiscatorio de los derechos colectivos y difusos de quienes tenemos a nuestros hijos e hijas en planteles oficiales. ¿Qué dice la fiscalía ante esa representación? ¿Tiene o no vicios de nulidad esa asociación?
Ahora bien, el párrafo anterior sólo es una muestra para conocer los intereses que mueven a estos ciudadanos y ciudadanas para defender un “currículo básico nacional” que de básico no tiene absolutamente nada y menos aún de nacional, para lo cual bastaría saber el nivel de preparación alcanzado por la mayoría de niños, niñas y adolescentes tanto en la escuela básica de nueve años, totalmente desarticulada entre primaria (1º a 6º grados) y bachillerato (7º, 8º y 9º grados) y más distanciada del currículo la “educación “diversificada y profesional”, en donde los estudiantes egresan como bachilleres en “ciencias o humanidades”.
Para explicar la desaparición de lo básico y nacional como parte del “currículo”, tendríamos que asimilar en esencia que este no sólo va en detrimento de nuestro idioma y culturas, sino que se ha convertido en un elemento perverso alejado de los valores, donde irónicamente ni siquiera los estudiantes de las escuelas “católicas” pregonan tales conceptos, en virtud de que son los primeros en oponerse a un nuevo sistema de ingreso en las universidades públicas, donde por cierto la gran mayoría de ellos ingresan sin problema.
Sobre el Currículo Bolivariano, Leonardo Carvajal se ha convertido en el principal vocero para crear en padres y representantes una opinión “alarmista”, al señalar que se quiere difundir la “ideología chavista” (sic), (véase El Tiempo. 30-3-2008. Anexo 1. Pág. 3). Habría que preguntarle al profesor Carvajal, de cuál historia dice, se está mutilando, ya que señala claramente que es el período de Marcos Pérez Jiménez; mutilación que si realizaron en tiempos de la IV república, cuando los ”historiadores” de viejo acuño, con el mayor revanchismo posible, borraron de los textos de ciencias sociales, la vida y obra de Humberto Fernández Morán (sólo por citar un caso), médico y físico venezolano, fundador del actual Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, y quien murió en el exilio sólo por el hecho de haber sido precisamente, Ministro de Educación de Pérez Jiménez, 10 días antes del 23 de Enero de 1.958. Eso si es ideologización que actualmente se encuentra en el actual currículo. Y peor aún, ocultar a las nuevas generaciones por qué un venezolano tan destacado en el área de las ciencias naturales, no fue Premio Nobel de la Ciencia, es decir, debido a que en su país de origen, los “nacionalistas” de la época nunca quisieron postularlo para ello. ¿Qué responde ante esto, profesor Carvajal?
Profesor Carvajal, podría usted desmentir que en textos (enciclopedias) de Historia de Venezuela, vendidos en su momento al Ministerio de Educación para la dotación de bibliotecas escolares y empastadas en el mejor lomo, se dice que el “derrocamiento” recibido por Medina Angarita, fue conocido como la “Revolución de Octubre”, cuando eso fue un Golpe de Estado. De eso usted levemente habla al respecto, pero para escurrir el bulto, afirma que una cosa era el ministerio de educación y otra los adecos. Vaya razonamiento, el cual intenta pasar por ignorantes a los venezolanos. No en balde, reconoce que como profesor de historia ha fracasado.
En relación con el militarismo que señala, ¿a qué se refiere? Será acaso a la forma autoritaria y verdaderamente militarista en que los adolescentes eran tratados en las calles y avenidas por brutales represiones policiales, cuándo estos protestaban por sus derechos, al punto que Rafael Caldera en su primer gobierno clausuró las escuelas técnicas, dejando sin cupo a miles de estudiantes que prácticamente fueron echados al destierro social. O será el militarismo aplicado a los más jóvenes en las llamadas “reclutas” con procedimientos humillantes. O el reglamento de castigos disciplinarios Nº 6, impuesto incluso a adolescentes que ingresaban a liceos o institutos universitarios militares, o en los primeros tiempos de la aplicación de instrucción premilitar en liceos públicos.
Otra de las barbaridades, que realmente causa risa (me perdonan mis lectores, pero leo eso y de verdad no puedo hacer más nada que reír) es cuando Leonardo Carvajal, dice que somos “socialistas de pacotilla”, porque al final de cualquier jornada, los niños y niñas en educación edad preescolar (3 a 6 años) una vez que hayan realizado sus actividades de aula se les entregará el mismo número de metras, independientemente del esfuerzo. ¿Será que el profesor Carvajal no sabe que siempre habrá niños y niñas que aprenden más rápido que otros? ¿No sabe que en esa edad los niños y niñas son egocentristas y por ende tenemos que reforzar los vínculos de amor, solidaridad, respeto mutuo y de compartir juntos? ¿Ignora además que las metras son para realizar juegos pedagógicos con sentidos de acompañamiento y afectividad entre los niños y niñas?
En segunda entrega, seguiremos analizando las mentiras de Leonardo Carvajal.
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