En la primera vez que fue ministro de educación el profesor Héctor Navarro, se había planteado una serie de elementos importantes para el avance hacia una política coherente en materia del currículo como parte de toda una política de estado. El ingreso de nuevo personal docente proveía el momento oportuno, que además con un método idóneo para el estado, se le pudiera dotar de su titularidad, a los docentes interinos hacia una estabilidad e inamovilidad constitucionalmente definida, como un derecho de los trabajadores del sistema educativo y a su vez era oportunidad única para influir notablemente en ellos hacia un currículo
Llegamos al 2008 y se encienden la alarma, tenemos diez años inmovilizados en materia curricular y se presentan síntomas importantes de paralización del proceso revolucionario. Pues claro; en materia educativa estamos detenidos, nos quedamos solo en las mejoras de la estructura física de las escuelas , de los comedores y la dotación, pero lo más importante, lo académico se repite de la educación tradicional; como es su currículo. ¿Se imaginan ustedes algunos docentes de escuelas bolivarianas exponiendo desarrollo endógeno en aula de clase? ¿Quién dijo que el desarrollo endógeno se expone? Esto pasa porque ni los mismos jefe de zonas conocen esa vaina, por esos absurdos, vemos como estos últimos años se perdió el tiempo en consideraciones fatuas y se cayó en las tramoyas planteada por la derecha endógena del mismo ministerio y en la continua discusión de aspectos filosóficos, epistemológicos, dialecticos e históricos, importantes todo ello, pero que debería realizarse con el pueblo a medida que se realiza la construcción
Estamos en el año 2008, con diez años perdidos en esa materia y aun todavía sólo tenemos un aproximado de la construcción curricular. Para nadie es un secreto que toda revolución debe ser ante todo cultural para su trascendencia, la cultura tiene que ver con la forma y manera como interpretamos la realidad. La televisión, el cine extranjero e imperialista, los medios comerciales envuelven al pueblo en una cantidad de anti valores que le empañan la visión. Para cambiar la forma actual interpretación de la realidad por nuestro pueblo, para la profundización revolucionaria se requiere una escuela nueva que no tenemos.
En su tiempo, El ministro Aristóbulo, los PPTECOS de Caracas y amigos de las federaciones sindicales de la CTV enquistados en el ministerio prácticamente paralizaron las políticas de ingreso, esto trajo consigo una pérdida de tiempo importante y cuando fue interpelado por el presidente en esa materia entonces salieron raudo como buenos empíricos de la coyuntura a aplicar una famosa resolución 58 y luego igualmente a la carrerita una segunda resolución 77 para tapar las troneras de la primera.
Recordemos que el ministro Aristóbulo es bueno para los discursos revolucionarios pero deja mucho que desear en la coherencia con la praxis. Perdió tiempo valioso y realizó reinterpretaciones, desde el ministerio en tres aspectos importante: el estado docente, el gobierno escolar y la territorialidad (redes). Sólo promovió la discusión curricular y dejo intacto la estructura burocrática. Adán Chávez fue otro que, primero fue a Cuba a tratar de entender la materia curricular pensando en la aplicación de un modelo cubano , allí le vendieron una propuesta que podría ser muy bueno para los cubanos; pero inadaptable para los venezolano. Además en un somero análisis presenta unas aspectos filosóficos positivista a dicha propuesta. Las condiciones sociales, culturales son determinantes en esta materia, lo dice la teoría revolucionaria, pero ellos la anuncian, pero no la practican.
Navarro ahora es la esperanza, porque conoce perfectamente esta situación mejor que cualquiera, por eso esperamos que desde el Ministerio del Poder Popular para la Educacion pueda impulsar la implementación de una metodología propia con la teoría revolucionaria del currículo liberador, popular y científico. El proyecto educativo nacional PEN, que nació de una consulta constituyentista no ha culminado, ahora podríamos buscar revalidarla en una segunda consulta de base. Sinafun, como sindicato revolucionario debería plantearse esa segunda consulta dentro de una propuesta reorganizativa estructural para de esta forma recuperar algo del tiempo perdido en estos últimos años.
Podemos tener la mejor teoría, pero no tenemos los docentes que la promuevan y que la lleven a la practica, porque nuestros docentes vienen del pedagógico, de universidades y hasta de la misma bolivariana con una carga de veneno capitalista, la competencia, el profesionalismo, el hedonismo, la estupidez, lo banal, lo efímero, anti valores culturales.