El Poder Ejecutivo debe ser garante de la cobertura, calidad, eficiencia y equidad de la educación; derecho constitucional contemplado en el Artículo 102 de la CNRBV, por esta razón es que no se debe tangencializar a uno de los actores más importante del hecho educativo como lo es “La Comunidad”, hasta ahora el estímulo y la participación de ésta ha sido prácticamente irrelevante en la discusión del nuevo diseño curricular.
La comunidad es la unidad social cuyos miembros participan de algún rasgo, interés, elemento o función común, con conciencia de pertinencia, situados en una determinada área geográfica en la cual la pluralidad de personas, interaccionan más intensamente entre si que en otro contexto. Esta conceptualización evidencia que todos los subsistemas que conforman a la comunidad precisan relacionarse y la escuela se constituye en el eje fundamental para la integración.
Para la escuela como centro de aprendizaje debe ser requisito sine qua non la participación comunitaria, ya que a través de ella se puede dar enriquecimiento al aprendizaje, difusión y la atracción del colectivo social a los distintos programas que en estos espacios se realicen; y a la vez la misma puede constituirse en centro dialógico para la problemática económica, social y política que la afecta, o que afecte al municipio, estado o al país.
La simbiosis que debe existir entre la escuela y la comunidad se contempla en los artículos 73 y 74 de la aun vigente Ley Orgánica de Educación, donde se establece la integración y la participación activa de los diferentes actores sociales. Solo así la escuela será una organización congruente y comprometida, tanto para el trabajo de hoy como para los desafíos del mañana.
Hoy observo con pasmosa sorpresa (ojala sea una falsa percepción de mi parte) que en mi querido estado Monagas un porcentaje muy significativo de los docentes ya han sido llamados para la discusión del nuevo currículo educativo, pero la escuela nuevamente se mantiene aislada del conglomerado, ya que la comunidad no ha sido invitada a estas discusiones tan sustanciosas y nutritivas para el proceso educativo. Será que los únicos que deben participar en este proceso son los docentes? Y que pasa con el personal administrativo y obrero, acaso ellos no forman parte de la escuela o será que estos no deben acogerse a los nuevos lineamientos? si esto sucede con elementos claves para la escuela, entonces que queda para la comunidad?. Señores, después los docentes se quejan de que son ignorados de toda actividad que se realice en su entorno, pero no hacen absolutamente nada para minimizar o erradicar la brecha existente entre ellos.
El binomio escuela comunidad debe representar la meta máxima de todo gerente educativo que aspire a una educación de calidad, porque solo así garantizaría las condiciones mínimas requeridas para una cohesión social, donde se favorezca y fortalezca el trabajo cooperativo entre todos los actores del hecho educativo, los niveles de vida de la población, la permanencia y la pertinencia de la escuela. No podemos olvidar que el progreso de un pueblo está en mantener una educación sostenida y desarrollada, ya que esto representa la máxima inversión de crecimiento. Paulo Freire decía: “Un pueblo con conciencia de sus debilidades, se convierte en artífice de su propio avance cultural y económico”, por lo tanto integrar la escuela a la comunidad contribuirá a formar ciudadanos con conocimiento de su realidad.
Genera en mi gran inquietud el olvido por parte del Ministerio del Poder Popular para la Educación, de la incorporación de tan relevante factor a la discusión del currículo, donde hoy por hoy se requiere de la sensibilización de todos para poder coexistir sistémicamente y garantizar el éxito del nuevo diseño curricular.
*Licenciada
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