No podemos comenzar ninguna actividad de socialización del conocimiento, sin ubicar las bases fundamentales que rigen nuestros principios sociales de ciudadanos y ciudadanas como es principalmente nuestra carta de navegación, es decir la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, básicamente en su Preámbulo; de ahí parte nuestro proceso mas reciente.
Nuestro proceso bolivariano y revolucionario ha recorrido ocho años construyendo con la gente los cimientos que le permitan refundar la República para establecer una sociedad democrática, protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado fundamentado en los valores y principios de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la justicia social, la cooperación, la igualdad y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político, a la postre ese es su fin supremo.
Luego de este tiempo transitado, donde no han sido pocos los obstáculos salvados, ahora entramos a una nueva etapa de nuestra historia revolucionaria, la construcción de un Estado Socialista necesario para la profundización de nuestro proceso y la refundación de la República, avanzando en la nueva institucionalización la Soberanía Popular y lograr la consolidación de un Estado eminentemente de carácter popular, un Estado comunal.
Esto implica un cambio de actitud, un desaprender, elevar más nuestro nivel de conciencia y fundamentalmente desprenderse de un conjunto de valores y comportamientos que nos han inculcado en nuestra vida, a veces hasta sin darnos cuenta de ello. La corrupción, la desidia, el consumismo no son fenómenos aislados, es una construcción cultural enajenante, parte de una arquitectura de la dominación capitalista, que lejos de erradicarse, vive días de gloria al calor de la expansión económica.
Pasar de una cultura política del tutelaje y la representación, a una de participación protagónica, amerita asumir que hay que cambiar los patrones, normas y códigos que rigieron el desarrollo de la sociedad de la Cuarta República, dónde la minoría política y politiquera se abrogaba el derecho de representación de la voluntad del pueblo, situación ésta que mantiene alejada a la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de los escenarios y esferas de dónde se toman las decisiones.
La nueva fase de la revolución y por supuesto su destino, dependen de su gente y la capacidad de ella para materializar el nuevo poder popular socialista como expresión histórica concreta de la nueva sociedad, del nuevo Estado, que se pretende construir.
Es desde su misma capacidad organizativa desde donde se levantará la nueva comunidad con su nueva cultura de valores manifestada en la solidaridad, la justicia, la igualdad, la fraternidad, el respeto, la humildad, el compartir, la complementariedad, en fin lo máximo de toda su creatividad puesta en el bolsón colectivo, como aporte a la nueva ética socialista que debe surgir de lo más profundo de las raíces de nuestro pueblo.
Partiendo de ese principio de lo organizacional - social, en la búsqueda de la construcción y consolidación del poder popular, hay signos visibles o características en nuestros sectores que nos permiten organizarnos como ciudadanos y ciudadanas y son entre otros aspectos:
• Que los vecinos se conocen entre sí y pueden relacionarse fácilmente.
• Que pueden reunirse sin depender mucho de otros factores
• Que comparten una historia común de ese espacio, aunque sus raíces provengan de otros lugares.
• Que usan los mismos servicios públicos.
• Que comparten problemas similares en los espacios donde se habita.
En resumen son pequeños grupos familiares que por la cercanía tienen lazos de amistad más profundos, y la mayoría de las veces suelen organizarse para discutir algunas cosas y resolver algunos de sus problemas por cuadra, escalera, callejón, bloque, edificio.
Lo anterior expuesto en este material, no pretende otra cosa sino aportar elementos para abrir una relación de comunicación de ideas que nos vayan motivando por una parte a la participación en los asuntos de orden público y por la otra fortalecer los esfuerzos organizativos que se han venido haciendo en diferentes comunidades a través de sus distintas formas organizacionales.
Últimamente se han presentado y se van a presentar oportunidades de participación y protagonismo de las comunidades en los asuntos que antes solo se decidían desde los ministerios o desde las frías oficinas de organismos gubernamentales. Por ejemplo, hay una gran oportunidad que ningún ciudadano o ciudadana debe dejar pasar por alto y es la discusión curricular; meterse en ella puede despejar muchas dudas y precisar algunas desinformaciones, de las cuales los medios de comunicación privados en su gran mayoría han hecho eco; hay la oportunidad de conocer : ¿que es un currículo?, ¿ para que sirve?, ¿a quienes beneficia?, ¿que era lo que se ocultaba detrás de la educación y su diseño curricular en la cuarta república? En fin la reforma al currículo de toda la educación básica y media y diversificada que hemos llamado Sistema de Educación Bolivariana, está en debate abierto, desde los subsistema Inicial, Primaria y Liceos Bolivarianos y el Ciudadano Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, ha ordenado continuarlo hasta el 2009. No en vano, los escenarios para la discusión se abren ya desde distintos flancos. Ahora con mayor razón hay que informar y preparar a los padres, madres y representantes sobre los aspectos que contiene el currículo bolivariano.
La actual discusión debe colocarse mas allá de las cuatro paredes de las instituciones educativas, debe trascender al entorno comunitario, entendido este como el espacio social que agrupa a los habitantes que rodea a cada centro educativo, incluidos por supuesto los familiares, padres y representantes, consejos comunales, organizaciones sociales, las iglesias en donde esta participe de buena fe, en fin al ser un asunto de todos y todas, los educadores y educadoras, así como los especialistas son necesarios pero no los únicos en su construcción y diseño.
Así un estado responsable de la educación, la salud, la economía, la cultura en corresponsabilidad con la sociedad organizada, prepare a los hombre y mujeres del presente y futuro, en seres humanos dignos, patriotas, no individualistas, que amen el ser ante el tener, esto tenemos que necesariamente relacionarlo con la población, por ser el individuo estudiante parte de esta y relevo generacional para una mejor vida, para una patria sin temores ni complejos, es allí precisamente donde las comunidades juegan el papel fundamental en esa compenetración social hija de las mejores políticas sociales y económicas, en aras de una patria independiente, soberana y digna, cuyo gentilicio lo llevemos con orgullo de ser venezolanos.
Estas pequeñas cosas que se crecen con el tiempo es lo que en una sociedad participativa y protagónica le hemos llamado LA IMPORTANCIA DEL PODER POPULAR
*Profesor
baredu25@hotmail.com