Con anarquía no se hace la revolución

Las Lecciones de Chávez

Otra vez el presidente Chávez dictó una cátedra sobre ética y moral socialista, lo hizo en el evento en ALCASA, en Ciudad Guayana. Les hablo claro y sin eufemismos a los dirigentes sindicales, al control obrero y a los nuevos directivos de las empresas básicas del Estado, les señalo la importancia de la construcción del sistema socialista obrero dentro de las empresas básicas de Guayana, pero para esto es necesario elevar el nivel de conciencia política del sindicalismo y del Control Obrero, estos tres pilares deben ser tolerantes, honestos y revolucionarios para fortalecer la clase trabajadora y el Socialismo Bolivariano. No pueden tener privilegios ni gozar de prebendas ni prerrogativas, eso es indigno, inmoral y contrarrevolucionario. Deben revisarse, no pueden estar de permisos centenares de trabajadores, eso es antiético, pueden estar de permisos sólo cuando van a realizar reuniones de trabajo concernientes al control obrero y sindical. El control obrero no debe desvirtuar sus funciones, administrar el fondo chino y presentar proyectos para hacer productivas y sustentables las empresas básicas, hasta ahora lo que hemos visto es la anarquía y el desorden en estas empresas, todos quieren participar en el reparto del botín.

El presidente Chávez y el ministro Khan deben revisar está situación con la urgencia del caso, la revolución no es caos ni bochinche, es algo muy serio, debemos practicar unos valores capaces de cuestionar radicalmente y cambiar las viejas prácticas políticas y las instituciones mediante las cuales se ejercen los poderes constituidos. Solidaridad y sentido comunitario de la vida, antes que el individualismo egoísta. Honestidad antes que corrupción. Humildad antes que arrogancia. Trabajo sistemático antes que “viveza criolla”. Bienestar Colectivo antes que lujo individual. Austeridad antes que despilfarro. Constancia y dedicación antes que indisciplina. Estas son algunas claves del cambio moral que urge realizar la sociedad venezolana. Pero cambiar moralmente requiere una enorme fuerza de voluntad. Y la voluntad requiere una guía intelectual: la conciencia política. La voluntad sin conciencia es una fuerza ciega. Es caminar con los ojos cerrados. La conciencia sin voluntad, es puro deseo. Y los deseos no cambian la sociedad. La voluntad requiere convicciones y pasiones firmes para enfrentar los halagos, los chantajes, los sobornos, as amenazas y la violencia del poder burgués imperialista.

El llamado a luchar contra la corrupción, este tiene que ser un compromiso de todos de enfrentar este flagelo que lo padecieron las empresas durante la cuarta república y hoy aún está presente en esas factorías. Las grandes ganancias se las llevaban los capitalistas representados en los contratistas que explotaban a los trabajadores, los trabajadores muchas veces laboran hasta 16 horas diarias, sin implementos de seguridad, sin comedores ni baños. En críticas condiciones ambientales de trabajo. Hay que decir también que muchos actores presentes actualmente son copartícipes de estas situaciones que padecieron y padecen las empresas de Guayana. Ahí está la odisea de los trabajadores tercerizados. Hay que legislar sobre la casi legalizada por los patronos y el Ministerio del Trabajo sobre la tercerización y precarización del trabajo. El capitalismo, la forma de producción predominante en nuestra economía, impuso en el lapso de estos últimos decenios formas de mayor control del proceso productivo, un mayor control del capital sobre el trabajo, del patrón sobre sus obreros. La empresa privada (e incluso las del Estado), ha impulsado la tercerización como una forma de disminuir sus costos. Este proceso de tercerización consiste esencialmente en pasar a terceros (otras empresas, o microempresas incluso individuos) funciones que son propias de la empresa pero que no necesariamente están ligados a su actividad central, tales como: la limpieza, comedores, la vigilancia, el transporte, el mantenimiento, etc. La precarización en el trabajo significa grandes ganancias para el contratista capitalista, un ejemplo, estas contratistas cobran por cada trabajador unos diez mil bolívares mensuales a la empresa a la que le realizan el trabajo, valor del cual abonaba al trabajador en el mejor de los casos tres mil bolívares, sin ningún otro beneficio adicional. De lo que resulta que los capitalistas que administraban las contratistas tercerizadoras se embolsillan la friolera 7.000 BsF por cada trabajador.

Esta superexplotación de los trabajadores debe ser prohibida en Venezuela, mediante un Decreto y en la Ley Orgánica del Trabajo debe tener un articulado para eliminar en nuestro país esta aberrante práctica de explotación capitalista. Este decreto o la nueva Ley del Trabajo debe ser un instrumento que elimine y prohíba la tercerización e intermediación laboral y cualquier forma de precarización de las relaciones de trabajo, en las actividades propias y habituales del proceso productivo o de servicios a los que se dedique la empresa o el empleador. Se establece la relación laboral directa y bilateral.

No es un secreto la situación crítica de las empresas básicas de Guayana debido a errores gerenciales, administrativas y políticas, presidentes de estas empresas en el pasado no muy lejano que han tenido una visión primitiva y se oponían a la inversión y a la adecuación tecnológica estas tienen que ser unas empresas productivas, que debe generar ganancias y rentabilidad para la inversión social y mantener a las empresas en continua adecuación tecnológica. Las empresas de Guayana no pueden vivir de la renta petrolera, deben autofinanciarse y ser exitosas. El Plan Guayana Socialista tendrá éxito si las empresas básicas las manejamos con un criterio que tienen que ser rentable y sustentable para que pueda generar beneficios para la inversión social y para esto es también necesario un alto grado tecnológico, científico y gerencial acompañado con la ética y moral socialista y olvidarnos de la filosofía de Eudomar Santos “Como vaya viniendo vamos viendo” esa era la cosmología de la cuarta república, atrás debe quedar este pensamiento puntofijista.

Mientras no se diga la verdad, que sigamos ocultado las verdaderas causas de la eterna crisis en las empresas básicas, nos vamos avanzar, seguiremos estancados y subdesarrollado, generando enfermos ocupacionales más que aluminio y acero, la mentalidad monetarista y mercantilista del sindicalismo venezolano tiene que cambiar y es imprescindible la organización y la unidad de todos los trabajadores guayaneses para lograr salir bien del compromiso que tenemos con el presidente Chávez de salvar y hacer productiva a las empresas básicas de Guayana. Mientras estos no entiendan el papel del Sindicalismo seguiremos en esta ruleta maldita. El reto que tienen es la estabilidad laboral, sueldo justo y aportar ideas para salir de esta profunda crisis financiera y económica generada por el capitalismo y una de sus por modelos es la inversión especulativa para lograr ganancias fáciles.

Tenemos que hacer profundas reflexiones y los aportes que hagamos para depurar y sincerar el proceso revolucionario; las estructuras capitalistas y neoliberales están presente en lo económico y en lo social, en lo político hemos avanzado. Es por todo conocido las grandes contradicciones del proceso revolucionario, presente una economía de mercado, el capitalismo salvaje que especula y encarece los productos de consumo masivo y como resultado una alta inflación, una economía de puerto que nos hace tanto daño, porque no hemos logrado una producción agrícola para liberarnos y tener seguridad alimentaria. Aquí es el origen de la competencia entre salario y costo de la vida, es innegable que esta es una de las causas por lo cual los trabajadores exigen que se aumenten sus salarios, pero también tenemos que reconocer la situación de las empresas en profunda crisis financiera y tecnológica.

Es cierto que los trabajadores de Carbonorca y Venalum tienen sus contratos colectivos vencidos. Por esto es necesario que la nuevas dirigencias de las empresas y la dirigencia sindical se sinceren y pongan las cartas en las mesas. En una Asamblea democrática, donde participen todos los protagonistas y lleguen a los acuerdos necesarios, hay que tener la conciencia política y revolucionaria para entender la situación, pero no se pueden aprobar contratos colectivos y después no se tiene el recurso para su cumplimiento por la situación de crisis financiera, económica, tecnológica, operativa y las malas administraciones de las gerencias pasadas. Se puede exigir aumentos por méritos con las empresas originando pérdidas. Es ética y moral esta conducta. Si tenemos una posición clasista, revolucionaria y ética, no podemos exigir aumentos por méritos, vamos a recuperar las empresas básicas para recuperar esta reivindicaciones, el otro papel que deben ejercer los sindicatos y los trabajadores es la contraloría social, no podemos permitir que los malos manejos financieros, administrativos y gerenciales lleven a una empresa a la “quiebra” y no pase nada, los directivos de las empresas y los gerentes deben ser destituidos de inmediato y su caso pasado al Ministerio Público y que actué los tribunales si se comprueban responsabilidades.

Como lección también debemos aprender como el sistema capitalista crea colapsos y depresiones, entonces los gobiernos serviles a ese sistema tienen que aplicar medidas de austeridad contra los pueblos en nombre del capital internacional; el Fondo Monetario internacional (FMI), han decidido realizar un ataque salvaje contra todos los beneficios y derechos de las clases obreras griega y turca, embate que también padece el pueblo español. Los gobiernos de estos países actúan como su sicario. El presidente griego después de haber sido electo en noviembre pasado con una plataforma que prometía exactamente lo opuesto, ahora se da vuelta y ataca a la clase obrera griega y a las masas trabajadoras en representación de las clases dominantes europeas y de la burguesía griega. Hay recortes salvajes en salarios y jubilaciones, demolición de lo que queda de la asistencia social del estado, de la educación y de los servicios de salud, y está en agenda la privatización de bienes públicos. Ese es un espejo para vernos y que gracias al proceso revolucionario que lideriza el presidente Chávez nos volverán esas experiencias vividas en la cuarta república.


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Juan Linares

Ex-parlamentario regional. Especialista en Crisis. Temas Preferido: Ecología, Política Internacional y Laboral. Militante de Marea Socialista en el estado Bolívar.

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