Un balance en los valores que nos deja el modelo capitalista-Neocolonial Venezolano en los últimos 50 años es una sociedad con menguados valores éticos, morales y religiosos y altamente contaminada por el consumismo. Entre otras cosas, una clase media individualista, que se considera con derecho a mantener un nivel de consumo igual al estadounidense ó europeo pero sin sentir algún compromiso ni obligación en contribuir a producir estos bienes de consumo ó por lo menos sentir algún remordimiento ó actitud crítica por nuestra incapacidad como sociedad improductiva.
La lógica en una sociedad capitalista es que sea el sector empresarial privado quien asume la tarea de producir todo tipo de bienes de consumo, sin embargo en Venezuela nuestra burguesía fracasó ó mejor aún ni siquiera lo intentó. El tejido industrial que se instaló en el país se limitó a sembrar un parque industrial solo para satisfacer una demanda de bienes de consumo impuesto por un modelo neocolonial, en general empresas franquicias procesadoras de materia prima importada, imponiéndonos de esta forma al país una economía de puertos y de ensamblaje de partes producidas en otros países.
Estas industrias sin excepción importaron maquinarias ya probadas en sus países de origen, ninguna se fabricó en el país, esto debido a que los nuevos hábitos de consumo que se imponían estaban ligados estrechamente a productos y materias primas que tampoco el país producía y por lo tanto se hizo más dependiente. Como era lógico este impulso industrial no estimuló la creación de ningún tipo de industria metalmecánica de maquinas y herramientas y las pocas que se desarrollaron no llegaron más allá que el de aportar y satisfacer el mantenimiento de las empresas recién instaladas.
Ahora bien, desde hace aproximadamente 20 años en el país viene ocurriendo una migración de empresas hacia el estado colombiano, que inicialmente no tenía explicación alguna considerando el estado de guerra que vive ese país, actualmente la explicación es obvia: hace 20 años el imperio económico condenó al país a vivir exclusivamente de la renta petrolera y decidió que sus grupos industriales se desplazarían hacia Colombia y así ocurrió.
Cuanta angustia pudo sentir el Presidente Chávez al constatar esta realidad, después de más de 100 años de explotación petrolera. Sin embargo, la respuesta de su gobierno no se hizo esperar y viene planteándole al país la necesidad de crear 200 empresas socialistas ¿Nos quedamos corto?.
Esta decisión por supuesto es una decisión política que la acompaña inicialmente la voluntad política de este proceso revolucionario, pero debe ser acompañada por una capacidad organizativa, técnica, profesional y tecnológica para instalar y poner en marcha a la brevedad posible las 200 empresas de producción. Esto quiero resaltarlo no debe considerarse como un esfuerzo considerable para los equipos de trabajo que se irán conformando para cada una de las empresas.
El esfuerzo se resumirá en la creación de una infraestructura física, instalaciones eléctricas y de control, montajes mecánicos de maquinarias “Made in Pto. Cabello ó Pto. La Guaira” y entrenamiento previo de operadores para el arranque de las mismas.
Esta última descripción se viene utilizando en declaraciones de los voceros de gobierno para afirmar que el país está adquiriendo transferencia tecnológica y no es correcto, por lo que sería recomendable que se inventen otra terminología para describir este proceso de instalación de empresas socialistas en esas condiciones.
El presidente Chávez siempre con un paso adelante ha preguntado en varias oportunidades públicamente por la fábricas de fábricas y hasta el momento no hemos escuchado aún una respuesta precisa por parte de los Ministros ó responsables. Es a partir de ese momento cuando podamos fabricar las fábricas que podemos comenzar a afirmar que estamos comenzando a transferir tecnología.
Los profesionales, técnicos y artesanos quienes hemos sido protagonistas y hacedores de el actual escuálido tejido industrial que se instaló en el país durante los últimos 50 años, requeriremos información de cada una de las fábricas Socialistas, a que se dedicarán, que procesos industriales estarán envueltos, tecnologías a adquirir, equipos que se fabricaran en el país, etc. Recordando siempre que en el área tecnológica e industrial también es posible hacer contraloría social.
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