¿De cuál PDVSA habla la Canallocracia?

Cada vez que el Ministro Ramírez comparece en televisión le mete medio palo a los que se la pasan hablando memeces de la PDVSA roja rojita. Con seguridad y apoyado por cifras y gráficas Rafael muestra cuánto ha crecido nuestra estatal petrolera de la mano de los hombres y mujeres que se quedaron para siempre en la empresa mientras aquellos, que se la daban de machetes abandonaron el barco luego de echarle cemento a las válvulas, cortar los moños de las computadoras y negarse a atracar los tanqueros para sumarse a un paro petrolero que tanto daño causó a la economía nacional, y, por ende, al pueblo venezolano.

Hoy en la mañana me dí un banquete con la entrevista del colega Ernesto Villegas (lo mejor de Toda Venezuela) al Ministro Ramírez. Es más sería recomendable que la repitieran con su respectiva promoción, por su contenido y por la claridad de los temas tratados.

De la batería de verdades dichas por Rafael esta mañana en VTV hay una que echa por tierra de un solo carajazo las estupideces dichas por los escuálidos mediáticos. Cómo es la falacia de que PDVSA está quebrada y al mismo tiempo se desgañitan diciendo que al país le entran montañas de dólares por concepto de venta de petróleo.

¿De cuál PDVSA habla la Canallocracia? Yo me crié en El Pensil, barrio adyacente a la Refinería Gulf, de Puerto La Cruz. Yo viví en carne propia ese comportamiento tipo secta de los empleados petroleros cuartorepublicanos. De esos que se creían una clase especial porque disfrutaban de buenos salarios y vivían en urbanizaciones con todos los servicios pagados por PDVSA, incluyendo casa y una planta de hielos cubitos para tomare los güisquicitos todos los fines de semana. De esos que llegaban a la venta de pescado en Los Cocos gritando a todo gañote por encima de los pobres: ¡Pésame 10 kilos de mero y siete de pargo y me das cinco kilos de langostinos! Mientras los pelabolass se resolvían con machuelo, corocoro y bagre.

De cual PDVSA habla la Canallocracia? La de los bonches que Nómina Mayor montaba en la isla La Borracha con personal del Caracas Hilton y que cuando sea acababa el hielo y el agua mineral Trevi mandaban a buscarlos con un helicóptero a las licorerías del Paseo Colón.

¿De cual PDVSA habla la Canallocracia? De esa en la que los hijos de los chivos de la empresa sacaban fotocopia de comiquitas n a colores de las máquinas de la compañía mientras se la negaban a los estudiantes pelabolas de la UDO para que sacaran copias blanco y negro de sus trabajos.

¿De cual PDVSA hablan la Canallocracia? De esa cuyo Comité de Damas incluía en el presupuesto de recibimiento del Presidente de PDVSA de turno “Galas para recibir”. Es decir que estas mujeres esposa de Nómina Mayor no tenían unos trapos decentes por lo que tenían que comprar “galas” con reales de la petrolera.

¿De cuál PDVSA habla la Canallocracia? De la que un Nómina Mayor un mediodía mandó a buscar una planta eléctrica portátil para darle energía a un restauran y así poder comerse su cocido gallego, que tanto le gustaba.

¿De cuál PDVSA habla la Canallocracia? De la que sólo le cobraba un 1% de regalía las transnacionales estadounidenses. De la que engendró esa monstruo de denominar al petróleo del Orinoco primero como Faja Bituminosa y luego Faja Petrolífera del Orinoco. De la que se creía un Estado dentro de otro Estado. De la que no le rendía cuanta ni al Presidente de Venezuela. De la que gastó millones y millones de dólares en eventos deportivos en barrigones en lugar de dedicar ese dinero al deporte menor. De la que malbarataba el dinero en publicaciones a colores con papel costosísimo, llegando incluso a repetir publicidades en una misma revista. De la que permitía solo a los publicistas adecos y copeyanos comer de la gran torta publicitaria.

¿De cual PDVSA habla la Canallocracia? De esa cuyos jefezotes le vendían todos los autos usados de dos años a un turco que con un cheque de gerencia se llevaba ese lomito. En lugar de rematarlos en oferta por unidad. Eso se lo planteé en una rueda de prensa al Ministro Araque siendo presidente de PDVSA y a Nelson Martines siendo jefe en Puerto La Cruz

¡Coño pana! No sean tan hipócritas. Acepten que no volverán a echarle el guante a PDVSA. Esa mina es del pueblo. Ya ustedes se la gozaron bien “gozá”.

TINTERO

Es tiempo de denominar a la riqueza petrolera del Orinoco Faja Petrolera del Orinoco. Y no petrolífera, esa vaina suena a cuartarepública.

Es lo mismo eso de Convención Colectiva en lugar de Contrato Colectivo.

americoarcadio@yahoo.com


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Américo Hernández


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