Veamos la importancia del gas en la región y de porque debe potenciarse hacia el estado Táchira.
El Convenio de Cooperación Energética de interconexión gasífera entre la República Bolivariana de Venezuela y la República de Colombia, mejor conocido como el Gasoducto Transcaribeño, Tramo “Antonio Ricaurte”, nace en Maracaibo, Venezuela, llegando hasta Puerto Ballenas en Colombia, con una longitud de 224,4 km, un tramo de 88,5 km está en Colombia y 139,9 km en Venezuela, todo a un costo de 335 millones de dólares; el proyecto generó 2.717 empleos directos y 8.151 indirectos, comenzando a producir, diariamente, unos 150 millones de Pies Cúbicos. Su capacidad máxima diaria es de 500 mil millones de pies cúbicos (MMPCD) y está completamente terminado. El proyecto goza de corredores viales y marítimos hacia Panamá, lo que le dará salida y posicionamiento prontamente a Venezuela hacia el Océano Pacifico.
Este Gasoducto está acompañado de tres importante proyectos: Gran Gasoducto Transoceánico, el cual arranca desde el estado Sucre (Venezuela), pasando por las islas del Caribe hasta llegar a Cuba.
El Gran Gasoducto del Sur lleva desarrollado hasta ahora la Fase I correspondiente al tramo con Brasil, originándose en Guiria (Venezuela) y llegando hasta Ipojuca (Brasil), con una longitud de 6.420 km y una capacidad de 1.750 MMPCD, para conectarse, igualmente, con el gran Gasoducto Trasandino, que va hacia los países del Arco Andino. Este último nace en Cabruta llegando hasta Ecuador con un total de 1.870 km y una capacidad de 700 MMPCD.
Este acuerdo fue suscrito entre Colombia, Panamá y Venezuela el 08 de julio del año 2006, por las empresas estatales Ecopetrol, Ministerio de Comercio e Industria de Panamá y PDVSA.
El nuevo posicionamiento consistió en que la propiedad, operación, administración y mantenimiento, están bajo el resguardo de PDVSA-GAS, impactando la compra y venta del producto bajo el principio de simetría entre ambos países. Colombia vende a Venezuela desde el 2007 al 2011 la cantidad de 150 Millones de Pies Cúbicos Diarios por espacio de 4 años, mientras que Venezuela hará lo mismo en idénticas cantidades, desde el 2012 hasta el 2028.
La fase tres consistirá en la conexión de un nuevo ramal desde el Golfo de Venezuela, alimentado desde el Complejo Refinador Paraguaná (CRP), estado Falcón (Vzla), que es la instalación más gigantesca del Planeta en este tipo.
Entre los aspectos del nuevo posicionamiento territorial, geográfico, geopolítico, geoestratégico y de seguridad y defensa, Venezuela marca el rumbo, está el hecho de que logra, entre otras cosas, que el 10% del total de la inversión sea destinado a proyectos de Desarrollo Endógeno.
Todos los materiales utilizados en la construcción de este mega-proyecto contienen acero 100% venezolano. Destaca además proyectos en salud, educación, vivienda y agricultura, potencializando los sectores públicos y privados de ambos países, disminuyendo la contaminación ambiental.
En general el proyecto implica mejoras en las relaciones diplomáticas, rotas después del año 2009 cuando el ex presidente Álvaro Uribe de Colombia y Barak Obama de Estados Unidos suscribieron acuerdos para la instalación de siete bases militares estadounidenses en territorio del neogranadino país.
Esto trajo, como consecuencia que el presidente Hugo Chávez rompiera relaciones diplomáticas con Colombia, luego de que el embajador colombiano denunciará ante la OEA el 22 de julio del año 2010 a Venezuela por mantener supuestos vínculos con las FARC-ELN, sujeciones que aún no han sido demostrados.
Todas estas asperezas fueron superadas mediante los avances de las comisiones binacionales en la Declaración de Miraflores, entre los Presidentes Santos y Chávez el 02 de noviembre del año 2011.
Las fases del nuevo gasoducto transoceánico se definieron con la incorporación de 23 km de tramos sublacustre, lo cual permite la aceleración de proyectos endógenos entre ambos países y da un nuevo posicionamiento a Venezuela en el marco de la nueva seguridad y defensa frente al avance militar de la globalización en lo que respecta a alcanzar nuevos mercados una vez que se permitan llenar buques en el terminal de Panamá.
Este sería uno de los aspectos más sorprendentes del proyecto, pues Venezuela a pesar de su grandiosa ubicación geoconcentrica en el mar territorial Atlántico o el conocido Mar Caribe, ahora centra su estrategia en la geodiplomacia del crudo, posicionándose frente a nuevos mercados desde los cuales no tenía salida hacia el Océano Pacifico.
Frente a la construcción del rompecabezas energético mundial está la potencialidad del Gas Natural como factor integrador de bloque dentro del ALBA-TCP, siendo la primera reserva de América y la octava a nivel planetario, contándose con las mayores densidades de este producto en Bolivia y Venezuela.
Este nuevo posicionamiento a partir de las materias primas integrantes de la cesta energética ha permitido a la región dar importantes pasos en las alianzas necesarias para una nueva zona que abra sus expectativas frente a un nuevo desarrollo.
Los nuevos convenios han logrado la creación del Banco del Alba-TCP, avanzando en lo concerniente al Sistema Único de Compensación Regional (Sucre), una moneda virtual que busca acortar la dependencia frente al dólar y el Euro.
El
Golfo de Venezuela tiene reservas de Gas, tanto en su parte oriental
como occidental del Golfo de Paria, trabajando mar adentro en los conocidos
proyectos Gran Mariscal Sucre, Rafael Urdaneta y la Plataforma Deltana,
en alianza con las empresas Enip y Repsol, encontrando las nuevas reservas
de ocho Trillones de Pies Cúbicos (TCF) de Gas y extrayendo diariamente,
del Pozo Perla 1X, entre 600 y 800 millones de Pies Cúbicos, impulsando
así una nueva Zona Económica Exclusiva, explotada sólo por Venezuela.