Con el martillo dando

Lo que nos cuesta la crisis del sector eléctrico

Gente muy bien intencionada y que ha dedicado toda su vida a trabajar por Venezuela cree muy sinceramente que Argenis Chávez y Héctor Navarro tienen la capacidad y la posibilidad de sacar al sector eléctrico de la crisis en la cual se encuentra. No deben ser adivinos los lectores de Aporrea para darse cuenta de que muy distinta es nuestra posición.

A los trabajadores nos acusan de todo. Nos llaman locheros, saboteadores y, gracias al ministro Navarro, últimamente estafadores. Dicen que escribimos con medias verdades o que sólo lo hacemos para pedir lochas.

Aquí en Aporrea están mis escritos y los de otros compañeros trabajadores; también están las ruedas de prensa de Fetraelec y los documentos que se han presentado al gobierno acerca del diagnóstico y nuestras propuestas para salir de la crisis. Quienes nos critican parecen no haberlos leídos, porque lo que recibimos son las mismas acusaciones que lanzaron Mario Silva y Héctor Navarro, sin que hasta ahora nadie presente un solo argumento que refute los nuestros o una sola prueba que demuestre las acusaciones que nos hacen.

Quienes nos critican y acusan se olvidan convenientemente que a la Corporación Eléctrica Nacional la preside Argenis Chávez. Y que Héctor Navarro es el Ministro del Poder Popular para la Energía Eléctrica. Uno como máximo responsable de la operadora del servicio eléctrico y el otro como máxima autoridad del ente regulador del sistema y servicio eléctrico no pueden salir a decir que no tienen nada que ver con la crisis del sector, y echar sobre los trabajadores todas las responsabilidades y culpas. Argenis Chávez y Héctor Navarro por lo menos son responsables por omisión, puesto que su alta investidura implica también las tareas de supervisión. De modo que su responsabilidad es inexcusable.

Por eso creo que para el país y para el sector eléctrico es muy alto el costo de mantener a Argenis Chávez en Corpoelec y a Navarro en el MPPEE.

En primer lugar, hay un costo político. Argenis Chávez y Héctor Navarro son de esos funcionarios que Luis Britto García llama “matavotos”. ¿Cuántos venezolanos dejaron de votar por el presidente Chávez gracias a la gestión de Argenis Chávez al frente de Corpoelec y de Héctor Navarro en el ministerio? ¿Cuántos dejarán de votar por los candidatos de la revolución el próximo 16 de diciembre? ¿Cuántos venezolanos que pudieran militar en las filas de la revolución no lo hacen debido a la ineficiencia de estos funcionarios?

Hay un costo económico. El país viene creciendo a un ritmo sostenido, pero el sector eléctrico no parece estar en las mejores condiciones para seguirlo sosteniendo. Hasta 2019 se proyecta la construcción de 3.000.000 de casas sólo en el marco de la Gran Misión Vivienda Venezuela. Eso supone un crecimiento de la demanda no sólo del servicio residencial para esas nuevas casas, sino de todas las industrias relacionadas con la producción de equipos, materiales y prestación de servicios de las mismas. Contemos además, los planes de expansión industrial que viene adelantando el gobierno, especialmente gracias a los convenios internacionales que se han firmado. Súmenle la expansión de PDVSA, la industria petroquímica y las industrias básicas de Guayana.

No parece que a Navarro o Argenis Chávez les preocupe mucho que el sistema eléctrico no soporte esta carga. Hasta ahora están concentrando las inversiones en el área de generación, ignorando la importancia de las redes de transmisión (que llevan la electricidad hasta las subestaciones), las redes de distribución (que llevan la electricidad de las subestaciones a nuestros hogares) o el área de comercialización (principalmente la recaudación). De nada servirá incorporar miles y miles de megavatios al sistema eléctrico si éstos no pueden ser trasladados a nuestros hogares y a las industrias por las redes de transmisión y distribución. (Por cierto, Argenis Chávez centralizó la contratación de los trabajos de pica y poda. Como consecuencia no se le ha hecho el mantenimiento adecuado a las redes de transmisión y distribución, porque las autoridades regionales están de manos atadas. No sólo es falta de inversión, sino falta de mantenimiento. Bueno, si es que hasta para comprar un tornillo se necesita la aprobación “de Caracas”.)

Hay un costo económico derivado también del mal manejo de la facturación y las pérdidas no técnicas (lo que se deja de cobrar). Gracias a Argenis Chávez, Corpoelec es hoy en día una empresa financieramente inviable. Este año ha recibido cuantiosos recursos (basta hacer una breve búsqueda de los anuncios presidenciales al respecto) y al día de hoy, sin embargo, no ha cancelado los aguinaldos a los trabajadores, por sólo poner un ejemplo. Para ello se ha solicitado un crédito adicional. No se trata de convertir a Corpoelec en una empresa de rentabilidad capitalista, pero sí de hacer un uso racional y eficiente de los recursos, mejorando además la capacidad financiera a través de la recaudación.

También hay un costo social. Las constantes fallas y apagones producto del mal manejo de los recursos del sector eléctrico lo paga la población venezolana. Es imposible saber la cantidad de equipos y aparatos eléctricos que a los venezolanos se le han dañado producto de esas fallas. La crispación social y el clima de malestar que se genera también es difícil de medir. Sin embargo, es innegable. Víctimas de esa situación, además de la población venezolana, son los propios trabajadores de Corpoelec, que ya comienzan a ver cómo las agresiones de las comunidades se materializan. Aquí en Aporrea hemos mostrado algunas de ellas, incluyendo aquella en la que murieron dos trabajadores de San Mateo. Pueblo venezolano contra pueblo trabajador es la consecuencia social de la permanencia de Argenis Chávez y Héctor Navarro en el sector electrico.

En el ámbito laboral el costo lo pagan todos los trabajadores. Ya mencionábamos que al día de hoy no se ha hecho pago alguno por concepto de aguinaldos, cuando ya la mayoría de los trabajadores de otros sectores han recibido por lo menos un parte de los mismos. Pero no se queda allí. Argenis Chávez desmontó la política de control obrero que se venía adelantando en la corporación. Con su política de desprestigio y aniquilamiento de la dirigencia sindical ha dejado de lado todas las políticas del presidente Hugo Chávez, incluyendo aquél punto de cuenta -a propuesta de Fetraelec- que ordena la adecuación de Corpoelec al nuevo modelo de gestión y organización basado en la participación de los trabajadores y el control obrero.

Por supuesto, Argenis Chávez no ha honrado los compromisos de la Convención Colectiva Única del sector eléctrico. Ahora sale Navarro a decir que por falta de recaudación, pero lo cierto es que recursos para honrarlo han tenido más que suficientes. Imaginamos la molestia del presidente Chávez cada vez que estas autoridades le piden más plata. Por supuesto, nadie escuchará por allí que a las contratistas de Corpoelec se les ha dejado de pagar. Pero a los trabajadores se los sacrifica. Siendo además hermano y persona de toda confianza del comandante Chávez, cómo explica Argenis Chávez que a estas altura del año no haya tramitado los recursos para dar respuesta a las obligaciones con los trabajadores.

No contento con eso, Argenis Chávez ha auspiciado la conformación de organizaciones y frentes de trabajadores con la sola intención de oponerlos a Fetraelec. No le ha importado a Argenis Chávez que estas organizaciones y frentes estén dirigidos por conspicuos contrarrevolucionarios. (Uno de esos frentes uso un puño muy similar al de OTPOR y el de los manitos blancas de la oposición; tan parecido como para pensar que es mera coincidencia.) Y mucho menos aún le ha importado sembrar la confusión y división dentro de la clase trabajadora. Afortunadamente el nivel de consciencia política y revolucionaria de los trabajadores y trabajadoras del sector eléctrico es muy alta. Por ello no se prestan a estas manipulaciones de Argenis Chávez y sus esquiroles.

Después de todas estas reflexiones, yo me pregunto por qué el gobierno sigue apostando por estos funcionarios que a todas luces tiene al sector eléctrico por el suelo. ¿Acaso no se dan cuenta del costo que representan para el país y para la empresa? Ojalá que se piensen mejor las cosas y las palabras del presidente Chávez por intermedio de Nicolás Maduro el día de la marcha del 02 de noviembre se hagan verdad.

Por mi parte creo, como le manifesté en comunicación privada al Sr. De Chene (con quien mantuve un interesante intercambio), que con Argenis Chávez o sin Argenis Chávez, con su concurso o sin él, los trabajadores seguiremos luchando por el socialismo y el control obrero. Y lo vamos a lograr.

angito.gomez@gmail.com

@angitogomez


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Ángel Gómez A.


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