No voy a hacer estallar las ilusiones creídas por muchos, pero siendo Venezuela el área poseedora de la más grande e importante materia prima del planeta: petróleo con 297.570.543 millones de barriles (mbp) (Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela 16-3-2012) ha sido la nación más amenazada del planeta por los movimientos dados desde hace década y media en adelante por quien fue su impulsor Hugo Chávez Frías.
Pero veámonos en una etapa anterior, concretamente en el segundo mandato de Rafael Caldera (1994-1999) desde donde se urdieron posteriormente los hechos acaecidos en el 2002-2003 con el golpe y paro petrolero.
Caldera colocó en la presidencia de Petróleos de Venezuela, Sociedad Anónima a Luis Giusti, quien desde entonces conspiraba para ser presidente de Venezuela, pero al no obtener la primera magistratura sus pasos maestros estuvieron en desarrollar orgánicamente en el antidesarrollo nacional todo el proceso de lo que se conoció como la apertura petrolera.
Hugo Chávez llega al poder en 1999 inmediatamente el antinacional proyecto del grupo Giusti empieza a derrumbarse y antes que esto sucediera y contando con su gente dentro de la industria ejecutaron el golpe de estado del 2002 y el paro nacional a finales de ese mismo año y principios del 2003.
La apertura petrolera administrada a partir de los años 90 del siglo pasado por PDVSA, abrieron servilmente al gran capital internacional nuestras reservas, a cambio de llevar su poder más allá y resguardarlo para las futuras décadas, vencieron obstáculos jurídicos y políticos considerándose dueños de la industria, empeñaron, saquearon y comprometieron el futuro de la región y de toda una nación, también se desposicionaron de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Palabras más palabras menos, PDVSA fue el único organismo encargado de la política petrolera venezolana, haciendo un negocio que no sólo abarcó lo económico, sino que llegó hasta la creación de escenarios políticos, erigiendo informes y análisis confidenciales realizados por expertos, contratados por la industria petrolera, con el fin de medir la situación socio-política y económica, y saber si la misma podía repercutir en lo que consideraban su patrimonio político nacional, pues la apertura petrolera les permitió avizorar que para finales del siglo pasado la institucionalidad política cambiaria ―como en efecto sucedió― y solo aguardaron que el nuevo gobierno desarrollara una política nacionalista para junto a los grandes intereses internacionales y el gran avance del bosque militar dar el zarpazo que intentaron con el golpe y paro petrolero.
Los alcances y trascendencia de la llamada apertura petrolera simbolizaban una tarea que trascendía la simple semántica, representando por el contrario, una empresa de primera magnitud, cual es la de develar su carácter identificado con el mayor y más lesivo proyecto desnacionalizador, plataforma para hacer más elitista y antinacional el injusto aprovechamiento privado del más valioso bien público.
Está tarea llevada a cabo por PDVSA, planificó escenarios de gran importancia para beneficio de sus procesos electorales, donde inmiscuyeron y estudiaron perspectivas políticas movidas dentro y fuera del país, de la región y del modelo político al que tendrían a apostar, conviniéndole a la industria del momento e indicándole lo importante y único que les interesaba: un escenario político que garantizará un crecimiento económico liberal, concepto importante y de vital necesidad para los petroleros.
No obstante, tenían que conseguir y coincidir dentro de un ambiente de intranquilidad para el país, aceptable dentro de los acuerdos internacionales y donde sus intereses no se vieran amenazados, y los partidos, los sindicatos, sociedad burguesa organizada no se opusieran a la puesta en práctica de algo que empezaban a llamar un gobierno de los petroleros.
Inmediatamente dentro del ámbito nacional e internacional, empezaron a rondar acuerdos a los intereses de PDVSA con principales fuerzas de acción y decisión que decidieron implementar en uno u otro sentido. Descifrar esta situación, motivos y causas por las cuales surgió esta situación tan delicada, importante y decisoria para los destinos del país, dentro de la situación político-económico-social que los llevó en pleno segundo gobierno de Rafael Caldera a firmar, bajo la exigencia del capital imperial y de sus representantes en PDVSA, la apertura petrolera como poder oculto dentro de la empresa petrolera. Ellos abonaron el terreno para los posteriores hechos cuando su brújula no les seguiría señalando el camino de sus intereses cuando el inicio del gobierno bolivariano.
La apertura creó diversos escenarios políticos, respaldados mediante una serie de documentos confidenciales por parte de expertos al servicio de la industria petrolera, comprendido todo el análisis a partir de una coyuntura política, tanto nacional como del entorno mundial petrolero, ya los antecedentes del proceso económico, social y político que atravesó Venezuela a finales de siglo XIX, XX y principios del XXI se decidirían con la asfixia que sectores comprometidos con la vieja PDVSA le imprimieran junto a otros para la suerte del destino del país.
El poder institucional de la vieja PDVSA aun enquistada completa y comprometidamente en el golpe y paro petrolero abarcaba la esfera política nacional, al punto de infiltrar su escenario político golpista con engreimientos internacionales, emanadas sobre todo de la Agencia internacional de energía (AIE) estadounidense, soberbias soterradas, como se ha demostrado a lo largo de la historia en cada intento de favorecer regímenes políticos de fuerza, introduciendo postulados distintos a los democráticos y considerando, como única necesidad, sus intereses y crecimiento económico, entonces se propusieron como objetivo:
Determinar el perfil de la política petrolera venezolana, a través de PDVSA, en el —entonces— marco ya iniciado con la apertura petrolera, analizando su nuevo papel en el gobierno de Hugo Chávez quien aspiraba a darle un zarpazo mortal al anti nacionalizador desarrollo de la apertura.
Determinar el escenario político y económico más conveniente a los intereses de PDVSA.
Analizar el origen y el desarrollo histórico del país, tomando como base los documentos y personajes políticos formados dentro de PDVSA.
Analizar la apertura petrolera como principal política que permitiera a PDVSA consolidar su homogeneidad económica y política en Venezuela y de cómo el nuevo gobierno de Hugo Chávez los llevaba a separarse de sus aspiraciones económicas.
Todos estos planteamientos histórico-político, permitía estudiar y determinar la evolución de la política petrolera de PDVSA que quiso sus más conspicuos detractores: la Gente del petrolero, quienes dirigieron y confeccionaron junto a Fedecamaras y la CTV el golpe de estado y paro petrolero del 2002-2003.
De haber triunfado el golpe de los petroleros habrían actuado con sus nuevos actores en las diversas áreas lo cual les hubiese permitido rescatar la estabilidad económico-política de la siguiente manera:
La idea del nuevo gobierno sería la de garantizar un crecimiento económico que favorezca la industria petrolera y Fedecamaras.
Se respetará un nuevo llamado a elecciones pero sin participación del chavismo.
Bajo este nuevo régimen estarán suprimidas las ideas políticas, diputados, partidos políticos, manifestaciones populares, estudiantiles y las revueltas sociales, que serían fuertemente reprimidas y controladas, quedando totalmente eliminadas.
En base a estos señalamientos, podemos indicar que la PDVSA de la Gente del petróleo en sus ansias de crecimiento y privatizaciones, pretendían expandir un gran poder dentro del Estado, reflejando su fuerza al incidir en la reducción de su política de impuestos, la cual desde Caldera ya había logrado disminuir considerablemente, hasta un gobierno que amparara sus deseos de gobernar mediante métodos de fuerza, tratando de que nada ni nadie interrumpiera sus aspiraciones.
Por lo tanto, el perfil de la política petrolera venezolana, a través de PDVSA dentro del entonces marco de apertura petrolera, se desarrolló en torno a sus escenarios políticos y económicos los cuales al verse amenazados con las leyes habilitantes y el golpe de timón anunciado por el entonces presidente Chávez derrumbaría su hegemonía la cual incluía la de un precio barato del barril como en efecto sucedió.
Los objetivos conseguidos en el segundo mandato de Rafael Caldera que se propusieron desarrollar bajo el escenario más idóneo a sus intereses estuvo cercano en el 2002-2003, crearon la posibilidad que sus figuras ya inspiradas por Luis Giusti quedaran en escena para cualquier posibilidad en lo que respecta a la Presidencia de la República.
Por todo ello, la apertura petrolera representó la principal instancia que permitió a PDVSA su hegemonía en Venezuela, trayendo como consecuencia una política económico-social a la orden del máximo holding petrolero nacional, como principal actor de dirección dentro del gobierno que se proponían crear o integrar y esto se reafirmó con la crisis del golpe y paro petrolero.
Hasta que llegó el 13 de abril del 2002 y Chávez regresó a su puesto de mando en Miraflores, para cinco años después el 2 de mayo del 2007 decretó la culminación de la llamada apertura petrolera la misma que le dio un golpe de Estado un jueves 11 de abril y desde las propias instalaciones petroleras que se asientan en la Faja del Orinoco, el Presidente Hugo Chávez Frías decretó aquel martes, la caída de la apertura petrolera que se inició en Venezuela en la década de los años 1990 y que pretendió derrumbar su gobierno con el golpe y paro petrolero.
El mandatario aseguró que el proceso de apertura no fue más que un intento de quitarles definitivamente a los venezolanos su riqueza natural, y una estrategia del imperialismo para adueñarse de la reserva petrolífera más grande del mundo: la venezolana.
Tras admitir que le “costó bastante” cerrar el ciclo, Hugo Chávez se mostró confiado en que este día marcará el inicio de una nueva etapa de independencia venezolana. “La nacionalización del petróleo venezolano ahora sí es verdadera”.
A partir de esta fecha, el Estado empezó a tener el control de al menos el 60 % de las empresas mixtas con respecto a las empresas trasnacionales. La reserva petrolífera (del Orinoco) tiene las reservas más grandes del planeta, donde el gobierno espera certificar con ayuda de petroleras estatales, que se puede extraer sólo allí hasta 260.000 millones de barriles de crudo extrapesado, el equivalente a las reservas de Arabia Saudita.
PDVSA no va a poder sacar ese petróleo (de la faja) porque no existen las mismas condiciones iniciales de presión ni de temperatura que hubo en el proceso originario. Dañaron los pozos, extrayéndoles un 7% y se mudaron a otro pozo más allá, y a otro, incluso superando, en algunos casos, el doble de la extensión territorial convenida en el contrato, sin participarle a nadie, sin pagar un centavo: hoy estas áreas han sido rebautizadas como “José Antonio Anzoátegui” y se le presentan al mundo como la Faja Petrolífera del Orinoco ubicada entre los estados venezolanos de Guárico, Anzoátegui y Monagas con los espíritus en sus campos de las batallas de Boyacá, Junín, Carabobo y Ayacucho.