Oyendo radio, puse atención a una intervención del ministro de petróleo y minería Rafael Ramírez, en reflexionando acerca de la gasolina en Venezuela, su producción y consumo, para luego justificar el aumento. Me asombra en primer lugar que en su análisis compare la gasolina que mueve la energía del país con latas de refresco o un envase de agua potable. Aproximadamente dijo que con el valor de una lata de refresco, había realizado un largo viaje, consumiendo tres tanques de su carro, gastando aproximadamente nueve o diez bolívares, cuando su refresco de marras le había costado veinte. Algo más feo, el gobierno paga para que los trabajadores de PDVSA nos llenen el tanque de un líquido que para él consumen los venezolanos gratuitamente. Se avergüenza el señor ministro de que Venezuela se encuentre en el lugar más profundo de un sótano estadístico de todos los países del mundo, en donde nosotros, los venezolanos derrochadores pagamos escasamente el servicio para que el gobierno llene nuestros tanques de gasolina. LA GASOLINA MAS BARATA DEL MUNDO!!
De pronto dijo con absoluto desdén que Venezuela estaba alejada del progreso, el desarrollo mundial, en la medida en que consumía y derrochaba este precioso líquido energético.
A lo mejor se refería a los indígenas yanomami del alto Orinoco, que para aprovechar los menguados y difíciles cupos de gasolina, encienden y usan en sus motores fuera de borda la gasolina necesaria para remontar el soberbio río, y luego bajarlo sin fuerza mecánica, a canalete, encendiéndolos para navegar los pasos rápidos y así evitar la muerte que asecha por ejemplo, en el conocido y temido “paso del muerto”, a tres horas de navegación de Samariapo.
Se lamenta del contrabando de extracción de gasolina desde Venezuela, pero evade la responsabilidad sobre numerosas propuestas para que PDVSA formalice y negocie acuerdos fronterizos de cooperación energética con los gobiernos de nuestros trece países vecinos para instalar un modelo rentable de venta de gasolina a través de nuestros numerosos pasos fronterizos, terrestres y marítimos. Se ha demostrado que el acuerdo fronterizo de venta de gasolina a Colombia, es estable y genera sustanciales dividendos.
¿Sabe el señor ministro que PETROBRAS (Brasil) tiene cien estaciones de servicio instaladas en territorio colombiano? ¿No podrá PDVSA instalar estaciones de servicio en los estados del nordeste brasileño? (Roraima, Amazonas, Tocantins)
¿No podrá CITGO, bajo el marco del ALCA concertado entre Colombia y los Estados Unidos, instalar estaciones de servicio en territorio colombiano?
El ministro nos habla que Venezuela consume 750.000 barriles diarios de gasolina, que según él se regala. Pero se estima que un 30% de esa gasolina es manejada por las mafias que la sustraen, transportan y distribuyen fuera del país, en nuestras tres grandes fachadas.
Venezuela debe seguir siendo líder mundial en producir y consumir la gasolina más barata del mundo, para demostrar a miles de millones de seres humanos, hoy en la pobreza, que pueden beneficiarse e imitar esta conquista.
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