Bloques petroleros

Dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) podría reclamarse un nuevo espacio para Venezuela. Estas acciones estarían demostrando eficacia y operatividad en un trabajo de bloques con potencia de actuación en los escenarios internacionales, conduciéndolos al apuntalamiento de ignorados criterios de integración en lo concerniente a materia energética —petróleo y minerales— ayudando a mantener un alerta ante cualquiera de las cientos de amenazas que diariamente van en contra de la soberanía.

En rigor verdadero, toda integración debe autoconstituirse como un macro —sereno del cual se desprenden diferentes micro— objetivo. Esto significa que los países que pertenecen a la Alternativa Bolivariana para las Américas Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) y la OPEP ya solidarizadas desde Venezuela con la protección de la energía petrolera sino asimismo generar una agenda que incluya la producción minera.

En otras palabras, no puede existir una genuina integración geoeconómica y geopolítica sin que los países que constituyen los bloques de la OPEP y del ALBA-TCP no manifiesten su voluntad constructiva de analizar y presentar conclusiones de la minimización más seguridad para las futuras generaciones del impacto petrolero y mineral. Se trata de establecer nuevos escenarios que sin duda posean su propia dinámica aunque, en líneas generales, la orientación o vectorización de las propuestas conciba con la madurez experimentada en otras estrategias —como la de la energía petrolera— ante lo codiciado mundialmente tras la guerra por el petróleo es necesario la viabilidad de una minimización de la inseguridad del impacto energético.

Esta problemática de minimización de impactos en el área petrolera como minera presenta y representa la proyección de nuevos círculos de seguridad y defensa. La estrategia y el diseño de un plan de acción apelan a las recientes alianzas que se han llevado a cabo en el escenario de la energía petrolera, ante esto es urgente un bloque petrolero.

Lo mismo cabría esperar en materia minera. Las probabilidades de éxito deben darse por seguras en el sentido que la operatoria tiene mucho que ver con la que se aplica al petróleo. Palabras claves como integración, complementariedad y corresponsabilidad o reciprocidad pueden perfectamente traspolarse al eje minero, constituyéndose así en una vía que demuestre la genuina existencia de una vocación para integrar y crear nuevas alianzas y compromisos insertados en el seno de la comprensión de la realidad del consumo energético por las reservas nacionales las más grandes del planeta.

Para tales propósitos la experiencia que se posee en materia petrolera reside en la fundamentación adquirida a través de las décadas de experiencia y aprendizaje en cuanto a las amenazas de las reservas. Además, no debe olvidarse que un universo —el petrolero— no actúa de manera independiente desligándose de otras materias energéticas con sus repercusiones en el ámbito social, político y militar. La creación de nichos críticos cuyo objetivo es la presentación y aplicabilidad de razonamientos, originados en la discusión de propuestas, es concluyente y trascendental para el desempeño, maduración y puesta en marcha de cuya meta en este caso es la minimización del impacto en ambas áreas que, como se dijo, están estrechamente vinculadas.

La hipótesis consistirá en demostrar que la aplicabilidad en las nociones con programas, agendas proyectivas, escenarios —de contingencia o no— y las herramientas geopolíticas y geoeconómicas —la geogerencia— son pertinentes para el abordaje de la seguridad como minimización en el área de los minerales y petroleros.

En cuanto a la energía petrolera, se considera que la única salida consistiría en configurar bloques interactuantes para poder enfrentar los próximos decenios. Es por demás notorio que la injerencia no deseada de países opuestos al desarrollo y consolidación bolivariana traerá consigo diversos tipos de hostilidades. En cuanto al petróleo y por qué no al área mineral, existen hostilidades ya previstas en los laboratorios del terror que se centrarán en torno al control de aprovisionamientos seguros y por la mayor acumulación de reservas en suelos extranjeros, lo cual ha quedado demostrado en el caso del Golfo Pérsico (Irán, Irak, Siria), los países asiáticos (Afganistán y Paquistán), más los países de El Magreb (Sahara Occidental, Libia, Túnez). Que podrá quedar para Sudamérica respecto a Ecuador y Venezuela, frente a los protobloques energéticos de Estados Unidos de Norteamérica junto a Japón vs Rusia y China, cuando Venezuela como bloque petrolero posee la reserva más grande del planeta.


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Miguel Jaimes

Politólogo. Magister scientiae en ciencias políticas. Doctor en ciencias gerenciales. Posdoctor ontoepistemología en geopolítica de las energías. Cursando doctorado en letras. Cursando Posdoctorado en literatura del petróleo en Venezuela. Libros: El oculto poder petrolero, apertura petrolera, poder de PDVSA vs. poder del estado. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Primera edición. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Segunda edición. Director del diplomado internacional en geopolítica del petróleo, gas, petroquímica y energías – Venezuela. Director de la web https://www.geopoliticapetrolera.com

 venezuela01@gmail.com      @migueljaimes2

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