El discurso del Presidente de la República, Nicolás Maduro, en el cual le prometió al país un “sacudón”, terminó convertido en una suerte de “barrida de escoba”. Recogió lo que pudo, desechó a algunos en un “cesto de basura”, y otros, tendrán que seguir llenándose de los ácaros que les pertenecen en sus “nuevas funciones".
El presidente al resistirse a cambios en la política económica, es obvio, que los problemas de alto costo de la vida, escasez de alimentos y medicinas, ausencia en los anaqueles de productos de aseo personal como repuestos para vehículos, aumento del dólar paralelo, terminarán por hundir en más pobreza a los venezolanos.
Es poco lo que puede hablarse sobre el “sacudón” que nos prometió el presidente Nicolás Maduro. La fusión de algunos ministerios (unos acertados, otros desacertados). La salida de Rafael Ramírez de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), y el nombramiento de Dante Rivas, quien se desplaza de “cargo en cargo”, es decir, de fracaso en fracaso, es lo más relevante en términos políticos que podemos mencionar. Lo demás es entelequia.
Sobre Ramírez, soy de quienes comparte que su salida se fundamenta en un “desgate” propio de haber estado manejando la política petrolera por más de 10 años en Venezuela, cuyo colofón, no podía ser más desastroso: Venezuela, un país exportador de petróleo durante más de un siglo, con las mayores reservas probadas de este recurso en el mundo, ahora negocia con Argelia importar crudo “liviano” pata satisfacer los requerimientos de energía que la mal llamada “nueva” Pdvsa no ha sido capaz de producir. Esa es la factura final que tendremos que pagar los venezolanos para decir que tenemos “patria”. Además que desde la cúpula pesuvista culpan a Ramírez de la pérdida de popularidad de Maduro con sus anuncios infructuosos de aumento del precio de la gasolina, unificación cambiaria y venta de la Corporación Petrolera, Citgo, en Estados Unidos.
Si bien, soy de quienes rechazaron en su momento la politización que hicieron Juan Fernández y su combo de meritócratas, entre ellos el grupo al cual pertenecía, la irónicamente, llamada “Gente de Petróleo”, afín a Luis Giusti (expresidente de Pdvsa en tiempos del segundo mandato de Rafael Caldera) cuando entre 2002 y 2003, pretendieron derrocar a Chávez parando la empresa petrolera, lo que vino después de la recuperación de la principal industria nacional fue una aberración en sus planes de producción. Una cosa era emplear a Pdvsa para redistribuir el ingreso con el fin de ayudar a los sectores sociales más desposeídos, y otra era convertirla en un arma contra el “imperio” y para cumplir fines hegemónicos de compra de gobiernos en la región para afianzar el liderazgo continental de Chávez, y peor, para mantener económicamente a Cuba (hoy liderada por el hermano de Fidel, Raúl Castro). En síntesis la llamada creación de la Petrolera del Caribe (PetroCaribe), resultó inconveniente para los intereses del país, porque precisamente su fin era político, no económico y menos productivo.
En tal sentido, es poco lo que podemos esperar en rectificación de materia petrolera. Asdrubal Chávez (primo del presidente fallecido, Hugo Chávez), como Ministro de Petróleo y Minería jamás irá en contra de la creación de Petrocaribe. Por otra parte, el recién designado presidente para Pdvsa, Eulogio del Pino, a pesar de tener credenciales y amplia experiencia petrolera, sólo estará allí para cumplir órdenes.
Por ello, si realizamos analogía de la historia, tanto quienes ayer emplearon a Pdvsa para usufructo y enriquecimiento de una élite social y política, y quienes hoy la dominan para pulverizar a la disidencia, y afilar una extensa red de control y clientelismo político, han terminado por destruir lo poco que allí quedaba. Hoy Pdvsa es una empresa con un amplio déficit de caja, producto de las erradas políticas económicas, al punto que analistas señalan que hasta un 40% de su producción se va en subsidios a los países caribeños y envíos a China; verbigracia, sin recibir pago por ello; más allá de las argumentaciones que defensores del gobierno expresen sobre el particular. Por ahora, habrá Pescao Salao (…) para todos los gustos, sólo que el de mayor número de espinas nos quedará al pueblo; la pulpita se la llevan otros(as)…
@jvivassantana