Caribe petrolero

Recientemente República Dominicana acaba de anunciar un pago único por casi 2000 millones de dólares para cubrir su deuda tras el acuerdo de Petrocaribe con Venezuela. Tras una cuota diaria acumulada han cancelado prácticamente la totalidad de su deuda con la cual se benefician, por eso desde el Caribe existe y se impulsa el desarrollo de una nueva geopolítica, geoestrategia y diplomática de los hidrocarburos, impulsada toda desde Venezuela.

El Caribe ha incorporado el concepto de geoestrategia como un subcampo del conocimiento dentro de la geopolítica, representando un tipo de política pública exterior, fundamentada por factores geográficos que informan, restringen o afectan la planificación militar, política o económica de un Estado o nación.

Petrocaribe en su gestión representa la evolución del conocimiento administrativo, basado en una connotación que bien pudiese denominarse con el novedoso concepto de la geogerencia —geografía, geopolítica y geoestrategia— con base gerencial. En este contexto, los hidrocarburos y su posicionamiento energético representan una materia prima de indudable valor geoestratégico (local, regional y global) que requiere de una geogerencia compleja de avanzada. En forma particular, Petrocaribe, como representación regional de la alianza del arco caribeño, incorpora la oportunidad de lograr un intercambio equitativo, justo, bajo principios de solidaridad y complementariedad, en cuanto a los recursos de la cesta energética.

La alianza del arco caribeño en torno a la comercialización de hidrocarburos, posee una visión y acción geoestratégica, gestión compleja, representada en un proceso integral que puede promover la eliminación de asimetrías —pobreza— sociales, fomentar la calidad de vida e inspirar una participación efectiva de los pueblos en la conformación de su propio destino.

Por eso en la Cuenca del Caribe existe una geogerencia y contiene antecedentes resaltantes. Uno —de carácter primordial— representada por los graves problemas sociales, acompañadas de economías débiles. Esto configuró requerimientos geopolíticos que establecieran planes de cooperación en base a relaciones de mutuo respeto y equidad para incentivar intercambios en potencialidades de cuantiosos recursos naturales con la importancia de su formidable situación estratégica frente a los grandes centros de poder mundial. Este comentario podría considerarse como premonitorio para el establecimiento del acuerdo conocido bajo la fórmula Petrocaribe.

El controversial Michael T. Klare en su obra: Planeta Sediento Recursos Menguantes (2008:24) habla de las “…habitaciones privadas de la diplomacia”. Por eso desde el gobierno venezolano el tema de los hidrocarburos se maneja con otra óptica realizando planteamientos de un nuevo proyecto geoestratégico energético para toda la región de Latinoamérica y del Caribe (PetroAmérica: Petrocaribe, Gran Gasoducto del Sur y Petrosur). Esto fundamenta y refuerza una redefinición de relaciones existentes, realizando una cuantificación de los recursos y potencialidades de los países que conforman la región, para después establecer esquemas de complementariedad económica, social y cultural.

El anillo estratégico del Caribe resurge en la organización Petrocaribe. Con esta finalidad PDVSA creó la filial PDV-Caribe, para integrarla primeramente a los países constituyentes de la región —hoy suman diecinueve naciones— tras la firma del correspondiente Acuerdo de Cooperación Energética en el año 2005 en Anzoátegui-Venezuela. Considerada como una iniciativa de cooperación energética solidaria, con el objetivo de dar respuestas a las asimetrías en el acceso a los recursos energéticos.

Con esta propuesta geoestratégica pretenden establecer un nuevo esquema de intercambio con características favorables, equitativas y justas para las naciones caribeñas, un todo articulado con políticas energéticas de diversas nacionalidades participantes, incluyendo no solo el uso de combustibles fósiles, también fuentes alternas: energía eólica y solar.

La zona tropical del Caribe es un enclave de importancia de seguridad y defensa en la región, ubicada en medio de tres placas tectónicas: Sudamérica, Norteamérica y el Caribe. En especial el Sur de Estados Unidos posee una importante cercanía con un canal transoceánico en el istmo de Centroamérica (Canal de Panamá), una de las más importantes líneas marítimas de comunicación del mundo. Sin embargo, es un territorio constantemente amenazado con el equipamiento de una armada fuerte que salvaguarda los intereses de los EE.UU. con el fin de asegurar en este océano parte de su prosperidad. La Cuenca del Caribe podría ganar importancia global, especialmente por el canal de navegación a través de Centroamérica y es solo comparada con el Mar de China Meridional (Mar del Sur).



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Miguel Jaimes

Politólogo. Magister scientiae en ciencias políticas. Doctor en ciencias gerenciales. Posdoctor ontoepistemología en geopolítica de las energías. Cursando doctorado en letras. Cursando Posdoctorado en literatura del petróleo en Venezuela. Libros: El oculto poder petrolero, apertura petrolera, poder de PDVSA vs. poder del estado. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Primera edición. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Segunda edición. Director del diplomado internacional en geopolítica del petróleo, gas, petroquímica y energías – Venezuela. Director de la web https://www.geopoliticapetrolera.com

 venezuela01@gmail.com      @migueljaimes2

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