Según la Teoría del pico de Hubbert, actualizada con datos recientes por la Asociación para el estudio del pico del petróleo, el inicio de dicho declive habría de producirse alrededor del 2007. La Agencia Internacional de Energía de EE.UU. reconoció en el 2010 que el cénit de la extracción mundial de petróleo convencional ya se había producido en el 2006.
Existen otros tipos de reservas de hidrocarburos que eran conocidas como bitúmenes, las cuales son petróleo extra pesado y de lo cual tiene por cantidades Venezuela en su Faja Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez Frías, ahora confirmadas como iguales o mayores que las reservas de bitumen de las Arenas de Atabasca en Canadá. Según cálculos de la estatal venezolana PDVSA, la unión de estas reservas no convencionales con reservas convencionales le da a Venezuela el primer puesto como país con mayores discreciones de hidrocarburos en el planeta.
Aun cuando en 2004 el consumo mundial de petróleo se elevó en un 3,4% y alcanzó los 82,4 millones de barriles/día y para finales de 2010 rozó los 90 millones de toneles diarios, y en 2015 esta en 92 mbd, sin embargo Estados Unidos y China siguen siendo los responsables de casi la mitad del aumento por su modelo de consumo. En la actualidad, juntos utilizan 30 millones de barriles diarios, aspirando a alcanzar para los próximos quince años (2016-2030) 40 millones de crudo respectivamente. Por esta causa y desde la era de los post "vencedores" de la II Guerra Mundial, por eso el control del petróleo se ha vinculado a los más diversos conflictos bélicos, alcanzando principalmente a los países miembros del grupo OPEP: Kuwait, Irak, Libia, Irán, Ecuador, Venezuela, entre otros.
Desde esta óptica, hábilmente los EE.UU. embaucaron al mundo en las llamadas alternativas de combustibles no derivados del petróleo: el biodiesel, aceite combustible con características comparables al diesel, extraído principalmente de las semillas oleaginosas de diferentes plantas; y el bioetanol, alcohol procedente de restos vegetales que puede utilizarse mezclándolos con otros combustibles o para la fabricación de éteres. Estas alternativas se presentaron justamente cuando el mundo experimentaba las peores sequías, incendios, falla de semillas y el ciclo de la tierra se alteraba, extendiéndose las sequías e incendios, situación que hizo derrocar gobiernos enteros, produciendo revoluciones, revueltas y magnicidios.
Para las nuevas exigencias mundiales, las principales petroleras estatales están en América Latina y los principales proyectos descansan en el brillo del volcán integrador a partir del recurso fósil más apetecido del planeta: el petróleo y su cesta de ventajas.
Por otra parte, nos hallamos en el rostro del enorme potencial de las estatales mundiales que desarrollan en conjunto operaciones con Venezuela y Argentina: ENARSA, Energía Argentina S.A., empresa pública dedicada al estudio, exploración y explotación de yacimientos, transporte, almacenaje, distribución, comercialización e industrialización de estos productos y sus derivados, gas natural y energía eléctrica. La titularidad de la empresa se encuentra repartida en un 53% perteneciente al Estado nacional, un 12% en manos de las provincias y el resto a mercadearse en la bolsa de comercio. ENARSA cuenta entre sus activos con el monopolio legal sobre la plataforma submarina del Mar Argentino.
Así mismo Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) Sociedad del Estado, fundada en 1922, fue la primera petrolera estatal de América Latina y modelo sobre el que se constituyeron, entre otras, Petrobras, perteneciente a Brasil. En su momento alcanzó a ser la mayor empresa del país que perteneció al Estado argentino hasta su privatización durante la presidencia de Carlos Menen. En Bolivia tenemos a la YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos), empresa estatal encargada de la exploración y procesos de destilación y venta. El Estado boliviano rescató de manos de Petrobras (Brasil) los campos que explotaban, experimentando Bolivia a partir de allí una interesante recuperación de su Producto Interno Bruto.
En Brasil Petrobras es una empresa mixta integrada de energía. El 51% de sus acciones está en manos del Estado por ser la fuente de energía uno de los mayores intereses públicos, y el 49% recae en manos privadas. Ha estado en el cuarto lugar del ranking de las mayores empresas petrolíferas internacionales de capital abierto en el mundo. En el 2011 obtuvo el record de ser la empresa que más facturó en América Latina. Opera en forma activa en el mercado internacional de petróleo y a través del intercambio de una importante diversidad de productos relacionados con la industria hidrocarburífera.