Yo casi agradezco el paro petrolero del 2.002. Y digo esto de sinceridad y con la comprensión y dolor que ese cobarde acto generó en nuestro pueblo.
Y es que hasta ese diciembre del 2.002, la industria petrolera no era nuestra, fue un estado dentro del Estado. Fue una empresa manejada por una casta de gente que no quería a Venezuela no reconocían a nuestra patria, solo a la patria PDVSA.
Y yo reconozco que le pasaba a esa gente, como ellos transmitieron durante años lo aprendido en Shell, Mobil, Creole y Texaco unos cuantos años atrás. Como aquel gran error histórico de no unificar la industria y crear aquellos mamotretos de Maraven y Lagoven con una Petróleos de Venezuela aparte, como esos monstruos se fueron burocratizando y creciendo, siempre de espaldas al país a sus necesidades y a su realidad. Y es que los ejecutivos captados desde sus inicios se les enseñó que ese suelo solo servia para sacar petróleo y que ellos eran los elegidos de aquellos (En el norte) que consumían ese petróleo.
Recuerdo cosas como que los buques venezolanos pagados por los venezolanos ya que fueron endeudamiento del Estado, se les colocó banderas de conveniencia (Panameña) para no pagar impuestos en nuestro país, puede uno imaginar la reunión de esos venezolanos que tomaron esa decisión. Pero la cosa fue peor ya que estos buques expresamente construidos para operar en nuestro lago de Maracaibo no estaban operados por venezolanos los cuales estaban limitados a tener solo un oficial y dos aprendices a bordo, fueron capitaneados por capitanes de Shell, con tripulación de filipinos, cuesta creer que hay un venezolano tan cretino para hacer algo así, pero si los hay y hoy están fuera de la industria, son esos que se llaman la gente del petróleo, con ese nombre queriéndose distinguir todavía del pueblo Venezolano.
Recuerdo cuando trabajé en Paraguaná y me tocó ir a las refinerías, nunca comprendí el por que de las diferencias entre Amuay y Cardón, dos mundos totalmente distintos y cuando uno preguntaba lo miraban como si fuera de otro planeta, la contestación siempre fue la misma, es que esta es Amuay y aquella es Cardon o esta es Cardon y aquella es Amuay, con desprecio de una hacia la otra y cuando yo ingenuo decía pero no es la misma industria siempre la misma frase por respuesta, no esa es otra cosa, aquí somos los mejores, se molestaban de la comparación. Y es que hasta la misma industria después de la nacionalización siguió con la competencia entre ellos mismos, solo hay que recordar los juegos entre las industrias, suerte de olimpiada entre la misma gente a costos astronómicos. Mencionar da pena o asco según sea el caso, pero hasta la competencia por los mejores campos de golf. Recuerdo un barco con agua potable solo para regar el campo de golf por un torneo y la zona sin agua, eso creo fue por el 84 o 85, la gente pasando sed y un barco de cinco toneladas ocupando un puesto en bajo grande un muelle petrolero solo para regar el campo de golf, no solo el costo del agua para regar, una fortuna, sino la inutilización de un Terminal petrolero, por el barco con agua.
Y cuesta a esa gente comprender nuestra satisfacción, la que yo y millones sentimos cuando vemos que esa industria, nuestra industria desde el 2.003 es verdaderamente venezolana de nosotros y para nosotros. Que fue una suerte de independencia librada por aquellos que pensaron en pueblo y no en petróleo, aquellos que levantaron con su esfuerzo y trabajo nuestra industria, esos son los libertadores del petróleo, son héroes modernos de nuestra soberanía.
Que esa gran revolución que empezó en diciembre del 98 poco a poco ha conquistado espacios para el pueblo para la gente y el 2.003 se dio la verdadera nacionalización, la independencia de la industria petrolera una industria de Venezuela para su pueblo y su gente.
Y ay de aquellos que han quedado solo para llamarse la gente del petróleo pues no son de aquí y menos de allá son solo la sombra de un triste pasado en esta revolución del pueblo y sí, PDVSA es roja como roja es nuestra revolución como roja es nuestra sangre de venezolanos.