PDVSA inicia su exportaciones petrolera a pesar de las sanciones y el bloqueo

La gestión realizada por los trabajadores petroleros junto al Gobierno Nacional para la recuperación de la corporación petrolera venezolana PDVSA a pesar de la profunda crisis institucional que vivió durante los meses de diciembre de 2018 y enero y febrero de 2020. El bloqueo económico de los Estados Unidos contra Venezuela, la estatal petrolera no pudo generar riquezas ni avanzar en la producción.

"De octubre de 2019 a octubre 2020 no vendimos ni un solo barril de petróleo por el asedio y la persecución de EE. UU.". Aseveró que Pdvsa estaría lista para producir 2 millones de barriles de petróleo. Desde que la administración de Donald Trump impuso sanciones a Pdvsa y la comercialización del petróleo venezolano en el año 2019, periódicamente el Departamento del Tesoro ha extendido las exenciones, aunque a principios de este año se había informado que no las alargaría más.

Las medidas contra la estatal petrolera venezolana incluyen la prohibición de importaciones de petróleo venezolano y las transacciones realizadas en dólares estadounidenses. EE.UU. ha sancionado a muchas personas en PDVSA anteriormente, pero al sancionar a toda la compañía, efectivamente impide que las refinerías estadounidenses compran crudo venezolano después de un período de liquidación. Además, no se permitirá a las empresas exportar petróleo ligero a Venezuela, el cual se necesita para diluir el crudo pesado del país. Esto dificultará a PDVSA exportar su petróleo.

Las restricciones incluyen una licencia general para permitir la liquidación de "operaciones o contratos existentes" con Petróleos de Venezuela SA. El objetivo fundamental del sistema de sanciones USA y conlleva de forma inevitable a cuestionarse acerca del enfoque que deben tener estas medidas en el futuro. Actualmente la producción petrolera se encuentra al mínimo histórico de unos 600.000bpd , lo cual sólo es suficiente para abastecer al mercado interno, hace que los activos de la industria petrolera venezolana, lo sumerjan en una nueva etapa de crisis que venía experimentando en los últimos años. Según expertos, el flujo de caja de Pdvsa se ve altamente comprometido, así como el suministro local de gasolina.

¿Qué más prohíbe la sanción?

Prohíbe la exportación de petróleo hacia EE. UU, importar diluyentes y otros productos petroleros provenientes de ese país. Restringe importar combustible desde Estados Unidos.

¿Qué más afectaría?

El consumo local de gasolina en el país, debido a las importaciones que Venezuela ha mantenido los últimos años. Agrava los problemas que arrastraba la industria, como la caída en la producción. Afecta la operatividad de la estatal y el flujo de caja.

¿Puede Venezuela poner su petróleo en otros mercados?

No será sencillo para Venezuela poner ese crudo en otros mercados, el petróleo que la nación exporta hacia EE. UU. tiene unas características particulares que se adaptan a las refinerías de ese país. En ese sentido, se hace necesario mayor inversión para captar otros clientes.

¿Qué hará la OPEP?

La OPEP tomará alguna medida en respuesta a las sanciones de EE. UU., resalta que no es la primera vez que Washington sanciona a un miembro, donde el pronunciamiento del bloque ha sido tibio. Algunos países OPEP podrían tomar ventaja de la amonestación a Pdvsa e intentar llenar el vacío que dejará la estatal mientras las sanciones se mantengan vigentes.

las crisis empiezan y terminan con un desbalance con el exterior, ya sea por una caída de los precios internacionales del Petróleo como materias primas , una fuga masiva de divisas o por un descalce del financiamiento de la deuda externa. Cualquiera de estos caminos detona, en última instancia, una crisis de financiamiento de divisas y un ajuste de la economía doméstica vía tipo de cambio.

En el caso de Venezuela la dependencia es aún más crítica pues la oferta interna de bienes es altamente dependiente de la cantidad de divisas disponibles para importar. Venezuela es un país que desde la década del ‘60 ha profundizado su especialización productiva en el petróleo y, en consecuencia, es altamente dependiente de las importaciones. El dólar es el insumo más importante de la oferta agregada y su sistema productivo depende del financiamiento del exterior para poder seguir reproduciéndose. Sin una entrada neta de dólares que financie el proceso productivo, la economía se achica al compás de la escasez de divisas.

El boicot económico que Venezuela

Existen muchas razones que explican las pretensiones de EE. UU. sobre Venezuela. Muchas de ellas son de índole política y tienen que ver con los desafíos a la hegemonía estadounidense, que están en la matriz del pensamiento chavista, y la apuesta por un mundo multipolar en desafío a la Doctrina Monroe, con la participación abierta de actores extra-regionales, como China y Rusia. No menos importantes son las razones económicas. Entre ellas destacan los inéditos desafíos liderados por Venezuela a la hegemonía del dólar y la abundancia de los recursos naturales venezolanos.

En Economía utilizamos el concepto de la "maldición de los recursos (resource curse)", que podemos describir como el efecto negativo sobre el desarrollo que genera la abundancia de recursos naturales. Una de las cepas de esta maldición se explica por el hecho de que la disputa por el control del recurso conduce a conflictos políticos que ponen obstáculos al desarrollo. Algunos de esos conflictos son internos, entre facciones que intentan controlar el recurso; otros, en cambio, se apoyan en facciones internas que representan a intereses externos, como es el caso del boicot económico a Venezuela.

Desafío venezolano a la hegemonía del dólar

Tras la crisis del petróleo de los años ‘70, Estados Unidos reaccionó terminando unilateralmente con los acuerdos de Bretton Woods en los que se había acordado el sistema monetario global basado en el patrón oro. Uno de los desencadenantes de la crisis fue el embargo petrolero de Arabia Saudí y otros países árabes a los países que apoyaron a Israel en la guerra de Yom Kipur, entre ellos EE. UU. Estados Unidos reaccionó para impedir que ningún otro país pudiera utilizar el petróleo como arma contra la economía estadounidense.

El acuerdo alcanzado con los saudíes incluía la protección de Washington a Riad frente a cualquier amenaza externa, a cambio de que las ventas de petróleo se cotizaran y se pagarán exclusivamente en dólares estadounidenses. De esta forma, EE. UU. garantiza la demanda artificial de dólares en las transacciones económicas internacionales, de forma que fuera el nuevo pilar en el que cimentar el poder global de la economía estadounidense. El acuerdo fue la estrategia para contener el descrédito de la moneda norteamericana tras la devaluación producida al terminar el compromiso de respaldo en metálico del dólar. El nuevo patrón monetario ya no ligaría las tenencias de dólares con las reservas de oro, sino que lo vincularía al petróleo, de forma que cualquier país que necesitará comprar o vender petróleo, debía obtener los dólares para efectuar la transacción. Se creó así, la demanda mundial de dólares que sustentaría su valor y credibilidad como nueva moneda de reserva y circulación global.

Cualquier país que haya desafiado la hegemonía del dólar rápidamente recibió la respuesta estadounidense, bien vía embargos o – si estos no resultaban efectivos- algún tipo de intervención militar. Dos países con grandes reservas petroleras como Irak y Libia, cuando impulsaron la creación de sistemas alternativos para el comercio del petróleo que evitaran emplear el dólar como moneda transaccional, sufrieron las intervenciones estadounidenses. No son los únicos casos. Las sanciones a la economía rusa también arreciaron tras sus intentos de crear mecanismos alternativos para colocar la oferta petrolera rusa.

De la misma manera, Venezuela ha impulsado en las dos últimas décadas, junto con el proceso de recuperación soberana de sus recursos naturales, iniciativas que le permitieran librarse de la situación de dependencia respecto al dólar.

En este sentido, iniciativas como el SUCRE (Sistema Unitario de Compensación Regional de pagos), los acuerdos bilaterales con otros países para comerciar con otras monedas, los intentos de crear una banca de financiamiento regional como el Banco del Sur o, en las últimas fechas, la creación de la criptomoneda Petro, suponen desafíos a la hegemonía del dólar impulsados desde Venezuela.

El SUCRE, una iniciativa que se creó en el marco del ALBA, propuso la creación de un sistema de pagos internacionales basado en una moneda virtual que funciona como unidad de cuenta común de registro de las operaciones internacionales. Estas operaciones, y las liquidaciones resultantes, son canalizadas a través de los Bancos Centrales de los países participantes que compensan las cuentas en virtud de las operaciones realizadas.

Adicionalmente a esta iniciativa, Venezuela ha impulsado en los últimos años acuerdos y convenios de carácter bilateral para comerciar el petróleo en monedas diferentes al dólar. En este sentido, destacan el acuerdo con China para vender el petróleo en yuanes. China, actualmente segundo consumidor mundial de petróleo y principal contrincante de la hegemonía estadounidense, emitió en marzo de 2018 el primer contrato de petróleo en yuanes, un paso importante para convertir el renminbi en una divisa de referencia mundial. Como ha hecho Venezuela, otros países exportadores de petróleo que ya tienen avanzados convenios para comerciar petróleo en yuanes son Nigeria, Angola, Rusia o Irán; estos dos últimos también son países que resultan víctimas de las sanciones y el boicot impuestos por EE. UU.

La última iniciativa impulsada desde Venezuela para contrarrestar la hegemonía del dólar fue el lanzamiento del Petro en el año 2018, una criptomoneda del tipo transaccional no especulativa cuyo valor deriva del respaldo en recursos naturales. El propósito del Petro es sortear el bloqueo financiero, recaudar fondos con la emisión y crear un activo de reserva internacional para competir con la demanda de dólares dentro de Venezuela.

A pesar de los intentos de otras monedas como el Euro, el Reinminbi o las iniciativas impulsadas por Venezuela, el dólar sigue representando el 62% de la deuda global, el 56% de los préstamos internacionales, casi el 44% de las transacciones en el mercado cambiario y casi el 63% de las reservas de divisas.

El común denominador de estas iniciativas apoyadas o impulsadas desde Venezuela, es que comparten el objetivo primario de librarse de la dependencia financiera y el secundario de menguar la capacidad de fuego de una de las armas estratégicas más poderosas que utiliza indiscriminadamente EE. UU.: la hegemonía del dólar. Venezuela no es la única, comparte este objetivo con muchas naciones. Mientras más utiliza EE. UU. la herramienta del boicot financiero, más alienta a los países con pretensiones soberanas a tomar medidas para lograr esta independencia financiera.

Es difícil predecir si conseguirán este objetivo compartido por Venezuela, porque hoy estamos en una etapa de transición hacia un mundo multipolar y Estados Unidos, con Donald Trump a la cabeza, ha abandonado la vía diplomática recrudeciendo la batalla contra todos aquellos que osen poner en jaque cualquiera de estos dos pilares de poder. La Guerra comercial contra China, las sanciones contra Rusia, el bloqueo comercial, el boicot financiero, la injerencia política y la amenaza de la intervención militar contra Venezuela son las respuestas que da el poder de un EE. UU. en decadencia, frente a un mundo multipolar que no termina de nacer.

Estados Unidos es consciente del carácter estratégico de la hegemonía del dólar, y como está demostrando con sus acciones contra Venezuela y otros países que desafiaron el sistema monetario de los petrodólares -como Irak y Libia-, está dispuesta a grandes sacrificios de reputación diplomática con tal de defender su posición en el ordenamiento global. El talante de incorrección política que hoy abunda en el liderazgo estadounidense no debe sorprender a nadie, es una muestra de que ha llegado el momento de la verdad, y que los cambios en la hegemonía global nunca fueron pacíficos.

Exuberancia de los recursos naturales venezolanos

Sin embargo, es difícil demostrar que detrás del intento de golpe de Estado existe el interés material de la abundancia de recursos naturales venezolanos. ¿Cómo probar que EE. UU. desea controlar los recursos naturales para tener una ventaja competitiva internacional y/o estimular su economía y/o beneficiar a sus corporaciones? Quizás las declaraciones circunstanciales de algún funcionario del consejero de Seguridad de EE. UU- , que afirmó sin rubores que "sería una gran diferencia económica para EE. UU. si conseguimos que empresas petroleras americanas participen en la inversión y producción de petróleo de Venezuela" o las declaraciones del propio Trump respecto de la invasión a Libia, en la que reconoció que EE. UU. debería haber extorsionado a los rebeldes opositores a Kadafi ofreciéndoles un lapidario: "los ayudaremos pero queremos el 50% de su petróleo". Después de todo, la teoría del crimen nos demuestra que la mejor manera de encontrar al agresor es buscar entre quienes se benefician del delito.

En este sentido, destacan las reservas de petróleo venezolano que representan un 18% del total de reservas globales. En efecto, las reservas mundiales alcanzan 1,65 billones de barriles, de este total Venezuela cuenta con 300,9 miles de millones de barriles que la convierten en la nación con mayores reservas de petróleo del mundo.

El consumo diario de petróleo del mundo asciende a 98 millones de barriles por día, y Estados Unidos consume el 19,2% de este total. Si consideramos este nivel de consumo, las reservas de petróleo venezolano alcanzan para 9,2 años de los 50 años que duraría la reserva total mundial. En este sentido, considerando el consumo de los Estados Unidos, que tiene reservas de petróleo escasas, que los pozos que utilizan el sistema de extracción de la rotura hidráulica (fracking) están demostrando tener vida útil y productividad menores a las esperadas y que EE. UU. importa el 53%[9] de los barriles que consume, puede entenderse lo importante que es para Estados Unidos contar con el acceso a una gran fuente de petróleo como es Venezuela.

Las consecuencias económicas del boicot a Venezuela -02

A la relevancia de este recurso en sí, debe agregarse una consideración muy importante, como es la cercanía existente entre Estados Unidos y Venezuela. La distancia entre ambos países es determinante del precio final al que Estados Unidos puede acceder al petróleo. No es lo mismo transportar petróleo de Venezuela, que se encuentra a 2.500 km de Estados Unidos, que transportarlo desde Arabia Saudita que se encuentra a 12.500 km.

Hasta aquí resulta claro el interés de Estados Unidos por el petróleo venezolano, pero la pregunta es, si ya tiene acceso a él por las exportaciones, que busca con la intervención en la política venezolana. Y la respuesta está ligada a cómo ejerce el Gobierno de Venezuela el poder que le otorga el petróleo en términos geopolíticos. Con esto nos referimos a la influencia que tiene el país caribeño sobre la determinación el precio del petróleo desde organizaciones como la OPEP y en la posibilidad, aunque todavía no muy importante en los hechos, de desviar la producción de petróleo a otros países como China (1er importador y 2do consumidor mundial) y lograr una mayor independencia de las exportaciones a Estados Unidos.

¿Qué intentaría el gobierno venezolano para burlar la sanción?

La ley Antibloqueo, entrega las capacidades institucionales jurídicas al Gobierno para enfrentarse al bloqueo estadounidense a través de una defensa flexible y contraataque fuerte. "Necesitamos buscar fórmulas para poder comerciar libre y legalmente con el mundo, sin temor a las represalias de EE. UU. Necesitamos recuperar los ingresos del país apoyándonos en nuestras fortalezas y capacidades para poder defender a nuestro pueblo de los terribles efectos del bloqueo", el Gobierno "procederá a inaplicar para casos específicos aquellas normas de rango legal o sublegal cuya aplicación resulta imposible o contraproducente". Además, el Ejecutivo podrá realizar cambios en la propiedad de las empresas entre la estatal PDVSA y privadas. "El país cree en mí, creen en la Ley Antibloqueo. Hay un gran país que tiene la esperanza renovada, que repudia las sanciones y exige que se levanten. Va mi palabra y va mi vida en la Ley Antibloqueo". .El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tendrá plenos poderes extraordinarios para firmar nuevos acuerdos petroleros con empresas nacionales, extranjeras y privadas. Al menos 18 tanqueros navegan hacia Venezuela, donde se espera que carguen crudo en las próximas semanas, según datos de seguimiento y analistas, una señal de que las exportaciones petroleras del país repuntarán.

 



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Antonio J. Rodríguez L.


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