"Duros caminos del petróleo pues su travesía no se aprende
bajo un modelo sino con su transitar".
Al desarrollarse la década de 1970 se podía afirmar que durante los últimos sesenta años el comportamiento en los precios del barril de petróleo había estado en la línea entre uno y dos dólares y medio, a partir de la mitad de esa década sobrepasaba esa barrera situándose encima de los dieciocho dólares.
El país venía de conocer la instauración de la industria petrolera a través del miedo con el modelo impuesto entre las trasnacionales y el gobierno tras el golpe de Estado del general Juan Vicente Gómez.
Con Gómez ⎯pero sin las trasnacionales petroleras⎯ estaba Gumersindo Torres, médico, convertido en personaje de peso tras redactar la primera Ley de Petróleo para 1920. Mientras la nación se ahogaba en necesidades más una férrea represión el venezolano ni se enteraba de la conveniencia o no del modelo petrolero.
Al pasar 1920 se implementó el Impuesto a las Regalías en 5%. Veinte años después el gobierno del general Medina Angarita aprobaba otra ley (1943) llevando el mismo impuesto a 15.3%.
Esa ley fue traducida al persa y los iraníes la tomaron como ejemplo. Comenzaba a conocerse el liderazgo internacional de Venezuela en cuanto al tema de los hidrocarburos, su huella. Inmediatamente a este cuerpo dirigente comenzaron a temerle en Washington.
Para el segundo gobierno del socialcristiano Rafael Caldera (1994-1999) esas Regalías fueron reducidas a cero y en el mejor de los casos las situaron apenas en uno por ciento.
Lo más resaltante es que las ganancias por concepto petrolero que comenzaba a recibir Venezuela ⎯a partir de 1970 ⎯ la mayoría de ellas fueron enviadas a inversiones en EE.UU. y ayudar en la conformación de Wall Street, también comenzó la colocación de riquezas en bancos norteamericanos convertidas en Reservas Internacionales.
Esto se hizo con políticos que comandaban el país mediante decretos⎯leyes, y así miles de millones de dólares fueron a parar principalmente a las bóvedas de Norteamérica. Igual suerte corrieron toneladas de oro, todas propiedades de Venezuela.
Y cuando Venezuela entrampada en lo económico fue convencida de buscar créditos, dinero fresco, entonces comenzaron los préstamos ante el FMI y BM. Así se instauro la impagable Deuda Externa.
Mientras, todo el respaldo para obtener los préstamos serían los millones de dólares y toneladas de oro depositadas con antelación en las poderosas Mansiones Bancarias de los Estados Unidos.
En Estados Unidos numerosas de esas cuentas quedaban represadas y cuantiosos de esos fondos y oro se perdieron muchas veces tras cambios de gobierno en Venezuela. Aquellos capitales sirvieron para la visión industrial norteamericana.
Por si esto fuera poco en el gobierno de Luis Herrera Campins (1983), tras devaluar la moneda venezolana aduciendo que en las arcas nacionales no había fondos, impusieron otro modelo: la Internacionalización.
Entonces con la Internacionalización petrolera se desprendieron inversiones millonarias para la compra de refinerías, puertos y terminales en varias regiones del mundo, todas propiedades de PDVSA.
De allí viene la conformación del conglomerado CITGO. Holding de empresas levantadas mediante gran una estafa a la nación y la cual recientemente fue expropiada por el gobierno norteamericano.
Estudien la lámina:
Ese conglomerado internacional se constituyó en la gran ORGANIZATIONAL CHART. Compuesta por una cantidad de empresas las cuales aún el país no sabe a ciencia cierta cuántas fueron.
Una Corporación, un Holding al servicio del Estado corporativo norteamericano donde Republicanos y Demócratas recibían por décadas millones de dólares para sus campañas electorales provenientes de una empresa 100% venezolana.
Llegó a ser costumbre que la gran mayoría de los representantes venezolanos que enviaron a dirigir CITGO inmediatamente los norteamericanos les daban ciudadanía americana, incluyendo a todos los miembros de sus familias. Esto es lo que se denomina Compra de conciencias.
La Internacionalización fue montada con marcada rapidez, planificada e invertidos millones de dólares por parte de gobiernos venezolanos los cuales operaron este país con el mayor derroche hacia su industria petrolera.
Y en EE.UU. nadie, ni organismo alguno, dijo nada desde 1983 a 1999 donde se desviaron cientos de millones de dólares los cuales hubiesen servido para cubrir las necesidades de los venezolanos, sin misericordia eran invertidos en Norteamérica.
Aquella inmensa fuga de capitales antinacional venia desde la tradición y actuar de grupos de Masones los cuales operaron desde antes de la nacionalización (1976) y posteriormente con el Opus Dei cuando Calderón Berti desempeñó los cargos de Ministro de Energía y Petróleo y Ministro de Relaciones Exteriores durante los periodos presidenciales de Luis Herrera Campins (1979-1984) y de Carlos Andrés Pérez (1989-1993)
De allí vino posteriormente la "Gente del Petróleo" (2001), quienes originaron el sangriento golpe de Estado el 11 de abril del 2002 y el sabotaje petrolero a finales del mismo año el cual se extendió hasta principios del 2003.
Aquella Internacionalización dio para comprar dos compañías de asfalto. La Refinería Savannah en Georgia la cual tenía capacidad de refinación para 28.000 barriles de petróleo al día. Y la refinería de asfalto Paulsboro en New Jersey.
La suerte de estas compañías de asfalto ubicadas en Norteamérica llegó hasta noviembre del año 2007 cuando fueron vendidas. La estatal (PDVSA) venezolana estaba en manos de Rafael Ramírez y tanto la Paulsboro como la Savannah y un terminal ubicado en Wilmington fueron adquiridas por la empresa NuStar Asphalt Refining LLC.
Aquí viene un buen detalle. Al año siguiente de esta venta (2008) se decide vender igualmente el terminal Bahamas Oil Refining Company a la firma First Reserve Corporation. Fue una transición por 900 millones de dólares.
Pero esto resultó en un muy mal negocio puesto que dos años después, exactamente en el 2010, la firma First Reserve Corp, decide vender solo el 80% de esa participación en Barco a Buckeye Partners, L.P. ⎯Buckeye⎯, pero en US $1.360 millones.
Esa era el verdadero precio solo del 80% de esta empresa, ⎯US $1.360 millones⎯ pero Rafael Ramírez con su "Grupete" la vendieron por debajo de su valor real, perdiendo Venezuela más de 460 millones de dólares.
Así era el pasado de los malos negocios que se cometieron en contra de la estatal petrolera venezolana.
Es tiempo y hora de cambiar…