Muy a pesar del excesivo consumo de petróleo su mercado naturalmente seguirá doblándose hacia las guerras y no podremos llegar a una conclusión un tanto favorable que no sea seguir buscando alternativas para sus futuros compromisos. El capitalismo es el impulsor de conflictos.
Petróleo, guerra y capitalismo son un modelo, y los mismos van a seguir unidos, así como hoy se pelean por su mercado y ganancias, mañana harán lo mismo por litio, energía azul o por cualquier otro tipo de negocio. Nada puede asegurar sobre su palestra una fórmula que indique que los conflictos van a detenerse, pues nada va a cambiar.
Las manos de grandes consorcios privados o firmas de particulares tienen las fórmulas a la hora que el planeta pueda acceder a otro tipo de consumo y así estemos donde estemos el tema del conflicto no va a detenerse. Y no lo hace pues debemos tomar en cuenta primeramente el factor demográfico, ahora somos más que en 1950.
Al mirar los últimos setenta años los cuales precedieron al 2021 hemos crecido como población no menos de un 350% es decir que el principal conflicto es el tema demográfico. Entonces, cómo vamos a limitar los beneficios para todos. Aun cuando tenemos tecnología para que ocho o diez mil millones de habitantes puedan vivir con fórmulas para lograr sus intereses todo será un riesgo mayor si los productores no ordenan la casa.
Podría educarse a un sector de la población —algo que simplemente nadie quiere hacer— ya que el modelo actual no quiere saber de eso, ni quieren sacar un mínimo de respeto entre todos. Por eso seguimos viendo a África con su pobreza, a los países árabes con sus conflictos, ni siquiera desean apartar a Asia de sus amenazas, no quieren dejar en paz a América Latina ni al Caribe, siempre estarán presionando para su control.
El modelo desarrollado durante el último siglo y medio ha sido el conflicto. Es la guerra para mantener sus mercados y amenazas como costumbres imperiales las cuales hoy en nada nos confunden. Simplemente estamos donde todo es un negocio.
Y no es que necesitemos una nueva raza humana como muchos la predican, lo que verdaderamente necesitamos es un tipo de población a la cual hay que formar, educar, capacitar, necesitamos dejar de chambonear al mundo, apartar lo ordinario y el exhausto tema de la violencia. Esa es la parte que no nos deja avanzar.
Requerimos un mundo con educación, capacitado en un nuevo modelo en todos los aspectos. ¿Pero esto cómo se va a llamar? Seguramente será un híbrido entre la izquierda, el socialismo y una derecha moderada los cuales en una primera parte toquen el respeto por el ambiente, recursos, ecología más los derechos humanos. Posteriormente vendría lo económico.
Debe aplicarse un modelo hacia el petróleo como energía de desarrollo acompañada de entendimiento y diálogo. Debemos ir hacia una energía pacífica, no vamos a un modelo netamente ecológico ni cosas que logren hacer un mundo soñado o único en el cual erradamente creemos; vamos hacia una mixtura y eso hay que anunciarlo, divulgarlo, programarlo, presentarlo, analizarlo.
Todo esto debe existir en el discurso de una nación, Estado y gobierno. Ahora se trata de tener conciencia de ser el país del petróleo. Lo ambiental y el tema del exterminio de las principales especies más las delicadas cortinas de distracción no debe separarnos de nuestra idea particular y enfoque.
Tenemos que ir a un sistema híbrido, ir al conjunto de un nuevo organismo que primero cuide a la especie humana, la respete, desmontar la violencia y el acorralamiento. Nos han gobernado por miedo, por temor y cuando esto se entienda vamos a pensar de otra manera, con soluciones y liderazgo, ayudando a ver luz en otras ideas sin vivir en sociedades atrasadas. Una nación del petróleo tiene ideas y pensamientos distintos, profundos, diferentes, con una filosofía con su petróleo, pero debemos apartar sus intereses las cuales llevaron al enriquecimiento de sus corporaciones.
Debemos ir a la construcción de un sistema cruzado. Y no es que vamos a apartar el petróleo y hacernos con otro tipo de energía pues eso sería imposible. Como igual es improbable desde todo punto de vista ir a una nación post petrolera. Si mañana utilizáramos otro tipo de energía sería imposible desmontar un Estado netamente del petróleo y siempre existirán conflictos y pelearían nuevamente tras nosotros por obtener el nuevo poder de la producción pues la unción de sus productos en lo que hagamos con la energía seguirá siendo apetecible.
Con el modelo que nos presentemos siempre iremos a la guerra. Por eso tenemos que educar y formar a la población con nuevos valores, debemos ir un nuevo modelo como país esa es la necesidad como nación petrolera y en el mundo energético que esta por construirse.
Hasta más pronto…