Las proyecciones de crecimiento económico para Venezuela en 2022, varían desde un rango pesimista menor al 2%; como el pronosticado por el FMI, hasta un 20%; como lo ha proyectado "Credit Suisse" [Credit Suisse: PIB de Venezuela crecerá 20% al cierre de 2022 - El Cooperante].
Hace apenas días, el BCV informo al país que durante los 3 primeros meses de 2022, la economía criolla se había expandido en 17.04% [Economía venezolana crece 17% en el primer trimestre de 2022 frente al mismo período de 2021 | Analitica.com], calculando un crecimiento del 18.7% para el segundo cuarto del año. Son noticias que deberían ser alentadoras para los Venezolanos.
Sin embargo, todo apunta a que dicha expansión es meramente coyuntural y no, el resultado de acciones estructurales que conlleven a nuestra nación hacia un crecimiento económico sustentable. Por el contrario, los resultados demuestran que ha sido un crecimiento mayormente dependiente del vaivén del barril y de una producción de crudo de hecho estancada a lo largo de 2022, que podría desembocar durante los dos últimos trimestres del año, en un duro revés para el país.
La economía Venezolana venia cediendo con el desplome de la producción/precios del barril desde antes de las sanciones; sin embargo, la severidad con la que dicho derrumbe ocurre se agravada a partir de 2019, cuando estas aparecen directamente apuntadas hacia el corazón de nuestra industria petrolera, estimuladas por "factores políticos opositores criollos", en un acto desesperado por hacerse del poder, al costo de la destrucción del país y particularmente en contra del Venezolano más humilde.
A partir de finales de 2019 el gobierno nacional decide tomar medidas para frenar el deterioro progresivo del aparato económico y el incremento desmedido de la inflación, imponiendo medidas de impacto, comenzando por el aumento de la gasolina y la apertura hacia la dolarización de la economía, buscando captar y retener un mayor volumen de divisas, que en esencia dejaron de entrar por la vía del petróleo.
Hoy Venezuela atraviesa una súbita devaluación, ya advertida por nosotros desde Junio pasado [Einstein Millan Arcia on Twitter: "El #madurismo y #PDVSA desaprovechan la oportunidad de elevados precios del barril. Se acaban los 5 minutos de fama de la economía #Venezolana a medida que cede el barril. La inflación seguirá subiendo para Junio en #Venezuela, amenazando nuevamente la hiperinflación." / Twitter], habiendo variado en apenas días desde 6 a 9 $/Bolívar; un incremento del 50%.
Quiéranlo o no reconocer, innegablemente nuestro país en el corto y mediano plazo, no tiene la menor esperanza de sobrevivir sin un robusto ingreso petrolero. Ningún país puede sostenerse con pulperías y bodegones, menos en un sistema donde todos quieren robar, no solo los bienes del estado, sino los unos a los otros.
En Venezuela no puede haber libre convertibilidad mientras no exista confianza en el sistema político e institucional, mientras no se produzcan internamente los bienes y servicios que requiere nuestra nación; mientras no se industrialice y se "sanitize" el país y sus instituciones. Los comerciantes, banqueros y todo aquel que pudo haber puesto mano a dineros del estado, han sido y son simples centrifugadoras de nuestras divisas de vuelta al exterior, muchos de ellos amparados desde el mismo poder.
Necesario expulsar la directiva de PDVSA
Nuestra industria está lejos de enderezarse. El barril experimenta dos picos de precio durante 2022; uno en Marzo y otro en Junio, que lo llevaron a superar $120, habiéndose mantenido prácticamente por encima de los $90 durante todo el año. A pesar de los recurrentes y fallidos juramentos de Tareck y Asdrúbal, la directiva de PDVSA y el MENPET no han dado la talla y la producción de crudo no ha avanzado a la par del alza del barril, ni tampoco a la velocidad de crecimiento de la demanda mundial.
A lo largo de 30 meses desde que en Febrero’2020 se instalan A. Chávez y T. Aissami en PDVSA/MENPET y a pesar que recibieron la industria en su peor momento, de manos de una de las más perversas gestiones; la de M. Quevedo, para el momento de su llegada la recibieron produciendo 865,000 BPD, refinando menos del 20% de su capacidad y exportando 814,000 BPD, aun con un barril (WTI) en el entorno de $36. Para Julio’2022, con un barril WTI en $101, la industria produce 629,000 BPD, refina <20% y exporta 460,000 BPD.
Es decir, hoy con un barril cuyo valor es de casi 3 veces el valor de aquel a su llegada, Tareck y Asdrúbal han propiciado el desplome de 236,000 BPD en la producción y 354,000 BPD en exportaciones desaparecidas. Desde la llegada de Asdrúbal y Tareck, las acciones tomadas se pueden resumir en las siguientes;
- Asociaciones de servicios de producción (ASP)
- Importación masiva de mano de obra, bienes, servicios, crudos y refinados iranies
Las Asociaciones de Servicios de Producción con empresas criollas (ASP) están mayormente asentadas en la FPO. Estas se limitaron básicamente a la ejecución de trabajos menores, y hoy por hoy, apenas contribuyen con menos del 3.4% de la producción nación. Las ASP no dieron, ni darán resultados porque no poseen musculo financiero, conocimiento, ni el componente tecnológico necesario para dichas operaciones.
La razón es sencilla, el ciclo operacional en pozos de la FPO demanda un nivel de actividad mucho más severo al de cualquiera de nuestras áreas tradicionales y demanda de tecnología de mejoramiento de producción, ademad de la necesidad de técnicas de recobro y transporte que ellos no poseen (sin incluir mejoramiento).
Por el lado de las importaciones iranies, sus implicaciones tal y como ya los hemos discutido en artículos previos [La verdadera razón por la cual PDVSA suspende los envíos de crudo a Europa - Por: Einstein Millán Arcia @EinsteinMillan (aporrea.org)], han arrinconado a PDVSA hasta el punto tal, que hoy no posee flujo de caja para pagar la quincena a sus propios jubilados a tiempo [¡Impresionante! Los Jubilados de Pdvsa protestan en toda Venezuela por la cancelación de sus pensiones – Somos Noticia Col (somosnoticiascol.com)].
Los costos de importación, el galopante costo operacional, el elevado gasto corporativo y la demanda de divisas desde el estado para mantener el tipo de cambio, se consumieron el poco flujo de caja libre y por ende es una situación prácticamente insostenible que depende de un hilo; el elevado precio del barril.
Recientemente PDVSA reportó a la OPEP unos 3 taladros en operación, lo cual ni siquiera sirve para compensar la declinación. Lo cierto es que promedia para los primeros siete meses de 2022, cerca de 734/691 MBD (Opep directo/secundario). Un volumen muy lejos de los 2,000,000 BPD ofrecidos por T. Aissami.
Pero esa no es la primera oferta en falso, ni el primer juramento en vano del ministro de petróleo [Einstein Millan Arcia on Twitter: "#PDVSA y las promesas de tareck #aissami;, - 2,000,000 BPD al cierre de 2022. - 1,508,000 BPD al cierre de 2021. Realidad; 775,000 BPD Mayo’2022" / Twitter], quien juró cerrar 2021 con 1.508,000 BPD y luego no contento con ello a principios de 2022, ofrece producir 2,000,000 BPD para fin del mismo año. Juramento que tampoco será honrado.
La proyección del crecimiento global para 2022 varió entre Enero-Agosto de +4.2% a +3.1%, amenazando con seguir a la baja. Para 2023 la situación es poco alentadora y no se visualizan cambios. Todo dependerá del balance oferta-demanda, las relaciones norte-sur y el entorno geopolítico Rusia-Occidente y de las circunstancias que tendrá que enfrentar particularmente la zona euro, durante el invierno y gran parte de H1’2023.
Ya para la semana pasada mientras Alemania anunciaba la sustitución de gas por carbón, el MWh de energía en Alemania y Reino Unido, por ejemplo, superaba los Eur600, lo cual junto al aumento de la inflación hacia cifras del 11% en Alemania y 18% en el Reino Unido, sin lugar a dudas pondrá un alto a la productividad y el crecimiento económico en dichas naciones. Ya todos se olvidaron del efecto invernadero, del net-zero y el COP-26.
A lo interno en nuestro país, la realidad detrás de los sucesivos juramentos de producción, era otra. Los juramentos del ministro han estado basados en expectativas sobre conversaciones entre el gobierno nacional y representantes norteamericanos y europeos. Sin embargo, hasta ahora ha habido severos cuellos de botella.
El caso de Eni/Repsol crea un serio precedente, con la negación de Maduro de cumplir con el canje de crudo por deuda y exigir a cambio refinados por crudo, ante la imposibilidad de PDVSA de poder honrar las cuotas de producción [La verdadera razón por la cual PDVSA suspende los envíos de crudo a Europa - Por: Einstein Millán Arcia @EinsteinMillan (aporrea.org)].
Todo ello ha conllevado a qué la posibilidad que Chevron se incorpore a sus operaciones con celeridad no se visualiza claramente para 2022. En el mejor escenario, de llegar a incorporarse seria para el último trimestre, en cuyo caso, el efecto que ello originaria en la producción no excedería los 800,000 BPD puntuales a nivel país en lo que queda de año. Las cosas se podrían complicar más durante 2023, algo particularmente grave en medio de un clima pre electoral.
Dudamos que cambie la posición de EEUU hacia Venezuela, toda vez que queda poco para 2024 y por ende vemos remoto cualquier acuerdo a largo plazo. EL problema real en Venezuela es que nadie cree en ningún político hasta tal punto, que prefieren quedarse como están. La política en Venezuela está tomada por un grupo que todos rechazan por incapaces, corruptos y traidores.