La semana pasada en reunión ministerial, la OPEP acordó un recorte de hasta 2,000,000 BPD a la producción del cartel. Dicha medida se comenzará a aplicar a partir del mes de Noviembre. La administración Biden calificó la medida como una decisión miope.
La decisión de la OPEP se toma en momentos geopolíticamente inconvenientes a los intereses de occidente, en el que sus efectos podrían atentar directamente en contra de las principales economías consumidoras, hoy duramente golpeadas por los efectos de decisiones tomadas en el marco del conflicto Rusia-Ucrania.
Los mercados anticipan un impacto sobre el barril que podría llevarlo de vuelta hacia el entorno de los $100. Al término de la semana pasada, ya el barril se movía sobre los $93 desde el entorno de los $84. La elevación del barril hacia los $100 apunta a estrangular todas las acciones de estímulo económico que ha lanzado la casa blanca desde el cierre de Q2’2022 y arrastra las ya debilitadas economías de la zona euro, incluido el reino unido.
Biden estaría considerando seriamente relajar sanciones a Venezuela [Einstein Millan Arcia on Twitter: "#Biden Looking at Relaxing #Venezuela Sanctions. Oil price holding so far, although pressure is mounting as #SPR’s are dropping rapidly, while #US output shrinks. #OOTT #OPEC https://t.co/dwSsfZBMVS" / Twitter], en medio de un desplome acelerado de los inventarios estratégicos y el estancamiento de la producción petrolera local. Los inventarios estratégicos de crudo de este país se encuentran actualmente en 429,000,000 barriles, habiendo cedido unos 110,000,000 barriles desde Junio’2020.
La producción nacional no logra superar los 12,000,000 BPD, mostrando ya signos de decadencia, agotamiento y pérdida de productividad. Uno de cada tres pozos perforados, pero no completados [DUC’s], no cumple con su objetivo volumétrico. Aunque los costos de balance (breakeven) para pozos nuevos promediaba $54 pb para 2018, hoy podrían superar los $60 a $65 pb, impulsados por el alza del costo de financiamiento, el cual se ha catapultado vertiginosamente durante 2022.
Venezuela, su industria petrolera; o lo que queda de ella
La deuda financiera de PDVSA al cierre de 2021 se ubicaba a un nivel cercano a los $34,894 millones; un incremento de unos $400 millones respecto a 2020, debido principalmente a acumulación de intereses de deuda. Para el cierre de 2022 se espera que dicha deuda sufra un leve descenso de unos $500 millones.
A lo interno en Venezuela la producción sigue en modo descendente, esperando que para el mes de Septiembre se mantengan en el entorno de 715,000/658,000 BPD, según fuentes OPEP directo/secundario. De hecho las exportaciones descendieron durante el mes hacia 710,000 BPD desde 761,000 BPD en Agosto.
Aun a pesar de los 3,220,000 BPD importados desde Irán en el mes de Septiembre, ni la producción de crudo, ni la producción de gasolinas y otros refinados, ha repuntado. Mas allá de la propaganda, el nivel de utilización de nuestras refinerías sigue desplomándose, rondando el 15% @ 17%. Según reportan las redes sociales, las colas han reaparecido en Venezuela [El Pitazo on Twitter: "#Carabobo | Regresan las colas para sutir gasolina en las estaciones de servicio a precio internacional en Valencia https://t.co/Q3nG8BzAvL" / Twitter].
Las llamadas asociaciones de servicios de producción (ASP) apenas contribuyen con menos del 4% de la producción nación, mientras que ninguna empresa internacional de calibre se ha atrevido a invertir un centavo en Venezuela, aún a pesar de la inconsulta ley antibloqueo y los continuos llamados a invertir que hacen desde el gobierno.
El objetivo ofrecido por el ministro de petróleo T. Aissami de producir 2,000,000 BPD al cierre de 2022, resultó ser otro espejismo más [PDVSA producirá 2 millones de barriles de petróleo en 2022 - Yvke Mundial | De La Mano Con El Pueblo (radiomundial.com.ve)], taly como todas sus ofertas anteriores.
El objetivo primario que busca la transnacional Chevron es la recuperación de deuda que mantiene nuestra industria por el orden de $1,970 millones. Las esperanzas de repunte de producción para lo que queda de 2022 de ninguna manera pueden ponerse en dicho acuerdo, porque sencillamente no existe posibilidad alguna que pudiera traducirse en un impacto significativo del perfil de producción e ingresos de la nación.
Recuperar PDVSA
En el pasado hemos considerado como viable un plan de acción para recuperar la industria que en su momento hicimos público [Einstein Millán Arcia: ¿Cuánto necesita Pdvsa para alcanzar 3 MMBPD? - Emisora Costa del Sol 93.1 FM (costadelsolfm.org)], [PDVSA; Cuanto Esfuerzo Significaría Recuperarla - Por: Einstein Millán Arcia @EinsteinMillan (aporrea.org)], a través de varios artículos.
Hoy la realidad es otra. La infraestructura de PDVSA ha sido diezmada; vandalizada. Venezuela es víctima de derrames diariamente y por los cuatro costados. Con la entrada de iranies, la mezcla de tecnologías en el área de refinación; aparte de no haber dado resultados tangibles, constituye una seria amenaza a la seguridad del entorno a dichas instalaciones que nadie ha hasta ahora advertido.
Existen más de 14,500 pozos inactivos/cerrados que pudiesen caracterizarse como una oportunidad; sin embargo, el estado real de integridad mecánica se desconoce, dado que el trabajo rutinario-necesario de evaluación y recolección de información no ha sido ejecutado desde 2017, constituyendo un grave riesgo y un escollo más para la eventual revitalización de la producción.
Esos 14,500 pozos inactivos/cerrados además de otros 35,000 abandonados constituyen un riesgo activo para la salud y el medio ambiente, dado que poseen el potencial de contaminar mantos acuíferos profundos y superficiales. Poseen el potencial de generar emisiones al medio ambiente de metano; principalmente y entre otros gases, por el orden de unos 5 megatones de metano anualmente.
Nadie conoce a ciencia cierta la profundidad del daño causado a PDVSA desde 2017. Desde entonces la industria ha atomizado y destruido en 5 años lo que costó construir más de un siglo. Decimos desde 2017 porque es desde entonces cuando PDVSA pierde consistentemente capacidad instalada de manejo y procesamiento de producción, ya que antes de entonces aún estaba preparada para manejar grandes volúmenes de producción (>3 MMBD). Hoy esa infraestructura ha sido literalmente saqueada, destruida, abandonada y vandalizada para su venta como chatarra.
La decadencia luego de superado el sabotaje terrorista de PDVSA en 2002 es otra cosa, e inicia con Rafael Ramírez y su plan siembra petrolera en el entorno de 2008, como ya lo hemos extensamente documentado previamente [PDVSA, Mitocracia, Revolución y Decadencia - Por: Einstein Millán Arcia @EinsteinMillan (aporrea.org)].
Sin la remoción total de la directiva de PDVSA, sin su reemplazo por gente verdaderamente experimentada y sin el rescate de la confianza en las instituciones del estado, la industria petrolera no solo seguirá estancada, sino en vías de un mayor deterioro. No es cuestión de medias tintas.
Bajo el supuesto que la relación Norte-Sur se restablezca exitosamente en el corto plazo, el escalamiento de actividad y producción no será de la noche a la mañana, ni durante lo que queda de 2022. Con ciertas excepciones, estas corporaciones internacionales toman "generalmente" en serio los riesgos operacionales, la eficiencia y el costo de producir ese barril, aunque la cuestión del medio ambiente es rebatible y dependerá de las propias negociaciones y términos entre Gobierno-IOC. Ello tomará al menos una buena parte de 2023.
Muy aparte de la materia de capital de inversión y de gasto, al cual PDVSA podría tener acceso; repetimos, fácilmente por distintas vías una vez restablecido el orden interno y de nuestras instituciones, la industria hoy adolece del armazón necesario para salir adelante en lo inmediato dado que:
-
No tiene proyección como empresa segura y confiable
-
No posee control alguno sobre sus propios y disminuidos mercados
-
No existe una estructura organizacional integrada, con el conocimiento y la tecnológica necesaria
-
Desconoce el estado real de sus propios activos
-
Esta profundamente politizada, militarizada e invadida por el germen de la corrupción, la indolencia y los antivalores
Lo de la intervención y participación de los grandes capitales internacionales, es algo deseable para atender aquellas áreas que no debería atender PDVSA directamente. Serían necesarios para acelerar el despegue, más no necesariamente imprescindible para iniciar su recuperación, ya que existen múltiples otras alternativas.
En Abril’2018 fuimos los primeros en proponer un esquema de negocios tipo IPO (oferta pública inicial) para las empresas mixtas; particularmente las de la FPO, apuntando a aumentar la participación accionaria de los socios, como medida para levantar capital de inversión para actividad propia y a ser redirigido hacia áreas de mayor retorno, lo cual hoy estaría parcialmente poniendo en práctica el gobierno y PDVSA [Einstein Millan Arcia on Twitter: "Esto dijimos en Abril’2018: Hay que reeditar los modelos de negocio en segmentos que son arcaicos. Es allí donde podría caber un esquema de IPO; pero de allí a privatizar PDVSA hay un largo trecho #PDVSA ha iniciado ese esquema cediendo participación accionaria a empresas mixtas" / Twitter]. Pero no servirá por si sola.
Esa propuesta junto a un grupo de otras propuestas y acciones concurrentes, se la hicimos a N. Martínez en Noviembre’2017, a escasos días de su defenestración. Estaba ganado a elevarla al presidente Maduro. Desafortunadamente no tuvo ni la oportunidad, ni le fue facilitado el acceso.
La propuesta no es solo el simple IPO (oferta pública inicial). Estaba acompañada de una serie de medidas conexas tanto internas-PDVSA, como externas-instituciones. La duda sobre el éxito que podría hoy tener tal medida yace en que amerita tener la preparación necesaria tanto internamente en la industria, como externamente en las instituciones. Esta medida no puede tomarse de forma aislada, sino integrada a una seria de acciones dirigidas a maximizar la presencia y el retorno de y desde los eventuales socios mayoritarios.
Resulta prácticamente imposible visualizar nuestra industria en lo inmediato, como un negocio integrado. El futuro de PDVSA tal y como la conocíamos hasta 2017 es hoy muy cuestionable y amerita; a nuestro juicio, un reinicio completo.
Bonus: Citgo
El vende patria Juan Guado tiene los días contados, ya que aparentemente su show termina en Enero’2023 y con ello se podrian abrir espacios para el remate por deuda de Citgo. Dudosamente el estado Venezolano posea medios para honrar o hacer frente a los múltiples compromisos/juicios pendientes.
Pero para el madurismo podría resultar en una bendición. Se descargaría de los compromisos de deuda y hasta podría negociar crudo nuevamente sin tener la espada de Damocles en la nuca, mientras alivia peso político y financiero sobre la administración Biden. Algo conveniente para ambas partes.