En días reciente el “comisario” de Energía de la Unión Europea, Andris Piebalgs, ha mostrado a los pueblos del mundo la prepotencia que aun conservan los imperialismos desplazados de la “Vieja Europa” -como los calificara de forma despectiva el ex-secretario de defensa estadounidense Donald Rumsfeld-.
En entrevistas realizadas por varias agencias de noticias europeas al “comisario” Piebalgs, el día martes 20 de Marzo de 2007, asoma la pena colectiva de los capitales Europeos al mencionar lo siguiente: "Nos preocupan los acontecimientos… El cártel (OPEGASUR: la OPEP del gas) degradaría el mercado de gas y por eso hacemos un llamado a los países interesados en el sentido de que no se realice este acuerdo… Este cártel podría poner en peligro los planes de aumentar en la Unión Europea el uso del gas natural”.
Pero a qué verdaderamente temen. Vale aquí, retomar la historia de la OPEP. Ella y su similitud a la situación actual de la industria de los hidrocarburos gaseosos, sin duda, aclararía muchas de las interrogantes y revelaría la verdadera razón que explica la actitud amenazante y chantajista de la “vieja” y desplazada Europa.
Antes del nacimiento de la OPEP, eran las compañías petroleras transnacionales, las llamadas 7 hermanas (Chevron, EXXON, Texaco, MOVIL, y otras) quienes poseían el control efectivo sobre el recurso, los mercado y los precios del crudo. Además de atribuirse en propiedad los grandes yacimientos de crudo, estas mismas compañías petroleras resolvían unilateralmente los precios del petróleo que más convenían a las economías de sus potencias madres. Es por respuesta a esta situación opresora que en 1960 nace la OPEP y pasa así a desempeñar un rol político protagónico que permitió valorizar este importante recurso natural y sirvió como instrumento para la lucha por la nacionalización de la industria petrolera por todos sus países miembros.
De allí la esencia antiimperialista de esta organización, que bien rescata el Comandante Chávez en su discurso de inauguración del evento de la OPEP celebrado el año 2006 en la ciudad de Caracas, al que temen Norteamérica y la Europa. La misma esencia que hoy Venezuela junto con la Argentina intenta apalancar ahora para el sector del Gas.
Es importante mencionar que la mayor parte del gas que consume Europa proviene de Rusia, Argelia y Libia. Pero, las grandes transnacionales petroleras y del gas, las europeas (Total, Repsol y otras) junto a las estadounidenses (Exxon, Chevron, entre otras) controlan bajo régimen de propiedad casi la totalidad de las industrias y yacimientos de gas en el mundo. Y son ellas junto a los interese de los mercados bursátiles (especulativos) quienes definen y controlan en la actualidad los precios de este importante recurso, hoy todavía subvalorado. OPEGASUR, es sin duda, un golpe a los intereses de los eternos ladrones.
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