No voy a hablar del alma de una corporación petrolera respetuosa, buena, tranquila o caritativa con los recursos energéticos de los demás, de paso ninguna lo es, es decir no las hay. Al contrario, voy a describir a una organización delictiva metida hasta los tuétanos en una cadena tenebrosa de acusaciones, persecuciones e intromisiones concebidas y planificadas en contra de Venezuela.
La transnacional petrolera ExxonMobil revela su alma de operadora política y lo hace de una forma lo bastante sorprendente al buscarse como aliado al secretario general de la Organización de Estados Americanos Luis Almagro, quien después de vivir empeñado en hacerle daño a Venezuela el mismo revela sus andadas para aprovecharse de sus recursos energéticos.
Resulta que la OEA convertida en operadora política está haciendo negocios con ExxonMobil lo cual sin equilibrio lleva junto al gobierno de Guyana la contratación de áreas ricas en recursos petrolíferos provenientes de Venezuela.
Guyana es un gobierno atado al pillaje que se ha institucionalizado con recursos extraídos a Venezuela. Han extendido sus fronteras marítimas con el fin de acercarse territorialmente a reservas de crudos y gas que no les pertenecen. Llevando adelante la captura de valiosos campos ofertados en licitaciones a favor de ExxonMobil donde sorprendentemente está detrás de todo esto Luis Almagro.
A pesar del pisoteado Acuerdo de Ginebra ExxonMobil ha obtenido contratos a favor de está como operadora financiera. Hacen negocios sobre una franja marítima la cual ni siquiera se ha delimitado en este litigio internacional.
En medio de esta disputa el mismo Almagro hace lobby dándole la bienvenida a ExxonMobil ofertando ocho de catorce bloques bajo licitación, esto ha sucedido en diciembre 2022 cuando se conformó una oferta de negocios, pero de despojos en un área pendiente por delimitación la cual se reclama desde Venezuela.
La única respuesta del gobierno invasor de Georgetown, es decir, que ellos se reservan el derecho de hacer negocio con quienes quieran y ponen por empeño que él mismo lo es por un gobierno soberano.
Resulta que luego de cien años peleando un territorio de ciento sesenta mil kilómetros cuadrados el cual nace en la zona Oeste del río Esequibo el cual posee valiosas reservas de petróleo de excelente calidad ya que es alimentado desde cavernas subterráneas las cuales viajan desde territorio venezolano ahora esto lo aproveche un Estado invasor.
Con la famosa licitación "Blocks for tender for 2022-Guyana licensing Round" Guyana se roba el petróleo de Venezuela, esto se hace desde áreas marítimas en reclamación. El presidente de ese país Mohamed Irfaan ha impulsado contratos de licitación por unos bloques de hidrocarburos —petróleo y gas— cosa inaceptable en el derecho internacional.
Voracidad ilimitada que desconoce y pisotea derechos venezolanos para satisfacer operaciones políticas de ExxonMobil y que atiza un conflicto mucho más agudo. Todo resulta ser parte de un plan de grandes ganancias económicas manejadas por el Secretario General de la OEA.
Queda claro que el escándalo de Almagro era por un negocio en un territorio del cual Venezuela es su legítimo dueño. También queda claro que el inefable Secretario General de la OEA es promotor de un bloqueo que ha que invoca al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) bajo la figura de la responsabilidad de Proteger (R2P) solo como un plan para lucrarse de millonarios recursos energéticos legítimamente venezolanos.
A pesar de haber firmado en 1966 el acuerdo para la búsqueda de una solución pacífica por esta disputa, en el 2018 Guyana demandó a Venezuela ante la Corte Internacional de Justicia solicitando ante esta instancia validar nuevamente el laudo de 1899 que da validez al control absoluto sobre el área que pertenece a Venezuela.
Pero las cosas no quedan allí. En la defensa de estos intereses y ganancias económicas inmediatamente se ve la intervención de EE.UU. quienes han manifestado a través de su vocero, el Subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental Brian A. Nichols, que Guyana tiene el derecho legítimo de administrar sus recursos, que Venezuela infringe su soberanía y que esto es inaceptable. Para rematar han afirmado que nuestro país está obligado a respetar el Laudo Arbitral de 1899.
Toda esta área es rica en hidrocarburos —petróleo y gas—. Hay dos superficies cercanas que así lo confirman. La primera de ellas corresponde a los crudos de la Faja Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez Frías los cuales circulan por cavernas subterráneas, y los segundos son las enormes reservas de gas ubicadas en el Campo Dragón el cual se extiende alrededor de la plataforma marina del estado Sucre, noreste de Venezuela.
Hacia la salida de Pedernales, estado Delta Amacuro, buscando los límites marítimos hacia Trinidad y Tobago, afloran naturalmente los denominados crudos condensados o súper ligeros —40° API— de altísima calidad. Al verlos es lo más parecido a tener gasolina pura. Sus habitantes, la mayoría indígenas, lo colocan para hacer funcionar sus motocicletas. En esta área no llegan vehículos.
Estos pequeños detalles nos confirman geológicamente que el Este del país es una zona de crudos muy finos de una altísima calidad. Es otra de las pocas áreas donde se encuentran estacionados el lomito de los crudos en Venezuela.
Siendo la Faja, sitio de los crudos extrapesados, también se encuentran hacia los límites con Delta Amacuro —solo en algunas zonas— crudos que rozan la barrera de los 18° API: un fenómeno geológico que confirma la existencia de enormes cantidades del mejor petróleo del país. Esto muy bien lo sabe la banda de la ExxonMobil aliada con el gobierno de Guyana, por eso asientan una plataforma en áreas marítimas que están en litigio con el fin de extraer un crudo que proviene de la conformación geológica perteneciente a Venezuela.
Además de petróleo existe gas en la zona que, ante la reiterada insistencia del gobierno de Trinidad y Tobago, acaba de firmar un acuerdo interinstitucional con Venezuela para impulsar proyectos conjuntos en el sector de hidrocarburos gaseosos. Esto se da justo cuando Venezuela está certificando sus reservas las cuales, con estudios e investigaciones, le dan el cuarto lugar en el mundo.
Por eso, y ante las reiteradas agresiones que no cesan, Venezuela tiene dos tareas muy urgentes. La primera es montar en esas mismas aguas oceánicas plataformas petroleras para extraer nuestro crudo; la segunda, el referéndum en puertas relacionado a nuestra soberanía sobre la Guayana Esequiba, podría contener en la pregunta si los venezolanos quisiéramos elegir parlamentarios ante nuestra Asamblea Nacional que vivan en territorio guyanés.
Si Venezuela reclama este territorio pues sus casi ochocientos mil habitantes los consideramos nacionales venezolanos. Por eso tenemos que ir prudentemente a la mejor ofensiva sobre nuestro territorio el cual pretenden seguir arrebatándonos.