Hasta ahora en el área de disputa con Guyana no han perforado verdaderamente ―como debe hacerse― y llegar a identificar ingenierilmente bajo la denominación de pozos profundos la verdadera cantidad de petróleo que descansa en este triangulo. Si esto se hace permitiría identificar aproximadamente el conjunto de reservas existentes. Pero lo que sí se sabe es que en la mayoría de estas áreas su grado API es superior a 35°.
En perforaciones apenas se ha llegado a 14.000 pies. Pero en recomendaciones de especialistas pueden hacerse pozos exploratorios profundos. Ya Brasil hizo un descubrimiento el cual resultó bastante grande a 18.000 pies. A Venezuela hacer lo mismo no le cuesta nada.
Cercano a estas áreas esta el proyecto Mariscal Sucre donde laboran las empresas mixtas PetroSucre y PetroWuarao. Juntas han tenido nociones y conocimientos muy claros de cuanto hay allí depositado: reservas de gas seco, reservas de gas asociado, crudo mediano, crudo liviano, crudo pesado, condensados. Matriz en escalas de productos existentes.
En el mencionado Golfo de Paria esta adscrita PetroSucre quien ha descubierto inventarios que se extienden incluso hacia otras zonas designadas a PetroWuarao tanto en Pedernales como en Capures. Estas empresas tienen información de lo registrado.
Por otra parte, y esto corresponde a convenios de Estado firmados recientemente con Trinidad y Tobago se observan debilidades geopolíticas pues esta nación que bebe de nuestros recursos guarda una reacción nula en lo que Venezuela reclama frente a Guyana.
Pero si Guyana llegara a triunfar en todo lo que está pretendiendo otro perdedor sería la misma Trinidad Y Tobago pues las pocas reservas con las que cuenta en sus áreas marítimas igual les serían despojadas.
Queda claro que Trinidad y Tobago busca solaparse hacia Venezuela como lo hace en Campo Dragón, buscan su conveniencia antes que enfrentarse a Guyana. Prefieren ser sumisos a Estados Unidos como actor principal que en paralelo da órdenes al gobierno de Georgetown el cual va convirtiéndose en su mandadero oficial en toda la zona.
Mientras, Venezuela da batalla, Trinidad y Tobago no participa ni se involucra y eso que está aprovechando el gas de Venezuela, pero gana con su política agazapada. En el negocio del petróleo los mayores beneficiarios actúan escondidos. Ya lo hizo durante más de treinta años adsorbiendo por debajo de nuestras reservas.
Pero, ante esto que debemos hacer. Muy sencillo, tenemos que aliarnos con transnacionales petroleras las cuales después de tener sus contratos los van a defender sin permitir las apetencias de Guyana. Hay que dar licencias para que exploren al lado de las plataformas de la Exxonmobil.
La pieza clave en este triángulo de mayores riquezas es la zona Este de Venezuela. Es allí donde debe tenerse más precisión y protección al resguardo de intereses por parte de las transnacionales representadas por Venezuela.
Quien quiera beneficiarse de estos recursos entonces debe trabajar con Venezuela y apoyarla en la consolidación de este Delta con enormes riquezas. Los responsables de administrar estos recursos deben ir a su defensa, pero en conjunto. Para explorar y desarrollar estas zonas de enormes riquezas ubicadas en Patao, Mejillones, Rio Caribe y Manatí, debemos ser como Estado más agresivos.
A la empresa norteamericana Chevron de Estados Unidos a quien le han otorgado campos petroleros en las convergencias de PetroPiar más otro en el estado Zulia, bien tenemos todo el derecho de pedirles que se manifiesten públicamente ante lo que pretende hacer Guyana con Exxonmobil.
Lo mismo sucede con la empresa petrolera inglesa Shell a quien le están otorgando contratos para que por medio de un barco levanten en su conjunto la sísmica de todas las costas venezolanas.
Estas transnacionales deben manifestarse abiertamente como lo han hecho en otros contratos pues con países esto se los han exigido, pero en este caso que su contratante es Venezuela es imposible pensar que estén en contra de nosotros. Este es el momento de decir quién está o no con Venezuela y eso tendrá sus beneficios.