_Venezuela._
Lo primero para la industria de los hidrocarburos deberia ser como lo mas valioso de cada profesional, como su recorrido, conocimiento, experticia, cursos, capacitación, formación y experiencia a las cuales toda empresa aspira que se herede de generación en generación. La tradición de cien años de historia y experiencia petrolera, deben ser igual a cien años de conocimientos en lo petrolero.
Esto hay que revisarlo y buscar profesionales especializados, buenos, con gran experiencia en áreas urgentes y pagarles lo que se merecen pues someterlos a otros estándares simplemente es perderlos.
Los salarios y la formación para su compromiso tienen que ser competitivos porque cuando llega cualquier trasnacional y ofrece pagos sorprendentes, simplemente ese profesional que anda tras de la industria con ganas de apoyar y no lo dejan, pues se va a ir. Nadie va a agotar su vida ni existencia detrás de quienes no quieren oir.
Se ha demostrado en un sinnúmero de casos que desde décadas pasadas varios profesionales sabían sobre muchos temas, pero los apartaron. Los debilitaron, esa conducta hay que cambiarla. Esa vieja práctica transnacional instaurada dentro de una nación petrolera debe superarse pues son las empresas de servicios las que terminan de cuestionar la conciencia de un trabajador a quien le proponen obtener sus servicios y lo sacan y así se pierde el secreto petrolero de un país.
Muchos identificaron los grandes desfalcos y las bajas repentinas de producción, y si medio decían algo inmediatamente eran sacados. Se abusó del respeto corporativo.
También han existido planes para no incorporar a profesionales de alta calidad , que transmitan, enseñen una clara conciencia dentro de la industria y han sido rechazados. Es mentira que en la industria de los hidrocarburos no puedan entrar estos profesionales y diseminar un pensamiento crítico entre los trabajadores. No decir nada, ser silencioso y permisivo, a esto sólo le conviene a quienes escalan puestos y cargos ante la mirada impávida de los demás.
Así, muchos han sido neutralizados colocándoles etiquetas de olvido y rechazo. Si los negados hubiesen ingresado y a otros los hubiesen dejado desarrollarse, a estas alturas la suerte y el destino de la industria habría sido otro.
Los negocios turbios se minimizan, y se estuvieran acabando o sencillamente no se dan.
Mientras esto no se de, ignoramos lo que debe pasar dentro de la industria de los hidrocarburos y en una lejanía inesperada seguiremos sin impactar en cambios tan necesarios para Venezuela la casa del petróleo.
Hasta más pronto…