Rescate espiritual en los hidrocarburos

Es ardua la tarea de Venezuela al rescatar su producción petrolera y gasífera la cual debe resultar extraordinario poder encaminar su industria energética a la inédita fórmula donde sus profesionales activen su conciencia social. Ambas ineludibles la una con la otra, esta ha sido la fórmula que ha marcado la diferencia en algunos países productores.

La extracción de hidrocarburos en Venezuela luego de observar como por décadas despilfarraba su bonanza perdida por la falta de conciencia con un inaudito derroche que solapó intereses por cometer decididamente muchos errores. Por ejemplo, la ausencia de una decidida fuerza sindical fue muy débil pues con cada episodio no hubo la suficiente conciencia para decir claramente las cosas que estaban e iban muy mal.

Seguir formando profesionales sin interés ni objetivos patrios aumentan los liderazgos que vienen a seguir representando los instaurados poderes transnacionales. Mientras no destaquemos un liderazgo fluido no cambiarán las metas de producción y los golpes persistirán.

En una verdadera nación de los hidrocarburos deben llegar a destacarse como prioritario su conciencia como un arte nacional con la combinación de sus ingenieros, técnicos y trabajadores petroleros y gasíferos. Son fórmula que debieran tener claros principios en lo que debe ser una nación extractora de hidrocarburos, donde lo profesional vaya junto a la mano junto a la conciencia del interés nacional.

Un país productor debe tener claridad de sus objetivos como nación. Debimos haber mantenido esta visión para desarrollar la mirada por ejemplo hacia la Plataforma Deltana ahora que mantenemos una clara disputa por recuperar el territorio de Guyana.

Muchos profesionales traídos desde costa afuera sencillamente se perdieron, migraron a compañías de otros países. Cuando trabajaron para empresas al servicio nacional estas aparte de quedarse con valiosa información también los contrataron colocándolos al servicio de sus países y con excelentes remuneraciones.

La política de salarios desmejoró desde décadas atrás y todo comenzó a marcarse desde la década de 1990 en adelante. La búsqueda por el talento profesional debió apuntar a tablas salariales donde crezcan combinaciones de objetivos que resalten el interés nacional lo cual aún no es una meta dentro de la industria de los hidrocarburos.

La dirigencia dentro de la industria ha sido el resultado de haber fundado una institución con los mismos que la manejaron desde su creación es decir por las transnacionales. Debemos cambiar los errores de una industria creada desde miradas extranjeras.

Esos deslices han hecho que muchos hasta con treinta años de experiencias queden sembrados, atados, impedidos de crecer adentro. Son los no escuchados. Los que les dieron alas en su formación a nivel nacional e internacional y luego los colocaron en una jaula y la llave del candado nunca existió.

Profesionales sentados, otros jubilados antes de tiempo, muchos sin apoyo ni ayuda. Como ajenos sin ser incorporados o tomados en cuenta. Muchos con experiencia y ganas de aportar sin ser tomados en cuenta.

Por eso las empresas internacionales son quienes conocen las necesidades internas de un país productor y saben del interés de los contratos. Esto abre impresionantes caminos al de afuera mientras el de adentro permanece atado.

Transnacionales con nómina de contratados inventariadas por cientos de profesionales esparcidos en el mundo. Cuando necesitan de alguien especializado que sirva a alguna de sus áreas simplemente abren sus bases de datos, ubican, contratan y traen a discutir sus contratos.

Simplemente acuerdan con sus especialistas bajo su espíritu y son traídos a negociar los contratos con Venezuela y en sus términos. Venezuela en algunos casos tiene que salir a negociar con profesionales que no tienen la suficiente experiencia, formación ni el recorrido. Hemos perdido la trayectoria formativa y muchos institutos, oficinas, organismos de la industria fueron cerrados, hasta Centro―OPEP que formó Francisco Mieres el cual funcionó en La Campiña totalmente desmantelado. La biblioteca ubicada en el complejo Parque Central en Caracas inundada años atrás, el Centro Internacional de Educación y Desarrollo —CIED— eliminados.

Nuestro país reclama los centros de investigación que pudieron reorientarse para discutir el desarrollo de proyectos con profesionales capacitados, investigaciones, publicaciones, manejo de proyectos, actividades y eventos. Centros para inspirar un compromiso espiritual hacia la conciencia de los hidrocarburos.

Hasta más pronto…



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Miguel Jaimes Niño

Politólogo. Magister scientiae en ciencias políticas. Doctor en ciencias gerenciales. Posdoctor ontoepistemología en geopolítica de las energías. Cursando doctorado en letras. Cursando Posdoctorado en literatura del petróleo en Venezuela. Libros: El oculto poder petrolero, apertura petrolera, poder de PDVSA vs. poder del estado. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Primera edición. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Segunda edición. Director del diplomado internacional en geopolítica del petróleo, gas, petroquímica y energías – Venezuela. Director de la web https://www.geopoliticapetrolera.com

 venezuela01@gmail.com      @migueljaimes2

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