Tuve la oportunidad de escuchar por RNV la rueda de prensa dada por Usted en la sede del PSUV, conjuntamente con el ex ministro de finanzas Rodrigo Cabezas. Específicamente le correspondió a Usted abordar el grave problema que afecta actualmente la generación de hidroelectricidad, por causa de la sequía derivada del fenómeno “El Niño”. Ejemplificó Usted, para darle mayor dramatismo a su exposición, el caso de la presa La Honda, ubicada en el municipio Uribante del estado Táchira, mostrando una especie de marcador de sequía del embalse, configurado en el cascarón y ruinas de la iglesia de Potosí, pueblo tachirense que en el año 1977 fue borrado del mapa por el entonces proyecto hidroeléctrico Uribante-Caparo.
Uribante-Caparo forma parte de los anales de las grandes estafas y engaños cometidos en la IV República contra Venezuela. Fue presentado en el mejor momento del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, como uno de los más importantes proyectos después del desarrollo del complejo de represas sobre el río Caroní. Desde que se inició su construcción, hace 32 años y aún no culmina, hicimos numerosas denuncias de ese gigantesco fraude, del cual se lucraron mafias políticas y sindicales de Acción Democrática y Copei. Y ahora ¿También de la V República?
En el año 1987 se descubrió la primera gran anomalía de la obra. Luego de doce años de iniciados los trabajos de construcción de la presa La Honda incluida una alarmante espera de 28 meses, se llenó el vaso de la presa, alcanzando la cota de 1.110 msnm, para una superficie de dos mil hectáreas de lago, con una profundidad de 95 metros. Para información de todos, la cruz que se encuentra en lo alto de la iglesia de Potosí se encontraba a cinco metros bajo la superficie. La Central San Agatón con sus dos turbinas comenzó a operar en esa fecha, pero a media máquina, pues los ensayos iniciales demostraron que cuando operaban al 100% los dos generadores, bajaba peligrosamente el nivel del lago y pronto se hizo visible la cruz de la cúpula de la iglesia. Consiguientemente, se evidenció que esa Central apenas podía operar al 50% de su capacidad instalada y menos para poder establecer un equilibrio entre el aporte hídrico de la cuenca y la generación eléctrica, sin ocasionar daños mecánicos mayores por causa de la alta sedimentación del embalse.
Dijimos en ese entonces (1987) ante la Asamblea Legislativa del Estado Táchira que Uribante-Caparo estaba generando para ese momento el kilowatio/hora más caro del mundo, dada la inversión de más de tres mil millones de dólares gastados en el primer desarrollo. Al problema de la central San Agatón (mal calculo de los que proyectaron el aporte de la cuenca de los ríos Uribante y Potosí), los sabios le echaron la culpa a los campesinos que sembraban papa en el páramo de Virijuaca. Pero luego de desalojarlos de sus tierras, CADAFE en lo que restó de tiempo en la IV República jamás se ocupó de reforestar la cuenca alta del rio Uribante y DESURCA, surgida en la V República tampoco se ocupó de esa importante tarea.
Esta parte tiene que ver con Usted, Sra. Ex ministra del Ambiente, pues corresponde a ese despacho el control y manejo de las cuencas. ¿Qué acciones ordenó Usted para proteger y reforestar las cuencas de los ríos Uribante y Potosí durante los tres años y medio que estuvo al frente de ese ministerio?
¿Es culpa del fenómeno del niño el progresivo secamiento del embalse La Honda?
Creo que Desurca y Corpoelec, tienen alta responsabilidad en la situación actual del embalse. Por una parte Desurca no administró adecuadamente el recurso agua depositado en la presa, disminuyendo la generación eléctrica y por su parte Corpoelec desmanteló la termoeléctrica de La Fría que en su momento funcionó como unidad complementaria a San Agatón. Finalmente, la Dirección de Cuencas del Ministerio del Ambiente, se desentendió de esta cuenca, durante los 22 años de operaciones de la hidroeléctrica.
Para su conocimiento, los folletos de propaganda del proyecto Uribante-Caparo daban una vida útil al embalse La Honda de 150 años.
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