Introducción: Venezuela en la historia
Nuestra joven república ha sido desde su nacimiento, como lo es hoy, un proyecto alternativo al sistema político-económico imperante. De todas las colonias españolas fuimos la primera en declarar su independencia y Simón Bolívar (un venezolano de pura cepa) el primer americano en promover con hechos concretos la integración sudamericana y fundar la primera federación de republicas sudamericanas, que fue La Gran Colombia. Francisco de Miranda fue el gran precursor de la independencia sudamericana y quien dio nombre al proyecto grancolombiano, asumido y ejecutado por Bolívar. El pueblo venezolano fue el más aguerrido en la lucha contra las sanguinarias huestes imperiales españolas, y de este hecho consta en las memorias del gran estratega militar español Pablo Morillo. A lo aguerrido y sacrificado de los combatientes venezolanos se les ha negado el reconocimiento histórico que, con gran mérito, tienen, por ejemplo, pueblos como el ruso durante la resistencia contra la ocupación nazi y posterior aplastamiento, casi en solitario, del régimen fascista de Hitler. El ejército venezolano ha sido el único ejército americano que ha cruzado sus fronteras para apoyar a naciones hermanas en su necesaria liberación de potencias extra-americanas (sin cobrar luego servicios militares, sin generar deuda y sin poner condiciones políticas opresivas, a nadie!) .
Verdaderos filósofos venezolanos, con plena vocación americanista, como Simón Rodríguez, vislumbraron la necesidad de la integración de América como parte del macro proyecto de una gran nación distinta a todas las anteriores, pluricultural, multiétnica, verdaderamente libre y democrática, como ninguna lo había sido antes. Era un filósofo de teoría y práctica cuyo fruto más destacado es la formación del Libertador. Nuestro himno nacional llama, con razón, a todas las naciones sudamericanas a “seguid el ejemplo que Caracas dio…” un ejemplo, tan revolucionario entonces como lo es hoy. Incluso, Venezuela tiene el sistema democrático más antiguo de Sudamérica gracias a la irreductible inspiración libertaria y sentido de la justicia de nuestro pueblo. Es cierto, somos un pequeño país (aunque con una extensión geográfica equivalente a la suma de Francia y Alemania, o del doble de España) y para los españoles no éramos más que una Capitanía General, pero la capitanía general más rebelde de todas, y la que le infligió el mayor daño económico a la despótica monarquía ibérica, con la caída completa de sus colonias. Sé que todos éstos hechos son hoy, gracias a los logros educativos del gobierno bolivariano, ampliamente conocidos por todos y no es mi intención enterar a nadie de esto, sino recordarlo en un contexto en el cual quiero resaltar que siempre hemos sido un república combativa, despierta y rebelde ante los poderes fácticos que han gobernado a este planeta. En Venezuela no se entiende ni el racismo ni la xenofobia, cosas que en Europa o EEUU son tan comunes como las peleas entre fanáticos de equipos de futbol antagónicos.
El lugar que, en la historia, ha tenido nuestra república y que ha sido disminuido o menospreciado por la “Vulgata” histórica políticamente correcta, es el mismo que está jugando hoy, por voluntad e inspiración histórica del pueblo venezolano, que es critico y rebelde, desde siempre (los indios Caribes hacían guerra de guerrillas desde sus canoas contra galeones imperiales españoles ¿qué pensaría Don Quijote de eso?). Mucho antes que Abraham Lincoln, nuestro Libertador declaró la libertad e igualdad de derechos civiles a los esclavos negros que lucharon, como venezolanos, al lado del libertador. El venezolano era conocido, durante el siglo XIX, como el guerrero fuerte y más aguerrido contra las huestes imperiales. Hoy Venezuela enrumbada a un rol similar, como no puede ser de otra manera. El mundo ha cambiado y las batallas no se pueden ganar hoy en el terreno militar, hoy la batalla se gana cuando no hay confrontación militar. Cuando tuvimos que dar la batalla en ese terreno vencimos, pero hoy la batalla es de ideas, es una batalla dialéctica…
El proyecto alternativo hoy
Miramos a Europa y vemos un estado del bienestar en retroceso, xenofobia y racismo en ascenso y derechas ultra-conservadoras retomando viejas sendas perdidas. La izquierda “euro-socialista” es una farsa y los PC`s nunca se recuperaron del derrumbe del muro, y no tienen capacidad de combate contra el avance de las fuerzas económicas. Siendo sinceros creo que no hay combate planteado, porque no hay identificación del conflicto, es una rendición anunciada. La única opción europea es la espontaneidad…poco más. Los trabajadores europeos han sido inducidos a creer que los males provienen de la inmigración de sus antiguos esclavos provenientes de sus excolonias. Es decir, cuando todo iba bien y las colonias proveían recursos ingentes para el desarrollo europeo, todo se debía a la superioridad racial europea y ahora que no hay colonias (directamente) y las cosas van mal la culpa es de los inmigrantes, de los jóvenes que adquieren hipotecas sin tener dinero para pagar los criminales intereses, de lo obreros que piden demasiado por su trabajo y de los viejitos que no terminan de morirse y de dejar de cobrar su pensión. Dentro de todo este contexto, Venezuela es nuevamente un país hostil, que nuevamente está calentando las orejas de los demás pueblos sudamericanos…que problema con Venezuela!!!...Hay que evitar por todos los medios que los resignados trabajadores europeos escuchen sobre ideas como las que están contando los trabajadores venezolanos a sus vecinos. Un país que hace 20 años, cuando era un temporalmente un modelo de neocolonización, era alabado por Europa y EEUU como un ejemplo a seguir, hoy es descalificado, como si siempre se hubiese dicho que es una república “tercermundista tropical”.
Este mundo apesta a mediocridad e hipocresía y los neo-liberales (¿neo-colonialistas?) pretenden solucionarlo con más hipocresía, exaltando a los mediocres zombies alienados economistas de Harvard, Oxford y Chicago, que son los nuevos profetas del dios verdadero (“arrepiéntete, trabajador, de todos tus malos deseos de tener una casa propia, un hogar, hijos con educación y seguridad social!!!”). Hoy se premia a los mafiosos y se castiga a los débiles, pero la democracia occidental es así y sino lo entiendes es porque eres un tercermundista ignorante. Los cultos europeos y norteamericanos saben lo que es bueno para el mundo y eso es: más sacrificios para los que ya no tienen más nada que dar y más riquezas para quienes ya no tienen más donde guardarlas. Las empresas trasnacionales son las benefactoras del mundo y sino lo entiendes es porque eres un terrorista, o un tercermundista ignorante (que al paso que vamos pronto vendrá a ser lo mismo, ¿o ya es lo mismo en Arizona?). Tienes que aceptar la paga miserable de tu benefactor capitalista, sin el no serias nadie, todo se lo debes a tu creador el dinero y a sus representantes y administradores en éste mundo pecaminoso del trabajo, que son los bancos, que siguen las sagradas palabras de sus profetas, los economistas con estudios en “prestigiosas universidades”.
En realidad, la economía no es difícil de entender, lo que es difícil de entender es que sea como es y tengamos que aceptarlo callados y sin chistar. El proyecto alternativo hoy, no es complicado. Un conjunto tercermundista de países “sudacas” bien puede desarrollar un proyecto alternativo con éxito si dejamos los complejos y recordamos la historia. Hoy Venezuela está a la cabeza de la Sudamérica rebelde nuevamente, y la batalla es en otro terreno y en el que sea los sudamericanos la podemos dar. A nuestro mundo (un mundo de todos) el modelo actual lo pone en amenaza, el modelo actual de destrucción impuesto por el capital financiero europeo y norteamericano. No tenemos porque aceptarlo, y no lo aceptaremos. Venezuela es su pueblo, sus mujeres, hombres trabajadores y trabajadoras, los liderazgos son reflejo del pueblo y le ayudan a avanzar o son superados por el pueblo. El avance es necesario, así que el liderazgo debe estar a la altura, pero al final la gente es la protagonista, y la gente tiene nombre, el nombre de cada uno de los que en este espacio-tiempo compartimos esta lectura y todas las lecturas, conversaciones diarias, comidas, trabajo y todo lo que hacemos las personas que sufrimos las consecuencias del modelo de explotación global. Venezuela es hoy un proyecto alternativo que se quiere silenciar, pero el silencio es cada vez mas difícil de lograr en un mundo donde, seguramente, los “tercermundistas” venezolanos tenemos muchos mas argumentos, mucha más capacidad de difusión. La alternativa está planteada, y el mundo urge por cambios de rumbo radicales.
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